El Viejo Y El Mar

EL VIEJO Y EL MAR

Introducción

Es la historia de un pescador cubano ya de avanzada edad quien frecuentemente es acompañado por un joven apodado manolito. Sin embargo dado que el viejo no tenía mucha fortuna en sus labores de pesca el muchacho poco a poco se verá obligado a dejarlo aunque la amistad entre ambos no acabará del todo.

Pese a los infortunios, el viejo pescador un día cualquiera boga mar adentro con el objetivo de acabar su mala racha, esta vez sin compañía alguna. Tras unas horas de navegación un pez pica el anzuelo, éste era gigantesco y se resistía con todas sus fuerzas a ser capturado. La pequeña embarcación empezó a ser movida a placer por el fuerte pez y el viejo aunque luchaba con tesón, no podía evitar que sus fuerzas menguaran al rayo del inclemente sol y la embravecida mar.

Luego de horas de lucha el pez muere, parecía un triunfo seguro de aquél hombre sobre la naturaleza y años de infortunios, por lo cual se apresuró a amarrar su botín al costado de la barca, debía llevarlo a tierra firme, sus conocidos y sobre todo su joven amigo debían ser testigos de su logro. Pero como en la vida, en esta historia las dificultades no dan espera, un tiburón se acerca para degustar el llamativo pez, el viejo le golpea con su arpón hasta causarle la muerte pero a su paso siguieron otros tiburones atraídos por el rastro de sangre, de manera heroica hubo de batirse con los depredadores marinos, sin embargo habría de perder en la faena más de la mitad del pez. En la noche el convite continuaría y al término del día del magnifico ejemplar atrapado en el mar, solo quedaría la cabeza, la espina y la cola, poca cosa pudiera pensarse, pero suficiente para dar fe al mundo de su valentía.

Contenido

La historia se desarrolla en La Habana, Cuba y cuenta que un viejo hombre de mar Santiago quien vivía solo ya hacía muchos años, no tenía mucha suerte en su pesca. Su amada esposa había muerto años atrás.

El viejo Santiago es un pescador, pobre cuyo sustento está representado en lo que obtiene con su oficio.

En su juventud fue el mejor pescador de la costa antillana y conserva aún sus dotes así como los bienes representados en una humilde cabaña de palma y los elementos de pesca.

También cuenta con la sincera e incondicional amistad de Manolín, su única compañía, y quién ha recibido de él una sabia enseñanza sobre el oficio de la pesca y la manera especial de ver la vida.

La seguidilla de fracasos de Santiago ya se extendía a 84 días y era tan mala su reputación como pescador que los padres de manolin le prohibieron seguir pescando con el viejo Santiago.

Pasan cuarenta días sin que el viejo logre volver a su cabaña con algo en sus redes. Manolín, por reclamos familiares, de su amigo y contra su voluntad, le abandona en los siguientes cuarenta y cuatro días en los cuales continúa sin pescar nada.

No obstante, la fe, la voluntad y las ilusiones de Santiago le hacían insistir y pensar que la larga espera no era sino el preámbulo para una extraordinaria pesca. El viejo ve lo que otros pescadores no ven, la visión de un gran pez. Y efectivamente, un día, después de ochenta y cuatro de paciente espera, Santiago pensó que su mala racha tendría que terminar y aunque manolo quería viajar con él, ni los padres del niño ni el viejo lo permitirían. Entonces Santiago se lanza a la mar muy temprano como todos los días, cansado, con hambre y sin tantas fuerzas como en sus mejores tiempos en busca de una mejor suerte. Ya en el mar, Santiago hacía lo

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