Walter Benjamin
Enviado por proggressive • 27 de Noviembre de 2013 • 1.935 Palabras (8 Páginas) • 520 Visitas
“Aquí yace Benjamin Walter”
Julián Alejandro Rascón Martínez
Investigación historiográfica/Teoría de la historia
Junio 4 de 2013
“En una situación sin salida, no tengo otra elección que la de terminar. Es en un pequeño pueblo situado en los Pirineos, en el que nadie me conoce, donde mi vida va a acabarse. Le ruego que transmita mis pensamientos a mi amigo Adorno y que le explique la situación a la cual me he visto conducido. No dispongo tiempo suficiente para escribir todas las cartas que habría deseado escribir”
En Berlín, Alemania, dentro de la burguesía ‘acomodada’, nace el 15 de julio de 1892 Walter Benjamin. Sería en la misma ciudad donde Walter comenzaría sus estudios en filosofía, para posteriormente continuar con sus estudios en Friburgo, Múnich y Berna. Para 1920, Walter Benjamin, se establece en Berlín y trabaja como crítico literario y traductor.
Posteriormente, en 1928 escribiría su tesis doctoral, un estudio del drama barroco alemán titulado ‘El origen de la tragedia alemana’, sin embargo, la Universidad de Frankfurt, en Alemania, la rechazaría. Durante finales de la década de 1920 e inicios de la década de 1930, Benjamin se instalaría en Moscú donde escribiría importantes obras, sobretodo críticas literarias.
Durante su vida, Walter no se vería involucrado en el ámbito académico, a diferencia de varios colegas del Instituto de Investigación Social en Frankfurt que laborarían como profesores dentro de universidades. Walter llevaría una vida precaria y con algunos problemas económicos. Aun así tendría siempre una voluntad de pensar.
En 1933, durante la caída de la República de Weimar y el inevitable acenso del Partido Nacionalsocialista Alemán de los trabajadores, Walter Benjamin se encontraba escribiendo una obra sobre Charles Baudelaire que no llegaría a finalizar. Esto debido a que sería perseguido y la única salida era el exilio en Francia; lugar en el que se escondería por siete años más.
En Francia, Edouard Daladier, en septiembre de 1938 admitió la anexión de Checoslovaquia (En el tratado de Múnich se especificaba únicamente la transferencia de la cadena montañosa de los Sudetes) a Alemania, creía haber evitado la segunda guerra mundial, sin conocer que poco menos de un año después iniciaría la misma con la invasión sobre Alemania por el ejército del autodenominado tercer reich y dos días después entraría Francia en ella (1 de septiembre y 3 de septiembre de 1940 respectivamente). Durante siete meses Daladier estaría al frente de Francia y el 20 de marzo de 1940 Paul Reynaud lo relevaría en el cargo con la idea de tener una postura más agresiva dentro de la guerra.
Ante esto, Walter Benjamin decide dejar París para, junto a su hermana, dirigirse a Lourdes en los altos Pirineos. El plan estaba listo, Max Horkheimer le facilitaría un visado a Walter Benjamin para viajar a Estados Unidos donde Theodore Adorno le esperaba.
Sin embargo, a mediados de ese año Walter vería sus limitadas y lejanas opciones para escapar de Europa aún más lejanas, aún más limitadas y un tanto utópicas; la batalla de Francia se libraría el 5 de junio a 160 km de París, en donde un descuido en el ala izquierda francesa le daba el triunfo a los alemanes. Cinco días más tarde, Italia, comandada por Benito Mussolini, le declararía la guerra al país galo. Durante los siguientes diez días la Lutwaffe alemana avanzaría sobre París, el gobierno francés se trasladaría a Burdeos y este mismo pedía la paz a Hitler quien les haría conocer sus condiciones para aceptar al tercer día de recibida la carta y que concluía finalmente el 22 de junio de 1940 con la rendición francesa ante Alemania.
Ante la presión, Walter Benjamin quiere continuar y decide dirigirse al oeste el 14 de junio. Su próxima y última morada será un pequeño hotel cerca de Port Bou en la frontera hispano-francesa. Indefenso, cansado y quizá hasta desconocido terminaría el viaje de Walter Benjamin el 26 o 27 de septiembre de 1940, quitándose la vida con una sobredosis de morfina, sin haber dado aún lo mejor de sí.
Tanto su vida como sus obras fueron así, fragmentadas e inconclusas. Muchos tantos calificaron y califican la vida de Benjamin como una vida fracasada, fragmentaria y mísera donde probablemente lo más valioso resulto ser una maleta negra que llevaba consigo en aquel hotel de Port Bou, en ella llevaba los fragmentos de una obra inconclusa que dos años más tarde se darían a conocer gracias a Max Horkheimer.
De manera general se puede entender el enfrentamiento de Walter Benjamin con el tiempo, que es algo ineludible al momento de leerlo, pues escribe desde el abismo del siglo XX, pero escribe para una generación del socialismo inexistente aun. Estuvo muy apegado al arte, del que fue crítico, así como de la filosofía y. Escribió, además, descifrando la estupidez humana. Se encontraba conectado, también de manera muy estrecha, con su infancia, a la que recurre en muchos de los relatos que escribió de escasas quince líneas o apenas unas cuantas cuartillas, pues siempre utilizó un léxico sencillo, fácil de relacionar y comprender en sus obras . Entendía también de la misma manera el que, en ocasiones, resultaba difícil la comprensión de lenguajes especializados.
Escribe descifrando la estupidez humana en la historia. Desmitifica esa “gran historia” de la que no quiere formar parte, esa historia que solo recaba datos entrelazados entre sí para dar como conclusión un desarrollo humano que no tiene retroceso. Walter Benjamin lo ve de una forma muy diferente, desde el otro lado de la moneda y hace de esta una historia de catástrofes en serie acumuladas interminablemente una sobre la otra. Dice Walter Benjamin: “éramos esperados” . Todo estaba ya previsto por él, es por eso que es conocido como pensador clarividente, y lo explica de una forma muy sencilla. Pareciera que el “Angelus
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