La independencia del arte estructural El arte estructural va en paralelo, pero es totalmente independiente de la arquitectura.

  La independencia del arte estructural de la arquitectura

El arte estructural va en paralelo, pero es totalmente independiente de la arquitectura.

Hay quien sugiere que la ingeniería estructural y la arquitectura son lo mismo y que comparten los mismos ideales de diseño. Resulta tan crucial para los ingenieros aprender sobre arte y estética, como para los arquitectos aprender sobre estructuras y construcción.

Pero el Arte Estructural; persigue un conjunto de ideas que lo separan de la arquitectura y la escultura.

  Arte en la ingeniería

Mientras la automatización progresa, nuestras carreteras, puentes y obras urbanas se vienen abajo, los niños dominan los ordenadores, en tanto los adultos avanzan en zigzag entre los baches de las carreteras. Parece que cuanto mayor es el nivel de la alta tecnología, peores son los servicios comunes de agua, transporte y vivienda.  

Frecuentemente se identifica a la tecnología con las maquinas, pero en realidad, las maquinas son solo la mitad dinámica de la tecnología. Las estructuras constituyen la otra mitad, una mitad estática formada por elementos que posibilitan el abastecimiento de agua, permiten el transporte y crean refugio. Las estructuras, esa mitad olvidada de la tecnología, son claves para el renacimiento de la vida pública.  El arte del ingeniero de estructuras, una forma de arte que se manifiesta con especial claridad en puentes, rascacielos y cubiertas de gran luz.

El arte estructural no puede ser etiquetado como movimiento de arte moderno ya que sus formas e ideales y su tradición democrática, han cambiado poco desde que Thomas Telford los formulo en 1812. Los ideales del arte estructural son tres: eficiencia, (mínimos materiales) economía, (mínimo coste) y elegancia (máxima expresión estética). Por lo tanto, la tradición del arte estructural tomó forma tanto verbal como visualmente.  La civilización requiere vida urbana y la vida urbana se forma alrededor de las obras que la civilización construye. La calidad de la vida urbana depende, por tanto, de la calidad de obras como acueductos, puentes, torres, terminales, espacios de reuniones, de la eficiencia de su diseño, de la economía de su construcción y de la apariencia visual de sus formas acabadas. En su mejor expresión, estas obras funcionan de manera fiable, cuestan lo menos posible y, cuando son diseñadas con sensibilidad, se convierten en obras de arte.

La historia del arte estructural empieza en Gran Bretaña hacia finales del siglo XVIII, y permite comprobar como la aparición de nuevas formas estructurales está directamente vinculada al empleo de nuevos materiales. La segunda etapa del arte estructural empieza en los años ochenta del siglo XIX, cuando el precio del acero baja y se desarrolla el hormigón armado.

Además de la común confusión entre arte estructural y arquitectura, surgió en ese momento una idea equivocada, sobre la relación entre las estructuras, la ciencia y el machine art.  

Hay una diferencia fundamental entre ciencia y tecnología. La ingeniería o la tecnología se encargan de la fabricación de objetos que no existían antes, mientras la ciencia descubre cosas que han existido durante mucho tiempo. Es mejor ver la ciencia y la tecnología como actividades paralelas que se desarrollan de forma independiente.

La creencia de que únicamente las maquinas forman parte de la tecnología es una falacia. La tecnología es algo más que maquinas. De hecho, la tecnología tiene dos componentes: las estructuras y las maquinas. La Torre Eiffel y el puente de Brooklyn, son estructuras, y como tales fueron diseñadas para resistir fuerzas con mínimos movimientos y para perdurar como las sociedades que las erigieron. En cambio, los ascensores, los aparatos de aire acondicionado, y los automóviles son maquinas. Como tales, solo funcionan cuando están en movimiento y son continuamente sustituidas. El mundo civilizado necesita de las partes de la tecnología, las estructuras representan la continuidad, la tradición y la protección de la sociedad, mientras que las maquinas personifican el cambio, la movilidad y el riesgo.

De manera análoga, las maquinas requieren una estructura que les proporcione soporte; estructuras y maquinas íntimamente relacionadas, pero deben funcionar de modo diferenciado. Pero debe quedar claro que las estructuras pierden sentido si olvidamos su relación complementaria con las maquinas. Así, el gran público no disfrutaría de la Torre Eiffel sin usar sus ascensores; el puente de Brooklyn se construyó para su empleo por toda clase de máquinas, y actualmente presta servicio como una importante carretera.

El mundo moderno tiende a clasificar las torres, los estadios e incluso los puentes como arquitectura, esa clasificación es otra falacia: Los proyectistas dan forma a objetos de relativa gran escala y de un único uso y ven las formas como un medio para controlar las fuerzas de la naturaleza que la estructura debe resistir. En cambio, los arquitectos dan forma a objetos de relativa pequeña escala y complejo uso humano y ven las formas como un medio para controlar los espacios que el hombre empleara.

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