Diagnostico Aulas Practicas
Enviado por Globotv • 18 de Junio de 2014 • 834 Palabras (4 Páginas) • 776 Visitas
Cuando Toyota, la marca más reconocida por la calidad y los rigurosos controles en la fabricación de sus carros, tuvo que llamar a revisión a millones de sus vehículos por problemas con el pedal del acelerador, la opinión pública se escandalizó, aunque con alguna dosis de injusta causa.
De no ser por la notoriedad de la marca, esa campaña de servicio a cientos de miles de carros es un procedimiento usual, aunque no deseable en la industria, que de manera permanente tiene que hacer correcciones en sus vehículos cuando salen al uso diario en calles y carreteras. Y uno se pregunta ¿para qué tantas pruebas, pistas de ensayos, laboratorios y validaciones si en la vida real se presentan fallas a veces infantiles que en los miles de kilómetros de laboratorio deberían haber estallado? La razón básica es que una cosa son las piezas de los prototipos y otra las que pueden entregar los proveedores cuando ya están embarcados en la producción masiva de los componentes, y la cadena de materiales y controles puede fallar fácilmente.
Esto es peor y casi fuera de control en el caso de los elementos electrónicos, que ahora abundan en los carros y a los cuales es muy difícil hacerles, por ejemplo, pruebas destructivas o de duración, pues su vida es tan impredecible como la de un bombillo. Además, son partes selladas, cajas negras inabordables hasta por los mismos fabricantes, las cuales llegan masivamente a las líneas de ensamble y en las que hay que tener confianza tácita de que están bien o que van a durar lo que se espera.
Mientras más alta sea la gama del carro, más sensible es el asunto, pues hay muchos más accesorios y funciones dependientes de estas piezas, y los clientes son mucho más quisquillosos, y con razón, porque no entienden cómo, después de pagar 150.000 dólares por un carro, no les funciona el masajeador o el vibrador de la silla, la luz de lectura o la persiana para esconderse de la observación pública en los semáforos. Y eso que no manejan los carros, porque viajan en la silla trasera.
En estas últimas semanas, el asunto de los 'recalls' tuvo una nueva erupción, esta vez en los grandes cráteres de General Motors, acusada y condenada en el Senado de su país por negligencia en la corrección de un defecto en los switches de encendido de sus carros Cobalt y Saturn, que se pasaban solos a la posición de accesorios, en la cual no funcionan los airbags. Por esta razón, es responsable de 13 muertes de personas en accidentes, y solo la multa le costó 15 millones de dólares, amén de los pleitos y costos de reparaciones que le corren banco arriba con una cifra estimada en 1.300 millones de dólares.
El asunto tuvo en este caso otro cariz, pues se descubrió que la falla venía reportada once años atrás, pero los mandos medios de ingeniería y calidad que debían atenderla y producir la consabida campaña de
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