LAS LEYES DE LA EDUCACIÓN DEBEN SER RELATIVAS A LOS PRINCIPIOS DE GOBIERNO
Enviado por iusrafa • 11 de Octubre de 2016 • Ensayo • 883 Palabras (4 Páginas) • 343 Visitas
ENSAYO
Lic. Cárdenas Álvarez Jair Rafael
Teoría General del Proceso
Especialidad en Derecho Procesal
EL ESPIRITU DE LAS LEYES
(Montesquieu)
LAS LEYES DE LA EDUCACIÓN DEBEN SER RELATIVAS A LOS PRINCIPIOS DE GOBIERNO
LIBRO IV
En el presente texto, el cual se encuentra comprendido por VIII capítulos, “Montesquieu” comienza señalándonos y haciéndonos ver la importancia que tienen las leyes de la educación en la sociedad, toda vez, que son estas las primeras que recibimos y son ellas las que preparan a la ciudadanía.
El autor durante la lectura nos establece con posterioridad y con verdadera razón como es que las leyes de la educación no pueden ser las mismas, sino diferentes en cada forma de gobierno buscando un fin específico y distinto. En las Monarquías tienen por regla el honor, en las Repúblicas tendrán la virtud por norma; y en el despotismo su objeto será el temor.
En las monarquías la verdadera escuela de la educación es el propio mundo, verdadera escuela de lo que se llama honor y reconoce en él ese maestro universal que a todas partes debe conducirnos. En las monarquías la educación busca la nobleza en las virtudes, la franqueza en las costumbres y la finura en los modales. Por todo ello Montesquieu señala que la educación cortesana, llamándola así, tiende a formar lo que se llama un hombre correcto, fino y pulido, con todas las virtudes exigidas en esta forma de gobierno (la monarquía moderada). El honor al que aspira la educación en la monarquía tiene tres reglas fundamentales y la educación esta obligada a conformarse a ellas, tales principios son: Primero, que podemos hacer caso de nuestra fortuna, pero no de nuestra vida. Segundo, que cuando hemos alcanzado una categoría, no debemos hacer nada que nos haga parecer inferiores a ella. Tercero, que las cosas prohibidas por el honor han de sernos más rigurosamente prohibidas cuando las leyes no concurren a la prohibición; como así mismo las que el honor exige, son más obligatorias si no las pide la ley.
La educación en el gobierno despótico tiene como finalidad indudablemente infundir temor, pues como certeramente lo señaló Montesquieu, mientras que en las monarquías, la educación procura únicamente elevar el corazón; en los Estados despóticos, tiende a rebajarlos; es decir, es menester que sea servil. En los gobiernos despóticos la educación se reduce a infundir miedo y enseñar nociones elementales de religión, pues el saber sería muy peligroso, ya que los esclavos no pueden tener ninguna instrucción, lo que limita aún más la educación en esta clase de gobierno. En pocas palabras, el autor nos deja claro que donde existe el régimen despótico la educación es nula, pues es preciso quitarlo todo para después dar algo; hacerlo primero una mala persona, para hacer de ella un buen esclavo, ya que si se interesa por la cosa pública, sentiría tentaciones de aflojar los resortes del gobierno y acabar con el tiempo.
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