Apología De Sócrates

La Apología de Sócrates es un texto que si bien no fue escrito por el mismo Sócrates (él no escribió nada), fue una transcripción del discurso de defensa de Sócrates realizada por Platón y se publicó como la primer acción de Platón como filósofo.

Sócrates comienza negando las acusaciones realizadas ante él, aunque admite que los argumentos empleados en su contra pueden sonar convincentes, no dejan de ser una mentira y el pretende nada más que exponer la verdad.

Durante su discurso, con el uso de la mayéutica (tarea dada por el Oráculo), Sócrates pone en evidencia a uno de sus acusadores, Méleto, quien lo acusa de “pervertir la mente de los jóvenes, de no reconocer los dioses reconocidos por la ciudad, sino otros demonios nuevos” Sócrates arrastra a Méleto a un debate en el que Méleto termina por contradecirse totalmente.

Dicho esto, Sócrates aclara que ni en el caso de ser liberado o incluso exiliado podría dejar de filosofar y hacer preguntas, porque al fin y al cabo, es para beneficio de los mismos atenienses y lo hace sin pedir nada a cambio. Ni siquiera suplica por testigos que puedan dar una palabra a su favor, diciendo que no quiere mostrar lástima como los jueces están tan acostumbrados a ver; Sócrates se dejó a disposición completa de la decisión del Juez, confiando en que la verdad sería testigo suficiente.

Por unos cuantos votos, Sócrates es encontrado culpable y a pesar de que el mismo acepta su condena, Platón, Critón, varios atenienses, Critóbulo y Apolodoro ofrecen pagar una multa muy alta a cambio de la liberación del filósofo.

El pago es rechazado y Sócrates decide dialogar un poco con los que votaron a favor de su vida, y les dice que no le teme a la muerte, que bien podría ser simplemente un “no ser” o una “mudanza del alma” y que en ambas podría encontrar la felicidad. Por último, les pide que si un día alguno de sus hijos comenzara a comportarse como le resto de los hombres (“que se creen ser algo, no siendo dignos de nada”) les recordaran y debatieran como lo haría él. Esa es toda la justicia por la que pide Sócrates antes de retirarse e ir hacia su muerte.

Sócrates es uno de los personajes más enigmáticos de la historia de la filosofía, sea por su ironía al momento de interrogar a las personas o por su muerte; el hecho de que haya sido condenado a muerte por el simple hecho de señalar los errores y la falta de conocimiento de personas que se tenían por muy sabias, lo que es, como Sócrates pensaba, la forma más falsa de sabiduría. Sócrates tenía razón; las personas que suelen jactarse de que todo lo saben, son las que suelen ignorar lo más básico por la errónea idea de que saben cosas “mayores” o “más importantes”. Este es básicamente el argumento principal de defensa de Sócrates. Eso sí, Sócrates valoraba su conciencia y la verdad más que su propia vida. Defender tus convicciones

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