Lo que el teólogo debe considerar para hacer teología.

SEMINARIO BIBLICO ALIANZA DEL ECUADOR

Ensayo:

Ensayo: Lo que el teólogo debe considerar para hacer teología.

Por

GEDEON J. TERAN SEGURA

Materia:

PRODUCCION TEOLOGICA

Facilitador:

MSC. ANGEL MANZO

En cumplimento de los requisitos de la materia

2015 – 2016

Ensayo: Lo que el teólogo debe considerar para hacer teología.

INTRODUCCION:

Cuando hablamos de los elementos que el teólogo debe tener en cuenta al hacer teología, viene a mi mente si los desarrolladores de la teología del siglo diecinueve y veinte, tuvieron este tipo de manuales que les evite caer en laberintos Teológicos, y es que si bien la Teología ya estaba muy bien desarrollada en el mundo occidental, hay manuales que solo nacen de la experiencia de siglos del quehacer teológico. Es así, como hoy en día podemos tener el deleite de escribir elementos específicos con los que de seguro el teólogo tendrá un encuentro disyuntivo  en su ministerio, componentes que han sido debatidos a lo largo de la historia, pero que en el quehacer teológico de hoy en día  deben tener un solo sesgo por el bien del Reino. Por otro lado creemos que los elementos que planteamos en este ensayo son universales y por ello aplicables a todo tipo de reflexión y metodología teológica, esto es de gran ayuda en un mundo donde todavía se debate (irrisoriamente)  si el título de mi teología es el más “ortodoxo”.

A continuación presentamos varios principios que el teólogo debe considerar al hacer teología y que sin duda nos serán de gran ayuda en contextos donde aún esta ciencia no posee un camino definido.  

1. No existe la “teología”.

“No hay nada determinado que pueda llamarse teología “solo hay teología contextual: teología feminista, teología negra, teología de la liberación, teología filipina, teología asiático - Americana, teología africana, etc. Hacer teología contextual no es una opción…….la contextualización de la teología intento por entender la fe cristiana en términos de un contexto particular, es realmente un imperativo teológico.”  ^[1]

Todas las teologías mencionadas anteriormente marcan un contexto de necesidad teológica: particular e independiente. Decimos particular, porque cada una tiene sus características innatas, como por ejemplo: las voces de reclamo distintas que se escuchan desde cada una de ellas; el contexto cultural en el que se origina y se desenvuelven; el contexto histórico en el que han sido condicionadas, el estilo de su lenguaje; la tradición que se ha levantado en cada una de ellas, etc. Por otro lado decimos independiente, porque ninguna teología depende de otra, ni son comparables entre sí, cada teología tendrá un desarrollo muchas veces distinto y otras veces relativo a otras teologías, pero nunca dependiente de otra. Ejemplo de esta particularidad e independencia es lo que Yo he denominado “la resonancia teológica” es decir el efecto que provoca una teología en un tiempo o espacio determinado pero que sin embargo en otros contextos puede pasar desapercibido por su incongruencia y carencia de elementos contextuales, lo que bien puede asesinar en un contexto diferente la atracción de las reflexiones teológicas que han sido pensadas a la luz de otra realidad especifica. He allí la razón por la que el teólogo ha de hablar de teología contextual y no de teología, ya que si anteriormente hablamos de una diversidad de contextos, no podríamos hablar de teología sino de “teologías”. En todo caso, serían teologías contextuales.

Antes de terminar esta consideración tengo que dejar claro que el asumir una propuesta teológica contextual no significa una posición antagonista hacia nuestros paradigmas teológicos o doctrina de fe profesada por cada uno de nosotros, sino tener la capacidad de que al observar la realidad podamos verla con ojos pluralistas, y que al actuar sobre la misma lo hagamos con conciencia pluralista.

1. Dios es el Dios de la historia, y la teología debe seguir esa historia que aún no termina.

Dios no es estático, ni su obra ha terminado aquí en la tierra. Él es el Dios que ha actuado en la historia y que lo sigue haciendo. Es por esto que me atrevo a decir que dentro  del quehacer teológico se debe encontrar el concepto de un Cristo que es el centro de la historia de la salvación de Dios, pero no es el fin. Esto moverá al teólogo a hacer una reflexión constante de las manifestaciones de Dios en nuestro presente y no solo en el pretérito lejano. ¿Qué quiero decir con esto? El teólogo jamás debe pretender enmarcar a Dios dentro de conceptos, libros o de la misma biblia, debemos comprender que la biblia es un testimonio de la existencia, poder y amor de Dios, pero no es una descripción total de Dios. Si el teólogo pretende entender a Dios a la luz de las experiencias pronto se encontrará con un vacío de incomprensiones, ya que las experiencias son inherentes a contextos pasajeros (tales como la biblia) mientras que nuestro Dios es Eterno.

...