EL DESAFIO
Enviado por psykiller3 • 6 de Octubre de 2013 • 588 Palabras (3 Páginas) • 236 Visitas
“EL DESAFIO”
MARO VARGAS LLOSA
De lejos, semi ocultos por la oscuridad tibia de la noche,
no parecían dos hombres que se aprestaban a pelear...
De los varios temas escritor por Mario Vargas Llosa uno de los que me llamo la atención fue el de EL DESAFIO, trata de una historia de un padre de nombre Leónidas y su hijo Justo.
Justo se encontraba en plena juventud aprendiendo de la vida, a enfrentar sus propios obstáculos y su padre a su lado para orientarlo. Un día Leónidas entro a un bar “Rio Bar” en el cual se encontraban los amigos de su hijo, el día anterior Justo había tenido una discusión con un tipo apodado el Cojo y su banda no llegaron a los golpes gracias a que en ese momento llego el cura del pueblo, pero esto no termino ahí, se citaron en un lugar llamado “La Balsa” pero esta vez sería una pelea con todas las de la ley.
Leónidas creía que los amigos de Justo ignoraban lo que había ocurrido el día anterior, así que les aviso para que asistieran a la pelea que sería por lo noche, y estos le contestaron que ya sabían y que ahí estarían.
El cojo era ya un hombre mayor que sabía pelear esto lo sabían todos y Leónidas lo tenía más presente pero él sabía que era un desafío al cual su hijo no podía rendirse.
Se llegó la noche y Justo salió de su casa en busca de sus amigos para irse a “La Balsa” juntos, cuando llegaron el cojo y su banda ya los esperaban. Habían puesto reglas para la pela una de ellas era que pelearían con navajas del mismo tamaño, así que antes de empezar se mostraron las navajas uno al otro, todo estaba en orden.
Cuando estaban a punto de comenzar la pela llego Leónidas, en cuanto el cojo lo vio lo corrió pero eso si respetuosamente, Leónidas dijo que él no se involucraría en la pelea que el solo estaba ahí como los demás de espectador.
Después de escuchar eso comenzó la pelea, a pezar de que Justo era más joven y con menos experiencia sabia moverse y cubrirse, la pelea duro tanto fue así que uno de los amigos de Justo grito "Hay que pararlos, ya basta". Pero antes que intentaran separarlos Justo no esquivó la embestida y ambos rodaron por el suelo. Se retorcían sobre la arena, revolviéndose uno sobre otro, hendiendo el aire a tajos y resuellos sordos. Esta vez la lucha fue breve. Pronto estuvieron quietos, tendidos en el lecho del río.
Justo ya estaba débil pero seguía luchando, llego el punto que el cojo grito “Don Leónidas dígale que se rinda! Leónidas, sin vacilar. ¡Calla y pelea! - bramó
Justo había intentado nuevamente un asalto, pero todos, sobre todo Leónidas, que era viejo y había visto muchas peleas en su vida, sabíamos que no había nada que hacer ya, que su brazo no tenía vigor ni siquiera para rasguñar la piel del Cojo.
Con la angustia que nacía de lo más hondo, subía hasta la boca, resecándola, los
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