Economía Verde

Economía verde

Hoy en día se hace indispensable, para todas las empresas, tener prácticas sustentables, ya que nosotros dependemos de los recursos que tengamos en el planeta. Todas las empresas serían de alto nivel, si se proyectaran a alcanzar la conciencia de cuánto significa cumplir la responsabilidad social y ambiental.

Lamentablemente aún no se han realizado grandes avances en la reducción del daño que las empresas causan al medio ambiente. Se ha demostrado que comprar el producto más dañino es más barato que comprar uno ecológico o inocuo.

El mayor coste para el planeta, no es un precio más alto para el consumidor; esto se debe al hecho de que las empresas no se ven obligadas a pagar por los efectos que tienen en la Tierra sus operaciones. Esta realidad se presenta porque es “muy difícil cuantificar esos daños con alguna precisión, costos que han sido ajenos a la contabilidad de las empresas actualmente”.

Si lo más barato fuese lo que menos nocivo es para nuestro planeta, el escenario se invertiría y las necesidades del mercado se pondrían al servicio de los objetivos de la sustentabilidad.

Poner precio a lo que no tiene

Consiste en la medición, en unidades monetarias, de los beneficios que nos brinda el entorno natural. Por ejemplo, el papel de la vegetación en la captura de dióxido de carbono; o la intervención de los insectos en el proceso de polinización, favorable a la agricultura.

La generosidad de la naturaleza no tiene precio, pero estos recursos han sido tratados como si fuesen gratuitos. La incapacidad de ponerles precio dificulta un pensamiento claro; si tanto los productos como dichos recursos pudiesen ser expresados en términos semejantes, sería posible encontrar soluciones óptimas.

Cuantificar los servicios del ecosistema fue reconocida en la década de los 90’, pero los esfuerzos serios empezaron en el 2000. Muchas organizaciones, sobre todo de ámbito internacional, han unido esfuerzos por concientizar, encontrar soluciones y metodologías para valorar los ecosistemas. Conservation International y The Nature Conservancy, ambas organizaciones sin fines de lucro, y que tienen actividad en el Perú, son las más conocidas.

Las Naciones Unidas y el Banco Mundial también trabajan en este problema. En el 2001 la ONU inició la evaluación de los Ecosistemas del Milenio, atrajo a mil 360 científicos para hacer más visibles las tendencias sobre la salud del mundo, lo cual indica la madurez e importancia que se está tomando respecto a esta problemática mundial.

Financiar el camino hacia la sustentabilidad

La valoración de los servicios de ecosistema implica cambios en la Inversión Socialmente responsable (SRI, siglas en inglés). Se diagnosticó que a medida que crece la conciencia sobre la SRI, se ha presentado un traslado de la orientación negativa hacia la positiva, con una apreciación más

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