Comparación Wittig y Bajtin

Las esferas de la actividad humana representan una inmensa variedad de actividades que las personas llevan a cabo dia a dia, y asi todas estas están relacionadas, en mayor o menor medida, con el uso de la lengua. Al existir una multiplicidad de actividades, lo mismo sucede con las distintas formas del lenguaje que se forman con cada una, y que se representan en forma de enunciados, tanto orales como escritos. Estos enunciados se presentan en cada esfera de una manera distinta, dependiendo de las condiciones de cada una de estas, tanto por “el contenido temático, el estilo y la composición”.

Como se menciona, acerca de los generos discursivos, en el texto de Bajtin: “Cada enunciado separado es, por supuesto, individual, pero cada esfera del uso de la lengua elabora sus tipos relativamente estables de enunciados, a los que denominamos géneros discursivos”.

De esta manera la multiplicidad de géneros discursivos es enorme, principalmente, debido a, como ya fue mencionado, la gran variedad de actividades humanas. Así, dentro de estas, es posible encontrar una gran diversidad de géneros que se multiplican y desarrollan con el tiempo. Una diferencia, sumamente importante, es la que divide a los géneros en primarios, o simples, y secundarios, o complejos.

El lenguaje se deduce de la necesidad del hombre de expresarse y objetivarse a sí mismo. Existen diferentes miradas que ven, de una u otra forma, las funciones del lenguaje, y estos suelen reducirse a un análisis desde el punto de vista del hablante. De esta manera el papel del otro es visto, únicamente, como un oyente pasivo. Desde estas visiones, la lengua solo requiere al hablante y al objeto de su discurso, sin embargo no debe ser ignorada la pluralidad de los hablantes.

Muchas veces, tambien, se suele encontrar esquemas que presentan “esquemáticamente los dos compañeros de la comunicación discursiva, el hablante y el oyente”. El primero de estos, el hablante, es el que toma la palabra, el que habla para un oyente. Y este último, el oyente, aquel que toma inicialmente una postura pasiva, al escuchar e interpretar el discurso del hablante, pasa a tomar una postura activa de respuesta. Y quien era el hablante, pasa a ser el oyente. La comprensión pasiva del discurso es el primer paso del oyente, para luego pasar a tomar una postura activa de respuesta.

En la comunicación entre los sujetos, los discursos de estos están formados por diferentes enunciados. Como ya fue mencionado, existe una amplia variedad de enunciados que varían según diferentes rasgos, y que tienen ademas, “fronteras”. Estas fronteras, sumamente importantes en los discursos, están determinadas por el cambio de sujetos. De esta forma, el cambio de sujetos, que marca los límites del enunciado, es uno de los rasgos constitutivos del enunciado como unidad de la comunicación.

Luego de aclarar ciertos rasgos de los enunciados y la comunicación en sí, podemos centrarnos en un punto destacado de estos, que es la figura de “el otro”. Esta figura en los discursos es vista como aquel a quien esta dirigido el mismo, y de quien se espera una respuesta. Es aquel que toma una postura pasiva, al momento que escucha e interpreta a cierto hablante. De esta manera, este

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