El Lavado De Cerebro

LAVADO DE CEREBRO

Fernando López

A partir de los años 60´s, la industria de la publicidad en Latinoamérica se centró en apelar al subconsciente del “cliente”, del usuario o del destinatario final de un bien, un producto o servicio, como consecuencia de los ejemplos conocidos en estas latitudes por los “expertos” estadounidenses.

Los medios de comunicación por excelencia, durante la década indicada fueron la radio, el periódico y luego la televisión. Cincuenta años después, se ha invertido la tendencia de pauta publicitaria: las empresas que manejan cuentas de publicidad, sugieren a sus clientes pautar en televisión, luego los periódicos y por último en radio. Se hacen paquetes de pauta, incidiendo en las corporaciones de la radiodifusión, pues al pautar en la televisión, la bonificación que se obtiene se pide que sea en radio, lo que por supuesto, reduce el costo de inversión del cliente.

A partir de 2005, se inicia una nueva era para la publicidad. Se accede a la carretera sin fin. Las empresas publicitarias contratan a diseñadores gráficos para que se dediquen a crear páginas en la internet, en las que se incluye color, conectores (links) con otras empresas similares o de interés para los usuarios de la información y de la publicidad.

De hecho, de las empresas telefónicas guatemaltecas, al menos una, ofrece a sus usuarios de telefonía residencial (línea fija) una computadora pagada en cuotas mensuales y su acceso a internet por un número determinado de Gigas de desplazamiento y normalmente el contrato (comodato) se suscribe por 12 meses. Con ello, la empresa se asegura mantener un mercado abierto a equipo y la mejor ganancia en la utilización de la red inalámbrica obtenida en la compra de la infraestructura a la telefónica estatal durante la administración de 1996-2000.

Pero volviendo a los trucos que las empresas utilizan para la manipulación de la mente del consumidor, es con la única finalidad de obligarles a comprar sus productos. Normalmente se apela a la música, acompañada de imágenes sugestivas de valentía, osadía, riqueza, belleza e idolatría de algunos modelos humanos y por supuesto, aspectos conductuales.

Un ejemplo es el famoso anuncio de Marlboro (cigarrillo), en el que se expone a la vista del televidente o del espectador de un afiche de este producto, la naturaleza y los distintos eventos ecuestres en que un vaquero, luego de una faena, disfruta de una bocanada de cigarrillo. O el caso de las cervezas, cuya presentación, casi siempre lo hacen jovencitas en las playas, llevando puesto un bikini, por cierto muy pequeño, en posiciones muy eróticas. La presentación también la hacen en el disfrute de una fiesta, en la que priva la presencia de gente muy joven.

Un ejemplo clásico de venta de fantasía lo constituyen los anuncios que durante los años 1950 y 1960, en Estados Unidos de Norte América se hicieron

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