Elogio De La Locura
Enviado por cesar1227 • 26 de Enero de 2014 • 2.080 Palabras (9 Páginas) • 246 Visitas
INFORME DE LECTURA
ELOGIO DE LA LOCURA
La locura es sincera, transparente; no existe en ella daño alguno. No se puede ocultar, por más que se intente siempre se muestra de alguna manera u otra. Proviene del amor propio, de la adulación, del olvido, de la pereza, de la voluptuosidad, de la molicie(blandura), y la demencia. Adquiriendo así un poder que lo eleva sobre los mismos emperadores.
Así mismo, la locura es la fuente y el principio de la vida.
¿Que seria de la vida sin una mínima gota de locura?
Seria algo triste, aburrido, fastidioso, insípido y desagradable.
y; ¿Que es la vida sino locura? (entendiendo vida en su máxima expresión, en su mayor realización). Al igual que locura es vida.
Los niños son los que más agradan a la locura. Pues, ¿de donde proviene ese encanto irresistible que tienen los infantes en sus primeros años de vida?. Ese encanto se debe únicamente al atractivo de la estulticia. Y los viejos también, ya que mientras más mayores son se vuelven más estultos y así se van pareciendo cada vez más a los niños.
La locura dice: “Sin mi, el mundo no puede existir ni por un momento, pues, ¿no está lleno de locura todo lo que se hace entre los mortales?, ¿ no lo hacen locos y para locos? Ninguna sociedad, ninguna convivencia pueden ser agradables o duraderas sin locura, de modo que el pueblo no podría soportar a su príncipe, el amo a su sirviente, la doncella a su señora, el preceptor a su alumno, el amigo a su amigo, la mujer a su marido por un solo momento, si de vez en cuando no se descarriaran, se adularan, toleraran sensatamente las cosas o se untaran con un poco de la miel de la locura.” Este párrafo contiene el resumen de su pensamiento: la locura es sabiduría mundana, resignación y tolerancia.
Para Erasmo la vida es una especie de juego, en el cual cada actor aparece en el escenario con su máscara propia y representa su papel hasta que el director escénico (la muerte?) lo llama. Se equivoca quien no se adapta a las condiciones y pretende que el juego deje de ser un juego.
Los verdaderamente sensatos deben mezclarse con todos, compartir plenamente su locura o equivocarse alegremente como ellos.
Y el motor necesario de toda acción humana es Filaucia, hermana de la Locura, el amor propio. El que no se complace a si mismo consigue poco. Si se elimina ese condimento de la vida, la palabra del orador se enfría, el poeta cosecha burlas y el artista se desvanece. La locura bajo el aspecto de orgullo, vanidad y vanagloria es la fuente oculta de todo lo elevado y grande. El estado con sus puestos de honor, el patriotismo y el orgullo nacional, la solemnidad de las ceremonias, las ficciones de la casta y la nobleza, ¿que son sino locura?. La guerra, la más loca de todas las locuras, es el origen de todo heroísmo.
La sabiduría es a la locura como la razón es a la pasión. Y en el mundo hay mucha más pasión que razón. Lo que mantiene al mundo en movimiento, la fuente de la vida, es la locura. La oradora atribuye a la locura todo lo que en la vida es vitalidad y valor. Es una energía espontanea de la cual nadie puede prescindir. Los que son perfectamente serios y sensatos no hallan lugar en esta vida. Son torpes en los bailes, en los juegos, en el intercambio social. Si tienen que adquirir algo o firmar un contrato, sin duda las cosas saldrán mal y en contra de sus propios intereses.
La locura es la alegría indispensable para la felicidad. Quien tiene solo razón, sin pasión, es una imagen de piedra, burda, carente de sentimientos humanos; un monstruo, un espectro de quien todos huyen, insensible ante toda emoción natural, no susceptible de amor ni de compasión. y nada se le escapa y en nada se equivoca; ve a través de todo, todo lo sopesa adecuadamente, de nada se olvida, solo se satisface consigo mismo. Solo él es el sano, sólo él es libre, solo él es el rey.
Erasmo caricaturiza de esta manera la horrible imagen del teórico. ¿Qué estado puede interesarse en tener como magistrado a un hombre tan tremendamente sabio?; ¿que mujer quiere por esposo a una persona así?; ¿no es preferible un hombre cualquiera, que siendo estulto puede mandar u obedecer a los estultos, que es agradable y afectuoso con su mujer y con sus amigos?, un hombre cualquiera que teniendo defectos es humano; y con esto es feliz el y los que lo rodean, en vez de un sabio viejo y amargado que ha sido infeliz toda su vida.
Una serie de virtudes sociales están atadas a la locura, tal cual la benevolencia, la amabilidad, la inclinación a aprobar y a admirar, pero, especialmente, de aprobarse así mismo.
No es posible agradar a otros sin empezar por adularse a si mismo. ¿Qué sería del mundo si no estuviese cada uno orgulloso de su posición y de su profesión?, ¿cómo sería la vida sin que nadie intercambiara con nadie su buen aspecto, su familia, su propiedad?.
Más aún, Erasmo se atreve por medio de Estulticia a censurar la creencia ingenua en los milagros, la adoración interesada de los santos y los celos entre los monjes. La importancia histórica de Estulticia no fue, como se creía en su época, la sátira directa, sino en los pasajes en los cuales concede a la locura el valor de la sabiduría y viceversa. Erasmo estaba persuadido por la poca solidez de los fundamentos de todas las cosas: todo pensamiento racional acerca de los dogmas de la fe conducen al absurdo. En su ultima oración al dejar el oratorio, la locura dice: “aplaudid, vivid y bebed, creyentes celebres de la estulticia”.
La locura dice: “Prescindo ahora de los daños que el hombre sufre por causa del hombre, cuales son, por ejemplo, la pobreza, la cárcel, la deshonra, la vergüenza, la tortura, las asechanzas, la traición, las injurias, los litigios, los fraudes, etc., no es mi objetivo hallar la razón de que los hombres hayan merecido tales castigos; pero el que medite sobre esto, ¿acaso no disculpará el suicidio de las doncellas de Mileto, aunque sienta por ellas profunda
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