Vigilar Y Castigar
Enviado por yadiraoi • 5 de Noviembre de 2012 • 817 Palabras (4 Páginas) • 774 Visitas
Surveiller et punir: Naissance de la prison se publicó en 1975. Comienza con la ejecución pública del parricida Damiens, condenado en 1757 a pública retractación ante la puerta principal de la Iglesia de París donde debía ser llevado desnudo en una carretilla. Sobre un cadalso le atenazarían tetillas, brazos, muslos y pantorrillas. Quemarían su mano derecha con fuego de azufre, pues con ella había cometido el crimen. Sobre las partes atenazadas se le vertería plomo derretido, aceite hirviendo, pez resina ardiendo, cera y azufre fundidos juntamente. A continuación su cuerpo, estirado y desmembrado por cuatro caballos, consumido en el fuego, sería reducido a cenizas, arrojadas al viento. Contra esta descripción, Foucault muestra una prisión gris, 80 años después, y busca entender cómo pudo cambiar tanto la forma de castigar a los convictos en un período tan corto. Dos formas de castigo, dos ejemplos de lo que Foucault llama "tecnologías de castigo". El castigo ha cesado de ser teatro, la desaparición de los suplicios podría fecharse entorno a 1830−1848. Ahora la tendencia se orienta hacia la privación de libertad: la reclusión, los trabajos forzados, la deportación. Penas que recaen directamente sobre el cuerpo, a un nivel más psicológico que físico. El castigo recae más sobre el alma que sobre el cuerpo. Vigilar y castigar es un ensayo sobre la evolución de los métodos de castigo y vigilancia desde la sociedad medieval a la contemporánea: los suplicios, la humillación pública, la cárcel, la escuela, los manicomios... Está dividido en cuatro partes, subdivididas en capítulos: − Suplicio: El cuerpo de los condenados La resonancia del poder − Castigo: El castigo generalizado La benignidad de las penas − Disciplina: Los cuerpos dóciles Los medios del buen encauzamiento El panoptismo − Prisión: Unas instituciones completas y austeras Ilegalismos y delincuencia Lo carcelario Foucault nos habla del panóptico de Bentham. Una figura arquitectónica que cumple la función de cárcel. Tiene forma de anillo. En el centro hay una torre donde se encuentra el personal de seguridad cuya función es vigilar a los presos. Alrededor de la torre el edificio está dividido en celdas y en cada celda, un enfermo, un loco, un condenado, un escolar, un obrero... Se invierte el principio del calabozo, con sus tres funciones: encerrar, privar de luz y ocultar. Sólo se conserva la primera. La plena luz y la atenta mirada de un vigilante captan mejor que la sombra. La visibilidad es una trampa. De ahí el efecto del panóptico: inducir en el detenido un estado consciente y permanente de visibilidad que garantiza el funcionamiento automático del poder. Se prueban diferentes castigos sobre los condenados, según sus delitos y su carácter se buscan los más eficaces. Incluso se puede controlar a los vigilantes. Desde la torre central el director puede vigilar o espiar a todos los empleados. Pero esto no es sino el
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