CHINA “La tradición imperial de los Han” y “Chinización o represión”

CHINA

“La tradición imperial de los Han”

y “Chinización o represión”

El presente texto abordado, por un lado, nos ofrece una visión acerca del multiculturalismo que actualmente China posee dentro de los límites de su territorio y los conflictos que de allí surgen; y por otro lado, la manera en que se han ido estableciendo a lo largo del tiempo dichas culturas.

Al hablar de culturas en China, indudablemente hay que referirse en primera instancia a la etnia Han, ya que tal como señala el autor “desde hace más de 2000 años, la etnia mayoritaria Han ha hecho del espacio imperial chino un mundo en sí mismo, y ha colonizado e intentado asimilar a los pueblos minoritarios”. Es por ello que los pueblos minoritarios de China fueron definidos por la cultura dominante de los Han, la cual se reflejaba en las avanzadas técnicas de escrituras y con sólidos referentes culturales. De esta manera, las poblaciones que en menor proporción se presentaban, es decir, las minorías culturales, sufrieron periodos de conquistas territoriales por parte de los Han, de asimilaciones como sujetos del emperador y de mestizaje.

Este proceso dominante de una cultura sobre otras se estableció durante varios siglos en este país, y limitó fuertemente el campo de acción de las minorías étnicas llevándolas por momentos al sometimiento absoluto.

Es a lo largo del siglo XX que la situación pareciera haber cambiado de rumbo; en torno a los años 1950, se instaura una política de nacionalidades, inspirada en la URSS. Su objetivo era identificar el mosaico étnico, reconocerlo e incluso establecer a nivel administrativo las diferentes “nacionalidades” presentes.

Es importante destacar que este nuevo régimen clasifica a las “nacionalidades” que se encuentran dentro del territorio chino en 56, en donde una de ellas y como se dijo anteriormente, es rotundamente mayoritaria, la Han.

Para establecer los “límites” ideológicos de cada etnia se toma en cuenta: la historia, la cultura y la lengua, dentro de un territorio común. Pero esta clara división bien definida tiene un objetivo principal para el nuevo gobierno chino: controlar mejor a las poblaciones de etnia distinta a la Han y apropiarse de los márgenes del territorio nacional. La idea es simple, perpetuar el dominio a través de las mencionadas acciones organizadas para conservar los distintos tipos de intereses de las culturas dominantes, y por lo tanto, las más poderosas.

De esta manera, el Estado inscribió, en el preámbulo de la nueva constitución en 1982, su determinación a valorizar la pluriculturalidad y a luchar contra el patriotismo exagerado (y su respectivo desprecio por lo extranjero), es decir, hacerle frente al “gran Han”. Sin embargo, y tal como sostiene el autor, “las lógicas de discriminación y de represión no desaparecieron del todo, en especial en las regiones fronterizas”. En el Tibet y en Xinjiang, la ocupación Han todavía constituye un factor de crisis políticas y sociales violentas.

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