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EL MERCADER DE VENECIA: JUSTICIA Y VALIDEZ CON ENFOQUE DE GENERO


Enviado por   •  9 de Junio de 2021  •  Ensayo  •  1.498 Palabras (6 Páginas)  •  335 Visitas

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¿LAS REGLAS DE DERECHO VALIDAS, AUNQUE INJUSTAS, ¿DEBEN SER CUMPLIDAS?

SARAH MARIA BOLAÑOS VILLALBA

FUNDACIÓN UNIVERSITARIA LOS LIBERTADORES

2021

EL MERCADER DE VENECIA:  JUSTICIA Y VALIDEZ CON ENFOQUE DE GENERO

“El problema de la mujer siempre ha sido un problema de hombres” -Simone de Beauvoir. En este escrito, el debate infinito entre validez y justicia adopta un enfoque de género. Para esclarecer nuestra tesis nos valdremos de la historia de Porcia, una de las protagonistas de la obra de William Shakespeare “el mercader de Venecia” así como de los conceptos Benthamniano, Kantiano y aristotélico de la justicia y definiremos la manera de dar validez a una norma, ambas cosas a la luz del escenario renacentista en el que se desarrolla la historia.

Es este relato del autor inglés el perfecto ejemplificador de “Summum ius summa iniuria”  expresión latina que significa “sumo derecho, suma injusticia" y hace referencia a que en ocasiones el completo seguimiento de la ley es la máxima expresión de injusticia; por ende, es esta la solución al debate mencionado en el párrafo anterior, las normas válidas, aunque injustas, no deben ser cumplidas, esto debido a que no debe primar el objetivo de robustecer la seguridad jurídica sobre el de preservar cualquiera de las tres formas de justicia existentes en la sociedad, que sin duda constituye uno de los principales objetivos de la estructura normativa.

En el relato de Shakespeare, el sorteo que el difunto padre de Porcia ha ideado para desposar a su hija consiste en una triada de cofres, uno de oro, uno de plata y otro de plomo y ganará aquel hombre que encuentre el retrato de la princesa dentro de uno de estos, la justicia como los cofres tiene tres enfoques y tres resultados posibles, el Benthamniano acerca de maximizar el bienestar para la mayoría, el segundo es el enfoque Kantiano que versa sobre respetar la libertad al individuo y el ultimo es el aristotélico sobre cultivar y promover la virtud en los ciudadanos.

Cada ser humano a la hora de definir la justicia de una norma se basa en alguna de las premisas descritas en el párrafo anterior, en el caso de Porcia con el primer enfoque podríamos pensar que el actuar el padre es justo, puesto que este arreglo permitirá una mayor felicidad para la sociedad en la cual prevalecía la visión de Platón acerca del rol de la mujer “cómo columna vertebral de la unidad familiar, entendiendo que el binomio hombre mujer-hijos conforma el núcleo del aparato sociopolítico” (Grau Sánchez, 2013). Desde el enfoque Kantiano, el arreglo no tiene ni la más mínima cantidad de justicia pues no se respeta la libertad individual de Porcia al estar sometida al resultado de la dinámica y no poder si quiera objetar. “Pero este razonamiento de nada me vale para ayudarme a escoger un esposo. ¡Oh,qué palabra, qué palabra ésta: «escoger»! No puedo ni escoger a quien me agrade, ni rehusar a quien deteste; de tal modo está doblegada la voluntad de una hija viviente por la voluntad de un padre muerto”. (Shakespeare, 1600, p.10), lo que nos permite entender que la princesa es cosificada hasta tal punto de establecer que su único objetivo es contraer matrimonio y convertirse en un ser lleno de castidad y sumisión entregada totalmente a la vida de sus hijos y esposo quien se encuentra en calidad para exigir estas virtudes.

Desde la visión Aristotélica,  en la que una norma para ser justa debe respetar virtudes básicas, es obvio que en el escenario en el que se desarrolla la historia que en gran medida seguía siendo influenciado por el cristianismo y con el establecimiento en el concilio de Trento de la necesidad de mutuo consentimiento por parte de los futuros esposos, se vuelve  una conducta injusta y sin virtud aquel matrimonio que solo ha sido impulsado por intereses monetarios “En Belmonte hay una rica heredera Todo el mundo conoce lo mucho que vale, y vienen de apartadas orillas a pretender su mano (Shakespeare, 1600, p.8)   es de mencionar que en esa época, la mujer estaba obligada a entregar una dote del patrimonio de su familia o de ella al esposo, quien podía administrarlo a su merced, podemos entender este dinero como una especie de recompensa para el hombre  por decidir ,o en el caso de Bassanio, por ganar la posibilidad de desposarse con una adinerada princesa, “la cantidad de la dote descendía si el estatus social del esposo era menor, puesto que el matrimonio aseguraría prestigio y posicionamiento” (Grau Sánchez, 2013) como lo haría con Bassanio.

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