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EL Arte De La Guerra


Enviado por   •  23 de Mayo de 2013  •  2.483 Palabras (10 Páginas)  •  294 Visitas

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Sun Tzu

El Arte de la Guerra

El Arte de la Guerra es el mejor libro de estrategia de todos los tiempos. Inspiró a

Napoleón, Maquiavelo, Mao Tse Tung y muchas más figuras históricas.

Este libro de dos quinientos mil años de antigüedad, es uno de los más importantes textos clásicos chinos, en el que, a pesar del tiempo transcurrido, ninguna de sus máximas ha quedado anticuada, ni hay un solo consejo que hoy no sea útil.

Pero la obra del general Sun Tzu no es únicamente un libro de práctica militar, sino un tratado que enseña la estrategia suprema de aplicar con sabiduría el conocimiento de la naturaleza humana en los momentos de confrontación. No es, por tanto, un libro sobre la guerra; es una obra para comprender las raíces de un conflicto y buscar una solución. “la mejor victoria es vencer sin combatir”, nos dice Sun Tzu, “y ésa es la distinción entre le hombre prudente y el ignorante”.

Sun Tzu fué un general chino que vivió alrededor del siglo V antes de Cristo. La

colección de ensayos sobre el arte de la guerra atribuida a Sun Tzu es el tratado más antiguo que se conoce sobre el tema. A pesar de su antigüedad los consejos de Sun Tzu siguen manteniendo vigencia.

El núcleo de la filosofía de Sun Tzu sobre la guerra descansa en estos dos principios:

*Todo el Arte de la Guerra se basa en el engaño.

*El supremo Arte de la Guerra es someter al enemigo sin luchar.

Las ideas de Sun Tzu se extendieron por el resto de Asia hasta llegar a Japón. Los

japoneses adoptaron rápidamente estas enseñanzas y, posiblemente, añadieron algunas de su propia cosecha. Hay constancia de que el principal libro japonés sobre el tema, "El

libro de los Cinco Anillos", está influido por la filosofía de Sun Tzu, ya que su autor,

Miyamoto Mushashi, estudió el tratado de "El Arte de la Guerra" durante su formación

como Samurai.

Habitualmente se hace referencia a las culturas orientales como culturas de estrategia y

no es pequeña la influencia de Sun Tzu en este desarrollo cultural. Hoy en día, la filosofía

del arte de la guerra ha ido más allá de los límites estrictamente militares, aplicándose a

los negocios, los deportes, la diplomacia e incluso el comportamiento personal. Por

ejemplo, muchas frases clave de los manuales modernos de gestión de empresas, son

prácticamente citas literales de la obra de Sun Tzu (cambiando, por ejemplo, ejercito por

empresa, o armamento por recursos, sin ir más lejos). Las ideas siguen siendo

completamente válidas a pesar de los 25 siglos transcurridos desde que se escribieron.

Sun Tzu dice: la guerra es de vital importancia para el Estado; es el dominio de la

vida o de la muerte, el camino hacia la supervivencia o la pérdida del Imperio: es

forzoso manejarla bien. No reflexionar seriamente sobre todo lo que le concierne es dar

prueba de una culpable indiferencia en lo que respecta a la conservación o pérdida de lo

que nos es mas querido; y ello no debe ocurrir entre nosotros.

Hay que valorarla en términos de cinco factores fundamentales, y hacer comparaciones

entre diversas condiciones de los bandos rivales, con vistas a determinar el resultado de la

guerra.

El primero de estos factores es la doctrina; el segundo, el tiempo; el tercero, el terreno; el

cuarto, el mando; y el quinto, la disciplina.

La doctrina significa aquello que hace que el pueblo esté en armonía con su gobernante,

de modo que le siga donde sea, sin temer por sus vidas ni a correr cualquier peligro.

El tiempo significa el Ying y el Yang, la noche y el día, el frío y el calor, días despejados

o lluviosos, y el cambio de las estaciones.

El terreno implica las distancias, y hace referencia a dónde es fácil o difícil desplazarse,

y si es campo abierto o lugares estrechos, y esto influencia las posibilidades de

supervivencia.

El mando ha de tener como cualidades: sabiduría, sinceridad, benevolencia, coraje y

disciplina.

Por último, la disciplina ha de ser comprendida como la organización del ejército, las

graduaciones y rangos entre los oficiales, la regulación de las rutas de suministros, y la

provisión de material militar al ejército.

Estos cinco factores fundamentales han de ser conocidos por cada general. Aquel que los

domina, vence; aquel que no, sale derrotado. Por lo tanto, al trazar los planes, han de

compararse los siguiente siete factores, valorando cada uno con el mayor cuidado:

¿Qué dirigente es más sabio y capaz?

¿Qué comandante posee el mayor talento?

¿Qué ejército obtiene ventajas de la naturaleza y el terreno?

¿En qué ejército se observan mejor las regulaciones y las instrucciones?

¿Qué tropas son más fuertes?

¿Qué ejército tiene oficiales y tropas mejor entrenadas?

¿Qué ejército administra recompensas y castigos de forma más justa?

Mediante el estudio de estos siete factores, seré capaz de adivinar cual de los dos bandos

saldrá victorioso y cual será derrotado.

El general que siga mi consejo, es seguro que vencerá. Ese general ha de ser mantenido al

mando. Aquel que ignore mi consejo, ciertamente será derrotado. Ese debe ser destituido.

Tras prestar atención a mi consejo y planes, el general debe crear una situación que

contribuya a su cumplimiento. Por situación quiero decir que debe tomar en

consideración la situación del campo, y actuar de acuerdo con lo que le es ventajoso.

El arte de la guerra se basa en el engaño. Por lo tanto, cuando es capaz de atacar, ha de

aparentar incapacidad; cuando las tropas se mueven, aparentar inactividad. Si está cerca

del enemigo, ha de hacerle creer que está lejos; si está lejos, aparentar que se está cerca.

Poner cebos para atraer al enemigo.

Golpear al enemigo cuando está desordenado. Prepararse contra él cuando está seguro en

todas partes. Evitarle durante un tiempo cuando es más fuerte. Si tu oponente tiene un

temperamento colérico, intenta irritarle. Si es arrogante, trata de fomentar su egoísmo.

Si las tropas enemigas se hallan bien preparadas tras una reorganización, intenta

desordenarlas. Si están unidas, siembra la disensión entre sus filas. Ataca al enemigo

cuando no está preparado, y aparece cuando no te espera. Estas son las claves de la

victoria para el estratega.

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