Visión de los vencidos: comentario
Enviado por andyhaceteatro • 26 de Junio de 2023 • Ensayo • 1.298 Palabras (6 Páginas) • 51 Visitas
Visión de los vencidos: comentario
Como mexicanos, cargamos con la responsabilidad de conocer nuestra historia, aquello que nos antecede y que forma nuestra identidad. El sometimiento del estado mexica, por parte del imperio español, conocido como La Conquista, establece un antes y un después en nuestras tierras. México-Tenochtitlan convertido en la Nueva España es una parte de nuestra historia la cual es aprendida desde la educación básica en la escuela. Sin embargo, en los libros de texto se nos enseña la visión española de estos hechos y la forma en la que ellos decidieron silenciar la voz indígena para reescribir la historia desde una posición española de privilegio. En el libro Visión de los vencidos, se encuentran una recopilación de textos de la misma historia desde el punto de vista indígena. El libro, cuya primera compilación realizó Miguel León Portilla en 1959, está dividido en diecisiete capítulos y un apéndice los cuales relatan a detalle la experiencia indígena de la conquista española. El valor de este texto recae en la obligación que les debemos a los indígenas de siglos de historia silenciada y por tal motivo, el objetivo de este ensayo será observar en qué medida Visión de los vencidos muestra una faceta casi desconocida pero importante de la historia e identidad de México.
Desarrollo
Entre los textos del libro, se encuentran testimonios de presagios de la llegada de los españoles, hasta la noche triste, relatos de protagonismo de Moctezuma, y la matanza en el templo mayor, que resultan ser de suma nostalgia para nuestra cultura. Se habla también de los dogmas religiosos y reglas culturales que fueron impuestas por los invasores y las repercusiones que esto tuvo en los indígenas en un intento de erradicarlos (Vargas, 2017).Considero necesario destacar cómo a lo largo de estos textos, podemos observar que desde entonces, la sociedad (sobre todo aquella parte que no cuenta con los mismos privilegios) tiene que rendirse y pagar un alto precio por defender su libertad de expresión. A través de Visión de los vencidos, podemos casi revivir la conquista, la pérdida de las tierras, la pérdida de la espiritualidad, el mestizaje, el intento de una cultura dominante por erradicar otra. En ese sentido, pienso que el libro cumple con el objetivo humanista de conseguir que el lector reflexione sobre aspectos importantes de su identidad cultural, así como dejar a un lado una historia con una perspectiva eurocéntrica.
Sin embargo, no todo en el libro es del todo acertado, sobre todo en un contexto posmoderno. Uno de los problemas que encuentra Díaz Migoyo (1990) en este libro es perpetuar un pensamiento en donde aparece implícita una erradicación indígena. Él argumenta que pensar que la conquista “destruyó” la identidad cultural indígena, resulta ser un pensamiento que perpetua la violencia y que borra y silencia las realidades indígenas que hoy en día siguen existiendo. Y aunque en lo personal, no me parece que se perpetúe este pensamiento, puedo comprender la lógica de dicha queja, así como puedo comprender, e incluso me encuentro de acuerdo con Leetoy (2007) cuando menciona que el gran error de esta compilación, sin afán de demeritar a Miguel León Portilla, es una problemática a la que Leetoy llama “ el texto del texto”, donde se reescribe una escritura, o se apropia una narrativa, puesto que un autor del siglo XX intenta construir un texto de textos del siglo XVI.
La intención de León Portilla nunca fue la anterior, sino todo lo contrario, él buscaba “dar rostro a los que no lo tenían”, y es que más allá de la perspectiva humanista que creamos que estos tengan o no, no se puede negar que este libro resulta ser un importante eslabón para la historia mexicana, y específicamente, la poco hablada perspectiva indígena. Además, me gustaría rescatar las palabras del arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma (Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2009), al afirmar que “es el privilegio de dar la palabra al oprimido”, y sí, aquellos que se encuentran en el poder, o con el privilegio
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