Breve análisis sobre la “vida de Vitelio” en ``Vida de los césares'', de Suetonio
Enviado por Maria Camila Hincapié Vélez • 30 de Octubre de 2022 • Resumen • 1.823 Palabras (8 Páginas) • 63 Visitas
Breve análisis sobre la “vida de Vitelio” en ``Vida de los césares'', de Suetonio.
Se suele generalizar y decir sobre las Vidas de los césares, que narran los dos aspectos de sus vidas como buenos y posteriormente como malos emperadores; pero en el caso de Vitelio presenta solo el último de estos aspectos, ya que no fue, en ninguna circunstancia un buen emperador y si en algún momento fue esa la percepción de las personas a las que gobernó fue nomas por las libertades que él les concebía “sin exigir la menor disciplina ni a sus esclavos ni a sus soldados, y así, tomaba a broma los robos y la petulancia de todos ellos…”[1]
Ascendencia de Vitelio y los presagios en su nacimiento. Suetonio comienza narrando en la Vida de Vitelio las dos teorías que hay sobre su ascendencia, sobre las cuales no parece haber interferido Vitelio, ya que la polémica se dio antes de su nacimiento, “unos lo hacen antiguo y nobles, mientras que para otros es oscuro e incluso bajo…”[2] pues bien, sea como hubiese sido la ascendencia de los Vitelio, los cuales tenían esta costumbre de nombrar a cada hijo igual “distinguiéndose sólo por sus prenombres…”[3]Fue un caballero romano, que tuvo cuatro hijos, entre ellos Lucio Vitelio, quien ejerció como cónsul y gobernador de Siria y que tuvo dos hijos, entre ellos Aulo Vitelio, futuro emperador.
“Sus progenitores quedaron tan espantados de su horóscopo cuando este fue anunciado por los astrólogos, que su padre procuro siempre con el mayor empeño que no se le confiara ninguna provincia mientras estuviera con vida, su madre, cuando fue enviado a las legiones y proclamado emperador, le lloró inmediatamente dándole por perdido.”[4]
En su juventud fue apodado como “sprintia”[5] por pasar tiempo entre los mozos de placer de Tiberio, aunque según dice Suetonio, fue la buena relación que tenía con este y su lugar en la corte lo que permitió el ascenso de su padre; “Envilecido por todo tipo de ignominias, ocupó un lugar privilegiado en la corte, ganándose la amistad de Gayo por su afición a conducir carros, y la de Claudio por su afición a los dados…”[6]
La vida de Vitelio como dirigente. Mientras permanecía en su provincia como legado de su hermano, se comportó bien; pero en su estadía en Roma, se dice que “había sustraído ofrendas y ornamentos de los templos, y que había cambiado algunos sustituyendo plata y oro por estaño y latón…”[7]. Se le acusó en su tiempo antes de ser emperador de atroces crímenes, siendo las más destacas, la muerte de su hijo en sus manos luego de haberlo acusado de parricidio, “e incluso llegó a arrancar de la oreja de su madre una perla de gran tamaño empeñándola …”[8], había malversado los impuestos de Sinua y de Formias. Pero a pesar de esto tenía entre algunos buena fama, pues saludaba y besaba incluso a los soldados rasos, “mostraba una excesiva amabilidad para con los mozos de mulas y los viajeros, preguntándoles por las mañanas, de uno en uno, si ya habían desayunado”[9] entre otras buenas acciones que desencadenó en que un día, “los soldados le sacaron de improviso de su habitación tal como estaba, en ropa de andar por casa, le saludaron emperador y lo pasearon por las calles más concurridas mientras él sostenía en su mano la espada del divino Julio, que se había sacado del templo de marte…”
Como emperador, “descuidaba cada vez más toda ley divina y humana…”[10], además de pronunciar discursos poco motivadores y de mal gusto, “ejerció gran parte de su imperio según los consejos y el capricho de los más viles actores…”[11], pero sobre todo era propenso a la gula y a la crueldad y ninguna situación era lo bastante seria como para dejar de comer. “Se sospechó asimismo que había provocado la muerte de su madre prohibiendo que se le suministrará alimento durante una enfermedad…”
La cobardía y muerte de Vitelio. “En el octavo mes de su mandato, los ejércitos de los Mesías y de Panonia, así como, de allende los mares, los de Judea y Siria, hicieron defección de él y prestaron juramento a Vespasiano…”[12] por lo que tuvo Vitelio que ser todavía más permisivo con su gente para garantizar su apoyo, pero aun así, sentía al enemigo muy cerca, por lo que llegó a un acuerdo con el hermano de Vespasiano, en el cual, él se rendiría y a cambio se le perdonaría la vida y se le pagaría una considerable cantidad de sestercios. Anunció desde las gradas del palacio que “renunciaba al imperio que había aceptado contra su voluntad…”[13] pero ante los ánimos de la gente que promete su apoyo decidió continuar en el puesto, observando las batallas a lo lejos mientras comía, pero cuando se anunció que “el enemigo se aproximaba, de inmediato se escondió en su litera y, con sólo dos acompañantes, su panadero y su cocinero, se dirigió en secreto al Aventino, a la casa de su padre, para emprender desde allí la huida…”[14], pero debido a un rumor decidió volver al palacio para llevarse unas bolsas con oro, solo para ser descubierto, aunque rogó y prometió revelar importantes informaciones, no se lo permitieron y lo pasearon por las calles a punta de espada, donde la gente lo abucheo, “unos le tiraban estiércol y barro, otros le llamaban a voces incendiario y glotón, e incluso parte del pueblo le echaba en cara sus defectos físicos; tenía, en efecto, una estatura enorme, el rostro normalmente amoratado por sus excesos con el vino, el vientre prominente…”[15], finalmente murió debido a las laceraciones que le infligieron frecuentemente, a los 47 años de edad, “cumpliéndose así la predicción de aquellos que habían interpretado el augurio del que fue objeto…”[16].
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