Guy Montag
Enviado por zacariastejada • 13 de Septiembre de 2013 • 3.979 Palabras (16 Páginas) • 485 Visitas
RESUMEN
Primera parte: Era estupendo quemar.
En un día como cualquier otro, donde se acostumbra quemar los libros clandestinos que algunos ciudadanos escondían por sobre la ley, un bombero, Guy Montag, camina rumbo a su casa feliz por haber cumplido –una vez más- con su deber. De repente siente una sensación antes conocida. La sensación de ser visto por alguien. El pequeño cambio de la temperatura ambiente –que la mayoría de las personas no distinguirían- lo previene. Antes de doblar la esquina intuye que alguien se encuentra detrás. Fue así como Guy Montag conoce a Clarisse McClellan. A Guy le sorprende que una adolescente se interesara en él pero no rehusa conversar con ella. Guy sólo puede hablar del fuego y del petróleo, de incendios controlados que destruyen en segundos los interiores de las casas. Cuando vio a la joven, Guy recordó un pasaje de su niñez en el que una vela iluminó todo su espacio. Clarisse le dice, con desarmante franqueza, que no le teme. Guy se sorprende aún más por la afirmación y pregunta la razón. Clarisse vuelve a ser explícita: Porqué estoy loca. La joven lo empieza a cuestionar sobre su oficio de bombero. Le pregunta que sí alguna vez a leído alguno de ellos. La Ley lo prohibe contesta Montag a una desilusionada Clarisse quien continua haciendo preguntas incómodas. Al despedirse le pregunta: ¿Es usted feliz?
Montag se queda perturbado por la breve aparición de Clarisse. Piensa incluso en la posibilidad de que ella lo estuviera esperando para provocar el encuentro.
Al llegar a su casa no es recibido por Mildred quien de nuevo yace intoxicada por una sobredósis de somníferos. Uno aparentes médicos llegan a auxiliarlo y le provocan una lavativa de sangre a Mildred.
Una vez pasado el susto y la ayuda, Montag se anima a abrir las cortinas y observa desde ahí la casa de los nuevos vecinos, la casa donde Clarisse vive. ¡Claro que soy feliz! Se repite convencido. Montag alcanza a escuchar las risas de aquella casa insólitamente iluminada. Audaz, Montag se escabulle por el jardín y llega a acercarse demasiado. Desilusionado regresa a casa.
Por la mañana, Mildred se comporta como si nada hubiera pasado, niega rotundamente haberse olvidado de tomar la pastilla y su consecuente intoxicación. Montag se sorprende aún más cuando su esposa le pide una cuarta pared con televisión –ya que recién compraron la tercera-. Abatido, Montag sale a la calle, en el camino se topa de nuevo con Clarisse. Llueve, a Montag se le hace raro que Clarisse pruebe la lluvia. Juegan con un diente de león, ella resulta estar enamorada y él no ¡Qué vergüenza! Montag afirma estar enamorado pero en su cabeza no aparece imagen alguna. Entre ambos surge la amistad pues Montag escucha con atención a la muchacha y voltea siempre a donde ella señale. Clarisse le dice que en este mundo nadie escucha nada. Además le dice a su nuevo amigo que le parece raro que trabaje de bombero, luego se despide y se va sin cubrirse de la lluvia. Montag, bajo la lluvia, abre tímidamente la boca.
Montag llega a su trabajo, el sabueso mecánico, los compañeros de trabajo y el capitán Beatty están, como de costumbre, listos para cualquier emergencia. Montag nunca convivió del todo con ellos sobre todo cuando no había nada que hacer y era cuando se divertían “entrenando” el olfato del sabueso soltándole ratas, o gatos para ser devorados por el salvaje pero controlado sabueso.
Esta vez el sabueso le gruñe a Montag.
Más adelante, Montag levanta una ligera sospecha en el capitán Beatty luego de una platica sobre el sabueso.
Los encuentros con Clarisse se hicieron más frecuentes, en una ocasión, Montag se conmueve por que la muchacha le pregunta la razón por la cual no tienen niños. Montag elude primero la respuesta y después le confiesa que es Mildred la que no quiere ser madre. En otra ocasión, Montag le pregunta a Clarisse por qué no va a la escuela. La joven contesta que no la extrañan por rebelde, por inadaptada. Su amistad se consolida y hablan de distintos temas. Llegan a la conclusión de que la gente no habla de nada.
Montag acumula faltas en su expediente; extraña la presencia de Clarisse. Durante un juego de naipes con el capitán Beatty, Montag pregunta la razón por la cual los dueños de los libros son llevados a un manicomio. Beatty le pregunta si esconde un libro. Montag lo niega. Luego, pregunta algo que a su vez fue preguntado por Clarisse: ¿es cierto que antes los bomberos apagaban los incendios? Beatty le recuerda entonces el reglamento –llegar, quemar e irse- y que Benjamín Franklin fue el primer bombero de la historia. Una sirena que precipita que todos vayan a sus puestos interrumpe la tensa platica.
Un anónimo denunciaba un domicilio donde presumiblemente se escondían libros. Los bomberos que antes jugaban naipes ahora llegan con sus trajes a prueba de fuego. Atrapan a una mujer que no corría ni pretendía escapar, Montag de lejos ve la acción. Beatty pregunta dónde están los libros, la mujer no se intimida y le reprocha que él sabe bien donde están y que por eso está aquí. Los Bomberos comienzan a destruir la casa, encuentran los libros escondidos, uno de ellos llega a manos de Montag quien, luego de leer un párrafo, lo esconde rápidamente.
La mujer mira dignamente como destruyen su casa y apilan los libros, ¡No pueden quedarse con mis libros! Les reprocha. Toda la casa es bañada con gasolina. Beatty reniega de los libros pues todos se contradicen y hablan de personas que nunca existieron. De pronto, todos se estremecen al observar a la mujer quien sostiene un cerillo en la mano. La huida es inmediata como el fuego que se expande.
Mildred también padece del oído y todo lo escucha con auricular y aún así, le pareció misteriosa la actitud de su esposo al llegar a casa. Montag, luego de esconder el libro, se concentra en Mildred y reconoce que no la reconoce. Montag le pregunta a Mildred si recuerda dónde se conocieron. Mildred contesta de inmediato que si y pronto se desmiente una y otra vez. Montag tampoco lo recuerda. Se siente vacío y llora por sentirse al lado de una mujer vacía.
En su pequeño espacio no viven solos, también viven los primos y sobrinos así como los tíos y las tías y aquello es motivo de frecuentes riñas internas y peleas con Mildred.
Esa noche Montag recuerda que lleva varios días sin ver a Clarisse. Inquieto le platica a una somnolienta Mildred de la muchacha a la que tiene cuatro días sin ver. Mildred le dice que algo sabe, algo así como que se mudaron y la muchacha fue atropellada o al revés, el hecho es que ella murió. Montag le pregunta la razón por la cual no se lo había dicho, Mildred simplemente lo olvido, le desea buenas noches a su marido
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