La condena de los Buendía
Enviado por Alvaro Oliva • 20 de Junio de 2017 • Ensayo • 2.158 Palabras (9 Páginas) • 269 Visitas
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por Gabriel García Márquez
En este ensayo, realizaré una demostración de lo real maravilloso presente en la célebre novela del escritor, guionista, editor y periodista colombiano Gabriel García Márquez, “Cien años de soledad”. Para comenzar, debemos saber quién es el autor de esta peculiar novela, un modesto “Gabo” (como coloquialmente se le conocía), nació del vientre de una honrada familia educado por sus abuelos, quienes influyeron en su crecimiento e inclinaciones como nadie. Según una descripción del propio autor, su abuela fue una mujer imaginativa, que le narraba cuentos de fantasmas y premoniciones. Ella, al igual que su marido (el abuelo), fue desde su niñez su principal inspiración por su manera de contar historias fantásticas, como si fueran parte evidente del mundo real. Él perteneció al grupo de jóvenes del famoso “Boom Latinoamericano”, donde escribieron novelas y cuentos en las cuales se narraban historias sumamente conmovedoras y críticas, que cuestionaron la realidad de la época a través de lo fantástico. Posteriormente, es ganador del bienquisto Premio Nobel, en el año 1982.
El padre de Gabriel García Márquez fue Gabriel Eligio García, uno de los numerosos inmigrantes que llegaron a Aracataca motivados con la fiebre del banano en la primera década del siglo XX. Su madre Luisa Santiaga Márquez, pertenecía a una de las familias del lugar. Los padres de ella, el coronel Nicolás Márquez y Tranquilina Iguarán, no estuvieron de acuerdo con los amores de su hija con uno de los aventureros de la hojarasca, como se llamaba despectivamente a los inmigrantes. Historia bastante similar a la que se presenta en el libro.
Para introducirnos en la lectura, cabe mencionar como antecedentes que según la revista Nexos en 2014, el trasfondo de la historia de Cien años de soledad incluye a William Faulkner, Fidel Castro, la familia Rockefeller y la CIA. La investigación de Cien años de soledad se comenzó a escribir en 1950, cuando se publicó en la revista Crónica (publicación colombiana) “La casa de los Buendía”, en la que ya figuraban algunos de los elementos característicos de Macondo.
A partir de esa publicación, Márquez cargaría consigo un manuscrito de setecientas cuartillas, titulado “La casa”, que lo acompañaría en su recorrido por toda América Latina, hasta llegar a México. Desilusionado por el escaso éxito de sus novelas, Gabo se presentó en los guiones para cine, mientras escribía para diversas revistas con el fin de mantener a su familia. Su entrañable amigo, Álvaro Mutis lo contactó con “La mafia”; un grupo de artistas con amplio reconocimiento en el sector intelectual hispanoamericano. A través de este círculo, logró contactar a Rodman Rockefeller, el editor Alfred Knopf y la agente literaria Carmen Balcells, quien ofreció un magno contrato a Márquez y que lo llevaría a pulir la última versión de Cien años de soledad.
Antes que nada, debemos comprender qué es lo real maravilloso. Éste es un movimiento latinoamericano que muestra nuestra cultura, las creencias de los indios, con drama y fantasía, que se une para dar un contexto muy original e irreal para otras culturas. Es la narración de aquellos hechos que escapan a lo estrictamente racional y se instalan en nuestro quehacer cotidiano, haciendo natural lo que para otras culturas sería mágico, sobrenatural o inverosímil.
De este modo, el texto de García Márquez amplifica los parámetros de lo que se acepta como la “realidad”, lo cual es, como sugiere Carpentier en “El reino de este mundo”, lo que busca hacer la representación de lo real maravilloso
García Márquez nos transporta a un mundo lleno de misterios que son parte de la cotidianidad. Con temas bastante polémicos e interesantes de digerir como son la miseria de la soledad, lo polémico de la religión, lo crítico de la guerra e incluso lo morboso del incesto.
Todo esto podemos verlo reflejado en distintos momentos y hechos del libro, los cuales mencionaré con distintas aclaraciones y citas textuales pertenecientes al relato para comprenderlas de mejor manera:
La matanza en Cien años de soledad representa, empleando la hipérbole a la cual tan frecuentemente recurren los textos reales-maravillosos, no es una verdad histórica, sino, unos aspectos de la realidad vivida por los individuos que fueron testigos de la violencia en Ciénaga en el mes de diciembre de 1928.
La presencia de muertos en la vida de los Buendía, como es el caso del asesinado por José Arcadio Buendía, al inicio del libro, tras una discusión en la que ponían en duda su virilidad masculina debido al hecho de que no tenían hijos junto a Úrsula, por lo que acabó con la furia del protagonista, dando pie a un asesinato que lo condenaría a la locura.
La capacidad del sacerdote de levitar, este fenómeno sorprende a todo el pueblo de Macondo, menos al escéptico de José Arcadio Buendía. Demostrando en sí el poder de Dios, haciendo una exageración a éste, como podemos apreciarlo en la cita del libro: “Luego se limpió los labios con un pañuelo que sacó de la manga, extendió los brazos y cerró los ojos. Entonces el padre Nicanor se elevó doce centímetros sobre el nivel del suelo. Fue un recurso convincente” (Gabriel García Márquez, 1985, página 82)
La cantidad de generaciones que trascendió Úrsula, quien se presumía haber vivido un poco más de cien años, habiendo sido partícipe de seis generaciones hasta su último mandato de madre, donde estaba José Arcadio, el futuro papa que liberase a la familia de su maldición. Ella, pese a estar ciega y sumando los problemas que transcurrían en el tiempo, seguía con actividades bastante avanzadas, sin la presencia de un doctor profesional en el pueblo. Esto sería imposible para una anciana de más de 100 años de edad, pero parece ser normal para el resto de personajes que son indiferentes a sus problemas, no así ella.
La misteriosa vida de Melquíades, en esto haré alusión a los pergaminos que él escribió, donde predijo todo el futuro de la familia, refiriéndome a la cita en donde Aureliano Babilonia logra traducir su pergamino: “Se le revelaron las claves definitivas de Melquíades, y vio el epígrafe de los pergaminos perfectamente ordenado en el tiempo y espacio de los hombres: el primero de la estirpe está amarrado en un árbol y el último se lo están comiendo las hormigas” (Gabriel García Márquez,1985, página 392).
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