NDOCENTESx: La tecnología en las escuelas argentinas de 2015

NDOCENTESx

Índice:

Introducción        

Desarrollo        

La necesidad del cambio        

El nuevo modelo y los viejos docentes        

Los nuevos estudiantes y su tecnología        

NDOCENTESx        

Conclusión        

Bibliografía        

Introducción

La idea central de este estudio es ver cuál es el lugar que ocupa la tecnología en las aulas de los adolescentes del siglo XXI, ver la importancia que se le da a las NTICx (Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación) en la formación docente y su aplicación en las escuelas secundarias.

“La tecnología ingresa en las instituciones educativas con el objetivo de actualizar los soportes y recursos pedagógicos y democratizar el acceso a la información y al conocimiento. El abordaje de las TIC constituye una estrategia de carácter transversal y una herramienta de trabajo pertinente que responde a las especificidades de las más variadas disciplinas […]”^[1]

Para poder discutir sobre los temas antes planteados, hemos creado una serie de preguntas que podremos ir resolviendo a lo largo de este ensayo. Preguntas como: ¿Qué lugar ocupa la tecnología en la vida diaria y cómo la aplicamos en las aulas? ¿La tecnología ayuda o perjudica la labor del docente? ¿La tecnología ayuda o perjudica la apropiación de conocimientos por parte del educando? ¿Los docentes utilizan estas herramientas tanto en su propia capacitación como en su práctica? ¿Cómo influye la autobiografía escolar en la utilización o no de las nuevas tecnologías en el aula? ¿Podemos encontrar alguna problemática que se pueda detectar en la formación docente en relación a las nuevas tecnologías? ¿Qué postura toma el gobierno nacional frente a esa problemática, qué solución propone, da resultado? ¿El docente tiene el hábito de utilizar esa herramienta en el aula? Y si decide ponerla en práctica ¿esas ideas logran concretarse en el aula?

Tenemos que decir que desde hace unas décadas atrás, o mejor dicho, desde los años 90, los cambios en lo que respecta a la tecnología avanza dando pasos agigantados y cada vez más veloces. Tanto es esto así, que ya en la primera década del siglo XXI, y gracias a la globalización, tenemos tecnología casi en todo y al alcance de todos, tanto de mujeres como hombres, jóvenes o grandes, o, también de clases sociales humildes o de mayor poder adquisitivo. Lo cierto es que no se puede pasar por alto la incidencia de la tecnológica en las relaciones sociales de nuestros días, y como la escuela forma parte de todo el entramado social, vemos como algo muy importante el incluir a las nuevas tecnologías dentro de las escuelas. El Concejo Federal de Educación en la fundamentación de sus políticas de inclusión digital educativa (Programa Conectar Igualdad) dice expresamente:

“El contexto actual, caracterizado por mayores posibilidades de acceder de modo masivo al conocimiento producido por la humanidad, se define por la capacidad de buscar, sistematizar, comprender, organizar y principalmente utilizar la información a la que se accede por medio de las tecnologías para producir nuevos saberes. De allí la necesidad de que los ciudadanos puedan contar con herramientas cognitivas y competencias que permitan accionar de modo crítico, creativo, reflexivo y responsable sobre la abundancia de datos para, aplicarlo a diversos contextos y entornos de aprendizaje, así como para construir conocimiento relevante en base a ellos.”^[2]

Desarrollo

La necesidad del cambio

Así como Narodowski piensa que la escuela moderna está llegando a su fin y que está empezando a surgir lo que él denomina como “mundo digital”, y entendiendo que “[…] nuevas relaciones que parecen estar generándose, algunas de las cuales son realmente amenazantes, pero otras tienden a generar una estimulante sensación de renovación que bien vale indagar”^[3]; la política educativa argentina toma decisiones es una sintonía similar y se propone cambios para adecuarse a los que se están produciendo en la sociedad actual.

Cuando nos referimos a la tecnología, no solo hablamos de computadoras, notebooks, netbooks, celulares inteligentes, proyectores, etc., sino también de toda la cantidad de páginas web, blogs, aplicaciones, foros, redes sociales, etc., que influyen en cada una de las prácticas sociales debido a la masividad y la facilidad (a partir del crédito o los bajos costos debido su producción en masa) de conseguirlas.

Internet se ha vuelto una herramienta más que alcanzable y de bajo costo, no solo porque se puede tener internet en casa, sino que también se puede acceder a internet en los cyber a un costo no muy elevado, o incluso gratis en algunas plazas, estaciones de tren a través de wi-fi, o sin ir más lejos con los celulares a través de sus compañías telefónicas, en algunos casos con valores accesibles. En fin, la conectividad a internet está casi asegurada.

El problema es cómo lidiar con ellas cuando los alumnos utilizan todos esos beneficios para distraerse y alejarse de sus deberes como estudiantes.

En respuesta a este dilema, el gobierno nacional lanzó el programa Conectar Igualdad:

“[…] creado en abril de 2010 a través del Decreto Nº 459/10 firmado por la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, para recuperar y valorizar la escuela pública y reducir las brechas digitales, educativas y sociales en el país. Se trata de una política de Estado […].

Como una política de inclusión digital de alcance federal, Conectar Igualdad recorre el país distribuyendo netbooks a todos los alumnos y docentes de las escuelas secundarias, de educación especial y de los institutos de formación docente de gestión estatal.

El Programa contempla el uso de las netbooks tanto en la escuela como en los hogares de los alumnos y de los docentes, impactando de este modo en la vida diaria de todas las familias y de las más heterogéneas comunidades de la Argentina. En este sentido, Conectar Igualdad se propone trabajar para lograr una sociedad alfabetizada en las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), con posibilidades de un acceso democrático a recursos tecnológicos e información sin distinción de grupo social, económico ni de las más diversas geografías, tanto rurales como urbanas.”^[4]

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