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Desde ese día no dejé de pensar en él. Fue algo instantáneo, su mirada y la mía se cruzaron. No me importo nunca su manera de vestir, esa ropa negra, sus pantalones rasgados. Solo me importaba él.


Enviado por   •  17 de Marzo de 2017  •  Trabajo  •  797 Palabras (4 Páginas)  •  418 Visitas

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Desde ese día no dejé de pensar en él. Fue algo instantáneo, su mirada y la mía se cruzaron. No me importo nunca su manera de vestir, esa ropa negra, sus pantalones rasgados. Solo me importaba él.

Hola, mucho gusto!-Dijo.

 ¡Hola!- Solo eso le dije yo. La pena se apodero de mi, no supe que más decirle.  ¡Tonta,Tonta!-Me decía yo misma. ¿Que pensaría de mi?-Me pregunté. Tal vez pensó que era creída.

Un día me lo encontré de casualidad en la plaza, sentado en un banco, con sus audífonos. Me acerqué y le hablé, aunque estaba muy temblorosa. Solo el me hacía sentir así, era algo inexplicable.

Charlamos un buen rato e intercambiamos números de teléfono. Todos los días hablaba con él, y por las noches el me llamaba y aunque a veces no podía hablar bien, por mis padres.  A él no le importaba y me decía: Atiende y solo escucha. A pesar de que era un chico muy frío me decía tantas cosas hermosas que mis mejillas se tornaban de color rojo como manzanas. Yo me preguntaba- ¿Qué pasaría si él me dice esas cosas frente a frente?, No se como reaccionaría yo.

Así fue pasando el tiempo. Sus mensajes, sus llamadas, ya era algo que yo esperaba con ansias.

Un día mis padres me dijeron que nos tendríamos que ir  un tiempo por asuntos familiares. No le dije nada a él. Seguíamos escribiéndonos, hasta que un día, me preguntó - ¿Dónde andas? No te he visto por un tiempo, te extraño…  Quede en shock, me extraña-Si, eso dijo.

Yo también te extraño y mucho, extraño pasar tiempo contigo-Le contesté. Y continuamos hablado toda la tarde. Lo sentía cerca de mí, aunque estaba lejos y solo hablábamos por mensajes.

Paso un largo tiempo, él dejo de escribir. Nunca supe el porque, hasta que regresé. Fui directamente al parque, quería ver si él estaba allí.

 La ira hervía en mi interior, pura, caliente y burbujeante cuando lo vi con ella. No lo intentaste, nunca le dijiste lo que realmente sentías.-Susurré, no lo hiciste.

No me gustaba para nada esa chica con él, no la conocía, jamás la había visto, pero fuera de todo lo que sentía por él. Ella me daba mala vibra. De repente el me miró, no fue el mismo, lo sentí muy cambiado. No me dirigió ni una palabra. Yo realmente pensé que se alegraría al verme. Fuiste una estúpida al ir al parque-me dije en voz baja.

Días después lo vi, me saludo con un hola muy frio y al darme la mano note cortadas en sus muñecas, y su mirada… Su mirada era fría, vacía. Supe que algo pasaba, y imaginé que era por aquella chica del parque.

Busqué a algunos de sus amigos para que me diera alguna dirección para ir a verlo. Y conseguí la dirección.

Fui a su casa y al tocar la puerta abrió esa chica. ¿Quién demonios eres tú?-dijo ella. Yo estaba un poco asustada. ¿Dónde está? ¿Qué estás haciendo con él?-Grité.  

Ella me miró y sonrió de una manera muy sínica, me agarró fuertemente del cabello y me arrastró dentro de la casa, diciéndome- ¿Quieres verlo? ¿Realmente quieres?- ¡Míralo! Ahí está.

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