Narcocorridos
Enviado por PaulaJoya • 10 de Junio de 2013 • 2.484 Palabras (10 Páginas) • 559 Visitas
UNIVERSIDAD DEL VALLE
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y ECONOMICAS
DEPARTAMENTO DE CIENCIAS SOCIALES
Curso: Autores latinoamericanos
Estudiante: Paula Andrea Joya Código: 0939477
Trabajo Final
En este trabajo se realiza según los requerimientos del curso de Autores Latinoamericanos se basara principalmente en la hipótesis de cómo las representaciones sociales de la violencia presentadas en el narco-corrido puede llegar a contextualizar o a normalizar la violencia del narcotráfico, queda por aclarar que será una visón muy general. Este trabajo se basa en dos artículos de la Revista Mexicana de Sociología en los cuales se trata las temáticas de representaciones de la violencia y narcotráfico. El primer artículo del año 2004 llamado “La representación de la violencia en la trova popular Mexicana” de Gilberto Giménez y Catherine Heau Lambert muestra los corridos mexicanos como representaciones sociales en torno al honor y al machismo, la valentía y la bravura, la astucia y el contrabando, ligadas con el ejercicio legítimo o ilegítimo de la violencia. Este trabajo se concentrara en la idea de "violencia" que tiene la cultura popular -en particular en los narco-corridos- y la connotación transgresiva e ilegal en este caso. El segundo artículo es del 2012 llamado “México: violencia criminal y “guerra contra el narcotráfico”” de Guillermo Pereyra sobre las relaciones de poder que condicionan en México la violencia actual empleada por los grupos ilegales de la droga y la “guerra contra el narcotráfico”. Para este trabajo se busca entender la lógica del poder del narcotráfico y los principales factores que contribuyeron a aumentar la violencia criminal. Lo que se hará con estos dos textos será un contraste para afirmar o desmentir la hipótesis dada anteriormente.
Los conceptos básicos serán el concepto de violencia de Gilberto Giménez y Catherine Heau Lambert en el artículo la representación social de la violencia en la trova popular mexicana, en el cual la ven como un concepto socialmente construido de modo que implique la noción de “acción ilegítima”. Se trata, por lo tanto, de una conducta esencialmente transgresiva de las normas sociales. El concepto de poder que se ejerce en un territorio en forma de violencia fines individuales o de dominación por medio del terror y el de representaciones sociales como formas culturales en las que la sociedad recrea las situaciones que vive. Como lo dicen Giménez y Heau “La representación de la violencia no aparece nunca en forma aislada y autónoma en el imaginario popular, sino asociada a otras representaciones que constituyen, por así decirlo, su constelación semántica más amplia.”
Como parte fundamental de las representaciones sociales de la violencia en México se ven por los narco-corridos los cuales prolongan la tradición de los corridos norteños y bajeños, reproducen su vocación transgresiva y su abierto desafío a la autoridad en las letras. Estos corridos son los más distribuidos en los medios de comunicación masivos y son de gran aceptación no solo en México sino que en varios países de Latinoamérica o del mundo, un gran ejemplo de esto es nuestro país donde en la zona rural estos corridos tienen una gran aceptación por los campesinos un ejemplo de estos grupos son los tigres del norte, Los tucanes de Tijuana, Águilas del norte, etc. Estos corridos hablan sobre todo la astucia y las habilidades de los traficantes para burlar a la autoridad, combinándolas con eventuales condimentos de tragedia sentimental, narran crudamente muertes, masacres y desgracias, aunque en algunas ocasiones asumen también el tono y la modalidad de los “homenajes” post-mortem. Estos reflejan la complejidad creciente del narcotráfico, que ahora se organiza en forma de redes clandestinas de alcance transnacional, con una jerarquía interna bien establecida y en competencia salvaje las unas con las otras. (Giménez y Heau, 2004).
Los protagonistas de los narco-corridos persiguen como objeto-valor central el enriquecimiento individual exclusivo y excluyente, sin la menor connotación política o social. Su enfrentamiento con la autoridad sólo se justifica porque ésta se interpone como un obstáculo en su camino, y no por razones políticas. Por consiguiente su violencia no es reactiva, sino deliberadamente agresiva y mafiosa. Villalobos resume esta concepción del siguiente modo: “En el caso del crimen organizado en México, la violencia es instrumental, le sirve para defender sus ‘negocios’, para intimidar y controlar territorio y para hegemonizar rutas y plazas frente a otros grupos criminales” (Villa¬lobos, 2010b: 7). Hay una trasgresión de la violencia en la cual ya no es para defenderse, sino para producir más violencia, ya sea aumentando los negocios violentos adyacentes al narcotráfico o produciendo ciclos de venganzas y humillación cuya difusión no puede ser prevenida por ningún sistema de regulación. Estas situaciones de la realidad pasan a ser de propagación pública a través de los narco-corridos y son de muy aceptados por la audiencia, se puede decir que es algo muy parecido a lo que pasa en Colombia con las narco-novelas las cuales se llevan el principal rating y son las novelas que se venden a otros países, teniendo un gran éxito, distribuyendo y contextualizando el narcotráfico no solo en nuestro país sino en muchos, a demás de México.
La violencia criminal utilizada en el narcotráfico es utilizada como estrategia de presión política y social, pero además su utilización descontrolada y los procedimientos por los cuales se busca el impacto en la sociedad. Para esto utilizan los medios de comunicación en los cuales aparecen diariamente decapitados, ejecutados, mutilados, individuos disueltos en ácido, descuartizados, expuestos en la vía pública y otros encontrados en fosas comunes. Los abusos no tienen beneficios claros y consisten más bien en humillar y destituir subjetiva¬mente a las víctimas; ya no basta con matar, hay que desmembrar los cuerpos y ensañarse con ellos una vez asesinados creo pues que es para demostrar el poco valor que tienen sus víctimas o los “Sapos” como ellos le llaman en muchos de los videos que graban masacrando, torturando personas. Esto lo muestran los corridos pues en estos el narcotraficante, afronta a sus adversarios y oponentes utilizando todos los medios que lo sitúen en posición ventajosa para eliminarlos sin correr riesgos. La emboscada, la trampa, la traición y el ataque artero por sorpresa están a la orden del día en los narco-corridos. La violencia no es en sí misma una señal del poder de las agrupaciones, pues en oca¬siones expresa triunfos sobre los rivales o las fuerzas militares y en
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