Época Prehispánica
Enviado por cepm28 • 12 de Febrero de 2015 • 1.175 Palabras (5 Páginas) • 156 Visitas
El Reino de Nicoya en el siglo XVI.
A principios del siglo XVI, los grupos indígenas que habitaban el actual territorio de Guanacaste pertenecían al área cultural de Mesoamérica, que se prolongaba por la vertiente del Pacífico hasta las regiones de Orotina y Chorotega. En el territorio guanacasteco había solamente unas pequeñas comunidades culturalmente pertenecientes al Área Intermedia, como la de los corobicíes. Sin embargo, cabe señalar que entre las áreas mesoamericana e intermedia no hubo una frontera estrictamente delimitada y debieron ser frecuentes los contactos y la transculturación entre ellas, sobre todo en las zonas de confluencia
Casi todos los pueblos que habitaban en Guanacaste hablaban la lengua chorotega (hoy extinta), por lo que a veces se les designa genéricamente con ese nombre. Además, en las vecindades de la actual Bagaces había un enclave de un grupo con raíces culturales mexicanas, cuyo idioma era el náhuatl.
Los chorotegas empezaron a llegar a la península de Nicoya aproximadamente a principios del siglo IX y subordinaron o desplazaron de allí a las poblaciones locales o se mezclaron con ellas. Los nuevos señores introdujeron cambios en la religión, los enterramientos, el arte y otros aspectos, y animales domésticos como el chompipe. Su sociedad era de corte marcadamente androcrático o dominador, ya que existían múltiples relaciones de dominación de unas personas sobre otras -hombres sobre mujeres, ciertos pueblos sobre otros, y ciertos varones sobre las demás personas- y complejas jerarquías, en las que figuraban nobles, guerreros, sacerdotes y ancianos de prestigio llamados huehues.
A la llegada de los castellanos, la población de Nicoya, situada a corta distancia de la actual ciudad de Nicoya, era el centro político, religioso y económico de un reino del que dependían varias provincias en ambas márgenes del golfo y numerosos pueblos tributarios. En ella residía un rey vitalicio, que desempeñaba funciones políticas, religiosas y ceremoniales. En la monarquía nicoyana parece haber prevalecido un sistema dinástico-electivo, es decir, que la sucesión no se practicaba automáticamente en línea directa, sino que al morir un rey se efectuaba una elección entre los diversos miembros de su familia para designar al sucesor.
Los castellanos dieron al rey de Nicoya y a otros monarcas indígenas de Costa Rica el apelativo de cacique, voz antillana con la que designaron prácticamente a todos los reyes, caudillos y señores que encontraron en el continente americano, y cuyo uso en cierta medida terminó por dar a entender que eran de menor relieve que los monarcas europeos.
El rey de Nicoya, según consignó el cronista Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés, que visitó sus dominios en el decenio de 1520, tenía otros vasallos principales y caballeros llamados galpones, que lo acompañaban y resguardaban y eran sus cortesanos y capitanes. Es posible que estos señores, a los que el cronista describe como arrogantes y crueles, representasen a los diversos clanes y comunidades tributarias de Nicoya, ya que la voz galpón parece derivar de calpulli, palabra que entre los aztecas identificaba a un grupo cuyos miembros tenían antepasados comunes y compartían un territorio dividido en parcelas. En todo caso, la autoridad del rey no era absoluta, ya que se compartía con el monéxico, junta o consejo de huehues elegido cada mes por votación y en el que posiblemente estaban representados los diversos clanes o comunidades. Quizá los miembros del monéxico eran los mismos individuos llamados galpones, ya que así se denominaban también los edificios donde se reunía el consejo.
En las reuniones del monéxico se discutían asuntos de variada naturaleza, entre ellos los militares y administrativos. En algunas comunidades chorotegas, como la de Nagrando,
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