EL FEDERALISTA Nº X

Ernesto Ramos Contreras        Derecho Romano

Grupo:2131

EL FEDERALISTA Nº X (ENSAYO)

Antes de analizar el fragmento número diez de “El Federalista” de Hamilton y así poder dar una opinión propia acerca de mismo, primero hay que tratar de definir el concepto básico del mismo fragmento, el cual es la unión. Aunque en el texto no den una definición clara sobre el que es la unión, puedo establecer una posible definición, la cual se puede decir que es la acción de usar un conjunto de ideas, pensamientos, sentimientos e inclusive personas para poder formar una unidad con las mismas finalidades. Es por eso que podemos decir que la unión no solo puede ser aplicada a grandes federaciones del estado, sino a cualquier conjunto de individuos que compartan ideales de cualquier tipo, y de esta forma lograr ser parte de una unión, ya sea de forma física o meramente social.

Ya teniendo noción de un concepto básico de lo que puede ser la unión, podemos esclarecer que el posible “peor enemigo” de la unión es en este caso el espíritu del partido; ya que como se cita dentro del texto “Nada produce al amigo de los gobiernos populares más inquietud acerca de su carácter y su destino, que observar propensión a este peligroso vicio”. El gobierno es el principal enemigo de dicho concepto, ya que cuando este es el causante del desinteres social, y por ende, termina suprimiendo las causas y reprimiendo sus efectos en la sociedad, lo que conlleva a destruir la libertad esencial y hasta su existencia; y de esta forma se ve oblidado a dar a cada ciudadano las mismas opiniones, las mismas pasiones y los intereses, volviendose un proceso ciclico sin final.

Muchos pensarian que solo se podria escoger una forma de poder sobrellvar al espíritu de partido, ya se el controlarlo o simplmente destruirlo, por lo mismo de sus caracteristicas dentro de la unión y las complicaciones que esto conyeva; sin embargo esto no es asi, ya que hay dos maneras de evitar los males del espíritu de partido. Estas maneras consisten en suprimir sus causas y en reprimir sus efectos. Y de la misma forma, hay también dos métodos para hacer desaparecer las causas del espíritu de partido: destruir la libertad esencial a su existencia, o dar a cada ciudadano las mismas opiniones, las mismas pasiones y los mismos intereses. Pero para poder sobrellevar estas soluciones se debe de tener en cuenta en todo momento que la libertad es sumamente fundamental para el espíritu, ya que es ese aliento y ese impulso que lo hace ser lo que es, la libertad es la razón que le da forma y fondo al significado del espíritu del partido. De igual forma, la libertad es esencial para la vida política, porque nutre a las facciones que crean a esta. EL segundo medio es tan impracticable como absurdo el primero. Mientras la razón humana no sea infalible y tengamos libertad para ejercerla, habrá distintas opiniones. Mientras exista una relación entre la razón y el amor de sí mismo, las pasiones y las opiniones influirán unas sobre otras y las últimas se adherirán a las primeras.

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