LAS BUENAS CONCIENCIAS Carlos Fuentes
Enviado por Claus86 • 7 de Abril de 2018 • Ensayo • 808 Palabras (4 Páginas) • 682 Visitas
LAS BUENAS CONCIENCIAS
Carlos Fuentes
En éste ensayo se comentará la obra que nos presenta Carlos Fuentes y la marcada crítica que hace a la problemática sociopolítica de nuestro país; en su obra nos presenta problemas y situaciones que a pesar de estar enmarcadas en épocas antiguas, aún hoy en día nos duelen y aquejan.
Me parece importante establecer los límites necesarios para la comprensión de éste sencillo trabajo; poniendo en realce la marcada obsesión que el autor transmite por la degeneración espiritual, el laxo proceder del sistema político y la dura manera de establecer juicios morales; llevando al país a un deterioro moral en la segunda mitad del siglo XX.
Algo relevante en la obra es la evolución de Jaime Ceballos, el protagonista de "Las buenas conciencias". Porque Jaime Ceballos, es prestado por el autor como un ser humano con una sensibilidad marcada, característica y valor que lo lleva a generar un lazo de amistad con un chico de la clase baja y marginal, a profundizar una relación con un perseguido a quien protege.
En la actualidad, tal pareciera que escuchamos hablar del joven Jaime Ceballos cuando por la calle escuchamos mencionar con tanto ahínco la falta de orientación de los jóvenes de hoy en día; cuando escuchamos los relatos de aquellos cuyos lazos familiares se han visto irrumpidos y rotos, tal pareciera que escucháramos hablar de Jaime Ceballos y Juan Manuel su buen amigo, cuando escuchamos las críticas que muchos hacemos y pronunciamos partiendo de un laxo juicio por las vestimentas y niveles socioeconómicos que son pautas marcadas por la sociedad.
De igual manera, nos presenta como Jaime llega a asumir al nivel de la conciencia su inquietud religiosa generando una lucha entre los valores reales o imaginarios introyectados desde su medio familiar y su entorno social, la lucha que genera el pensar si llegamos a cumplir para lo que fuimos traídos, lucha que le genera esta situación ambivalente, misma que se ve expresada cuando afirma:
“No he tenido el valor. No he podido ser lo que quería. No he podido ser un cristiano. No puedo quedarme sólo con mi fracaso; no lo aguantaría; tengo que apoyarme en algo. No tengo más apoyo que esto: mis tíos, la vida que me prepararon, la vida que heredé de todos mis antepasados. Me someto al orden, para no caer en la desesperación. Perdón Ezequiel; perdón Adelina; perdón Juan Manuel. (Cfr. Las buenas conciencias, F.C.E., 4a. reimpresión, 1969, p. 190).”
Lucha que sin lugar a duda es una lucha que cada uno de nosotros quienes vivimos el día a día, realizamos tratando de aferrarnos a “algo”, tratando de pertenecer, de trascender, con pequeñas acciones o grandes talvez, cada quien a su modo, cada quien a su ritmo; la interrogante aquí sería ¿Qué tantas personas terminan el fin de sus días como Ceballos? Creyendo que no lograron a lo que vinieron a existir, tantos males que hoy tienen otro nombre y en aquel entonces sólo llamaban soledad o fracasos.
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