EMILIO O DE LA EDUCACIÓN LIBRO 1 & 2

El primer libro que contiene la novela pedagógica titulada Emilio o de la Educación de Juan Jacobo Rousseau tiene un modelo educativo que abarca desde el momento en que el niño se encuentra en el vientre de su madre hasta aproximadamente los 5 o 6 años de Edad. El método utilizado es el pragmatismo, el cual cosiste en obtener aprendizajes mediante la práctica y a su vez es mezclado con el empirismo pues el autor hace mención de la importancia que tiene la adquisición de experiencia.

La primera educación proviene de la familia, pero este libro hace énfasis en la importancia que tiene la madre. A esta edad se necesita de alguien que pueda proteger y atender al niño y quien mejor para hacerlo que la mamá del pequeño.

Las mamás, deben hacerse responsables de sus hijos, pero no siempre es así. Ellas, como se menciona en el libro aún en aquella época preferían gastar su tiempo en otras cosas, en lugar de cumplir con su deber, el cual, como se menciono anteriormente era atender a los niños, sin embargo, de algún modo intentaban evadir sus responsabilidades colocando nodrizas para el cuidado ellos, las cuales fungían como sus segundas madres.Rousseau cita:

“¿No debo yo el afecto de hijo a aquella que tuvo conmigo los afanes de madre?”

El niño comienza a tener afecto por quien desempeña ese papel tan importante, es ahí cuando las ingratas madres comienzan a preocuparse y a tomar medidas, hacen que desprecien a las nodrizas, viéndolas sólo como criados.

Esta conducta es considerada por Rousseau como “antinatural”, las madres ya no son responsables de los niños, no quieren amarlos, cuidarlos ni educarlos.

La educación es un efecto de la naturaleza, pues se nace rodeado de mil cosas que se quedan grabadas en nuestras mentes provocando desagrado, felicidad y conforme el paso del tiempo, va aumentando paulatinamente su sensibilidad e inteligencia. Por lo tanto el niño se va educando conforme a sus experiencias, dentro del contexto en que está involucrado.

Lo que deseaba Rousseau era enseñar el arte de vivir, saber actuar, distinguir lo bueno de lo malo, ser un hombre, pero saber serlo.

En el libro primero, se hace notar que no solo el respirar y el sentir se está vivo significa vivir, de verdad. No se trata de quien ha vivido más, sino quien lo ha disfrutado y aprovechado realmente.

Los niños no son física ni psicológicamente capaces de realizar ciertas labores, por eso la mayoría necesitan a sus madres para que les ayuden y faciliten a cubrir aquellas necesidades que les hacen falta.

En la educación de un niño algo muy importante es el lenguaje, cómo se va a expresar con los demás; una buena enseñanza de éste puede brindarle oportunidades ya abrir ciertas puertas en futuro, es ahí donde radica la importancia de enseñarles palabras que pueden recordar y utilizar.

Para que el pequeño tenga una buena educación es necesario cuidarlos de que vayan en el camino correcto y no se desvíen. El autor indica que para recibir esta educación, existían tres maestros que la impartían:

- La naturaleza. Desarrollo de las facultades individuales y órganos.

- Los hombres. Quienes utilizaban la enseñanza.

- La experiencia.

Para explicar de mejor manera su modelo, crea un alumno imaginario llamado Emilio e indica como educarlo. Le asigna un ayo, persona que se dedica a explicarle las cosas al pequeño.

En el libro se encuentra plasmada la idea de Rousseau que consta de que, la primera forma de tener buena disciplina en el niño será desde que la madre lo amamanta, pues la leche materna además de proporcionar beneficios en él es factor importante para disciplinarlo.

Al momento de bañar al niño hay que hacerlo con agua caliente y fría, para que no esté atenido al clima, vea y sienta los cambios existentes en él.

El autor enuncia que hay más niños que muren cuando se les educa con delicadeza, que cuando han sufrido golpes en la vida. Por lo tanto, hay que moldear al niño, para que en cualquier circunstancia, no le tema a nada, acostumbrarlos a todo.

Para lograr todo lo anterior hay que dejar a los niños con más libertad, para que hagan las cosas por sí solos, experimenten y por consiguiente, aprendan.

Libro Segundo

El segundo escalón en la vida de un niño es cuando termina su infancia, deja de llorar y empieza a hablar, es el momento en que pueden decir con palabras sus padecimientos, abarcando aproximadamente de los 6 a los 12 años. El método que predomina en este libro es el empirismo pues Rousseau consideraba que el mayor aprendizaje de dicha etapa se obtendría a través de la experiencia.

Cuando el niño llore o grite, no deberá ponérsele mucha atención, sino hasta que se tranquilice entonces será conveniente acercarse a él, y ver lo que le sucedió, si tiene algún daño evaluarlo, después tranquilizarlo y por último esperar su recuperación. En esta edad los niños aprenden a ser fuertes contra los dolores leves.

Hay que dejar que los niños experimenten, sientan, si se hacen algún daño aprendan de sí mismos, sin ser imprudentes y tenerlo vigilado, por ejemplo si está en un sitio alto, o tienen cerca herramientas peligrosas, o bien, si se cae o golpea con un palo, si se corta con una navaja es sabido que el niño no se hará gran daño, por lo cual el adulto no debe escandalizarse.

Otro progreso, es el de las fuerzas, mis que hace a los niños quejarse menos, aquí se presenta la vida individual, la conciencia de sí mismos, extiende la memoria y el sentir de la identidad de todos los momentos de su existencia.

En medio de llantos, castigos, amenazas y esclavitud, se va la edad de la alegría. Por ello la importancia de amar la infancia, favorecer los juegos, sus deleites, su amable instinto así como disfrutar de la naturaleza. El que menos penas padece es el más feliz, y el más miserable el que menos placeres disfruta.

Al estimular las facultades virtuales de los niños se despiertan y precede la imaginación. El mundo real tiene límites, el imaginario es infinito. Explayando las facultades personales también lo hacen las fortalezas, por el contrario disminuyen si la soberbia se extiende más que ellas.

Algo fundamental para todas las reglas de la educación es que el hombre verdaderamente libre solo quiere lo que puede y hace lo que le conviene.

A veces los padres y maestros no dejan que el niño desarrolle su flaqueza y al hacerlo le impiden que desarrolle sus facultades, sus habilidades. Que sepa convivir con la naturaleza, el niño es curioso, debe descubrir

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