LA REPUBLICA DE PLATON ENSAYO.
Enviado por Uriel M.z. • 25 de Junio de 2017 • Trabajo • 2.266 Palabras (10 Páginas) • 270 Visitas
LA REPUBLICA DE PLATON ENSAYO.
Platón a través de su interlocutor Sócrates trata de encontrar lo que es la justicia, sin saber que es pero si descartando lo que no es; nos dice que no es el darle a cada cual lo que le corresponde, ni tampoco el hacer injusticia para los enemigos y justicia para los amigos, no es lo que es más ventajoso para el más fuerte, no es obedecer a los que gobiernan. Ya que la virtud sólo ofrece penas y trabajos, el hombre tiende con mayor facilidad a la injusticia, mientras que se asegura la ventura mejor si se acepta aliar a la injusticia, ya que con la fama del hombre honrado; no se logra nada si no se es. Maestros hay que enseñen el arte de seducir al pueblo y a los jueces con artificiosos discursos. Hacer uso de la elocuencia, y cuando ésta llegue a faltar, se empleara la fuerza para escapar al castigo de los crímenes. Así como quiera que la necesidad de una cosa moviese a otro hombre a unirse a otro, y otra necesidad a otro hombre, la multiplicidad de esas necesidades ha reunido en un mismo lugar a diversos hombre con la mira de ayudarse unos a otros, y hemos dado a esa sociedad el nombre de estado. La primera y más grande de ella es la nutrición de que depende nuestro ser y nuestra vida, la segunda es la casa y la tercera es el vestido. Es preciso que uno ejerza para todos los demás el oficio que le es propio, pues no nacemos todos con idénticas aptitudes que unos tienen más Debe de haber disposición para hacer una cosa, y otros para hacer otra imposible resulta para el estado hallar un lugar de donde pueda sacar todo lo necesario para su subsistencia, necesitará por tanto, que más vayan a buscar a los estado vecinos aquello que a él le hace falta, pero tendrán que llevar a cambio a esos estados lo que posean, a esas gentes se les llamará comerciantes se necesitará además un mercado y una moneda para darle valor a los objetos cambiados. No solo se busca el origen de un estado, sino de uno que rebose de delicias, se necesitara arrebatar a los vecino tierras y él a su vez hará lo mismo y de ahí el origen de las guerras entre propios y particulares. Hasta éste punto se encuentra claramente organizado el estado, hay oficios y clases trabajadoras y cada cual hace su propia labor. Además de ello se debe organizar un cuerpo defensor del estado con derecho a educación que serán llamados "guardianes " que poseerán coraje, fuerza, ligereza y filosofía. Se educará al cuerpo con la gimnasia y el alma con la música. En su educación deberás censuras los mitos y fábulas porque Sócrates considera éstas como mentiras corruptoras ya que nos presentan a los dioses y a los héroes de manera que no son. Ya que los primeros discurso que el niño oiga tiene que ser adecuados para encaminarle hacia la virtud. Los guerreros libres de toda ocupación, han de ocuparse únicamente de conservar y defender la libertad del estado por todos los medios. La música será la parte principal de la educación, porque el número y la armonía, al insinuarse desde muy temprano en el alma se apoderan de ella y hacen penetrar en su fondo, después de la música los jóvenes serán formados en la gimnástica. Se habrá de prohibir la embriaguez a los guardianes, pues a nadie menos que a un guardián conviene no saber ni donde se encuentra. En la música, la sencillez hace prudente y discreta el alma y la gimnástica hace sano el cuerpo. La importante tarea de la educación será designada a las mujeres; se escogerán por jefes a los mejores guardianes del estado, quienes poseerán en más alto grado las cualidades de guardianes excelentes, a más de la prudencia y la energía necesaria tengan mucho celo del bien público. Ninguno de ellos tendrá cosa que sólo le pertenezca a uno, salvo que sea absolutamente necesario, que no haya además casa ni almacén donde pueda entrar todo el mundo. Los ciudadanos estarán encargados de suministrar el alimento, que coman en mesas comunes y que vivan juntos. Se deberá vivir en comunidad ya que es la única manera de que no tengan interese privados ya que un servidor político no debe tener intereses privados. De todos los ciudadanos son ellos los únicos a quienes está prohibido manejar ni aun tocar oro o plata o guardarlo bajo su techo, o usarlo en sus vestiduras, o beber en copas ya que es la única manera de que ellos y el Estado se conserven. Se debe educar a los alumnos desde los primeros años el estudio de la aritmética y de la geometría y de las demás ciencias que sirven para la preparación de la dialéctica, un espíritu libre no debe aprender nada como esclavo, que sean obligados a voluntarios los ejercicios del cuerpo, el cuerpo no por eso obtiene menos provecho de ello, pero las lecciones que por fuerza se hacen entrar al alma no quedan en ella. A continuación se mencionan las virtudes que debe haber en el Estado. La primera virtud del hombre justo es la prudencia, la segunda es el valor que consiste en saber qué es lo que sí se puede hacer, ya que la cobardía y el ser temerario son desmesurados, la tercera es la templanza, que es cierto acorde y cierta armonía, es el orden o el freno que ponemos a nuestros placeres y pasiones, consiste en esa concordia, que es una armonía establecida por la naturaleza entre la parte superior y la parte inferior de una sociedad o de un particular, para decidir qué parte deba ser la que mande sobre la otra, la cuarta virtud es la justicia consiste en ocuparse únicamente de los propios asuntos, sin intervenir para nada en los ajenos, consiste en hacer cada cual lo que tiene que hacer, la justicia no es a Igualdad, sino una armonía entre lo desigual. En el hombre como en el Estado deben existir estos tres órdenes, la razón es aquella parte de nuestra alma que es el principio del razonamiento, y apetito sensitivo privado de razón, amigo del goce y de los placeres, aquella otra parte del alma es el principio del amor, del hambre, de la sed y de los demás deseos. Sólo hay en el alma dos partes, la racional y la concupiscible, el apetito irascible es también en el alma un tercer principio cuyo destino consta en secundar a la razón. La justicia en efecto se asemeja a lo que prescribíamos nosotros en que no Se detiene en los actos eternos del hombre, sino que regula lo interior del mismo, no permitiendo que ninguna parte de su alma haga otra cosa aquello que le es propio. El hombre es justo cuando todas las virtudes están en orden y conexión,
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