Cuento camino a la escuela

PRESENTADO POR:

MARÍA ALEJANDRA SUAREZ MUÑOZ

GRADO 5

DOCENTE:

JULLY PAOLA ECHAVARRÍA GÓMEZ

COLEGIO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

BUCARAMANGA- SANTANDER

JULIO DE 2017

En la Vereda el Colorado del Municipio de Cabrera – Santander,  vivía un niño llamado Carlos de 8 años que se destacaba por ser estudioso, obediente, respetuoso y colaborador. Era tanto el amor por su estudio, que para llegar a la escuela, tenía que caminar por trochas en mal estado debido a las fuertes lluvias.

Una mañana estando todavía oscuro perdió el equilibrio y de repente resbalo, al caer de una manera brusca comenzó a gritar y en ese momento iban pasando unos compañeros, quienes corrieron afanados a buscar a la profesora para auxiliar a su amigo.

La profesora al mirarle la pierna  exclamo: ¡Oh, está fracturada!. Entre varias personas bondadosas y caritativas lo colocaron en unas tablas y lo llevaron al puesto de salud más cercano,  llamaron a sus padres para avisarles lo sucedido. Estos (lleva tilde en la E) preocupados corrieron a buscar a su pequeño, quien se encontraba desesperado y les pidió: ¡Por favor  trasládenme al hospital, alí calmaran mi dolor!. Ante este pedimento  los padres  accedieron y  buscaron a  don Guillermo -dueño del único carro que había en la vereda- y al cabo de media hora fue trasladado al hospital San Juan de Dios de San Gil.

El niño lloraba, gritaba, se retorcía de dolor, y los calmantes suministrados no hacían efecto; sus amados padres lo consolaban. Estando ya en el hospital, inesperadamente apareció un médico especialista que se caracterizaba por su carisma, entrega y dedicación así los niños. Lo revisó  e impartió la orden de tomarle unas radiografías y otros exámenes para poder determinar el tipo de fractura que sufrió tras su caída.

Una vez el médico revisó los resultados de los exámenes, ordenó preparar la sala de cirugía. Una auxiliar de nombre Teresa llamó al anestesiólogo y demás personal de apoyo que estarían presentes por la complejidad de la intervención. Siendo las 7 de la noche de ese día 11 de Julio, empezó la cirugía de la pierna izquierda de Carlos, la cual tuvo una duración de 5 horas.

El médico de nombre Julián, se sintió satisfecho porque no se presentaron complicaciones, se acercó a Luisa y Oscar -padres de Carlos- para comentarles que la cirugía había sido un éxito, pero tendría una incapacidad de 3 meses y estaría en el hospital internado 5 días. El niño al enterarse se puso a llorar y le suplicó al doctor: ¡Por favor doctor  le pido que mi incapacidad no sea larga¡ Quiero estudiar y practicar lo que más me gusta: ¡El fútbol!. El médico lo miró con tristeza y le dijo: Es por tu bien; y enseguida salió de la habitación.

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