Fosforos Como Escape A La Realidad

Mientras tú compartes con tu familia ricos manjares, hay personas que están muriendo de frío y hambrientos. ¿Te has puesto a pensar en esto? Algo similar le sucedió a nuestra protagonista.

"-¡Abuelita, por Dios, abuelita, no te vayas!- exclamó la niña tratando de proteger el fósforo contra el viento y la nieve. -¡Quédate abuelita, o llévame contigo! ¡No te vayas con la luz de este pequeño fósforo como se han ido la estufa que me dio calor, el mantel blanco y el pavo trufado, el arbolito de Navidad con sus luces brillantes! ¡No me dejes sola o llévame contigo! [...] A la mañana siguiente, los primeros transeúntes hallaron muerta de frío, sobre el umbral de una puerta, a la pequeña vendedora de fósforos. Una sonrisa iluminaba su hermosa carita y en una de sus manos entumecidas se veía un fósforo carbonizado. -¡Poco pudo haberse calentado con un fósforo!- comentó alguien con indiferencia [...]"

Anita La Fosforera; H. C. Andersen

Vemos acá, un ejemplo de un problema social bastante común hoy en día: la apatía. La simple falta de importancia hacia lo que los demás viven, sufren o pasan está aniquilando la sociedad. Puede que lo anterior sea solo un cuento, pero está representando lo que estamos viviendo. Si tan siquiera la gente se preocupara por lo que otros están padeciendo podríamos hacer un progreso en esta situación. La pobreza, el maltrato infantil, la explotación son problemas que la gente no quiere tratar debido a que sencillamente es más fácil hacerse a un lado. Lo que se necesita es gente que haga la diferencia, gente que deje de ser apática y empiece a ser empática. Gente que sufra lo que otros sufren, que viva lo que otros viven. Esta sociedad necesita héroes que dejen su comodidad y se empiecen a interesar por los problemas que otros están viviendo. ¿Estarías dispuesto a tomar el reto?

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