HUilo Ruales Loca Para Loca La Loca
Enviado por anderson2013 • 25 de Septiembre de 2013 • 539 Palabras (3 Páginas) • 2.153 Visitas
Loca para loca la loca: El Quijote femenino
El cuento está dividido en cuatro capítulos, en el primero Doña Catalina, mujer de edad avanzada y vestida en andrajos, aguarda el bus para dar un paseo por la ciudad. A través de la descripción se observa la cotidianidad de Quito, gente que sube a empujones olvidando todo concepto de civilización; ya en el bus, la mujer fascinada por el riesgo observa taquicárdica, la fuga de un ladrón en medio del estrépito urbano, al final de este capítulo pide su cambio de un billete de diez dólares; sin embargo el controlador aduce que jamás recibió tal billete. Los pasajeros se enardecen, vociferan y al final consiguen su cambio; en el segundo capítulo ya de vuelta a la casa, una mujer grotesca y gorda se sienta a lado de Doña Catalina, quien cuenta el tedio que le provoca su vida burguesa, debido a su hijo Ignacio (un funcionario del gobierno) quien le prohíbe salir de casa y mucho menos sin guardaespaldas; sin embargo Doña Catalina amante del vértigo pide cada miércoles a su empleada de confianza (La Miche) ropa para así disfrazada de “la Miche” escapar y no dar sospechas en la casa. Cuenta que todos estos paseos los hace cada miércoles; al final la interlocutora, grotesca e incrédula, le grita antes de levantarse del asiento: “Ahora no es miércoles sino lunes, vieja loca”.
A partir de esta conversación la veracidad del personaje empieza a tambalear; pues lo que cuenta sobre su vida, y el por qué de su aspecto indigente pierden fundamento al final del diálogo. Galope entre la verdad y la mentira, la coherencia y la locura, en fin se respira una atmósfera de ambigüedad en la narración creada con audacia por Huilo Ruales al intervenir el segundo personaje; sin embargo esto no repele al lector sino lo sume lo invita a descubrir la verdadera realidad del personaje; de aquí en adelante el cuento se lee solo.
En el tercer capítulo la protagonista observa un grupo de manifestantes por lo que el bus toma otra dirección, para esto el corazón de Doña catalina empieza a latir como en la juventud; más tarde una ambulancia, al bajarse otra vez pide su cambio de diez; otra vez el controlador aduce que jamás lo recibió. Y otra vez los pasajeros se enardecen y consiguen el cambio de la señora; Doña Catalina por fin llega a casa en el capítulo cuatro; sin embargo no ve a los guardias, el palacio, ni La Miche; solo una perra huesuda sale a su encuentro desde una covacha de cartón.
En las últimas cinco líneas cuando aparece la perra flaca y la covacha de cartón se llega por fin a desenmascarar la realidad del personaje, Un Quijote femenino que suplantaba la realidad o creaba para sobrellevar las condiciones en la ciudad, una vida imaginaria; este final tiene mucha coherencia pues pone en boca de una loca, una visión muy lúcida aunque áspera de la realidad a lo largo de la narración (“esto era lo que se llamaba existir:
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