Paseo De La Reforma

Paseo de la Reforma (Elena Poniatowska)

Ashby

Un joven de una posición económica alta, de familia adinerada. Su vida era “perfecta”, aparentemente, para la mayoría de los de su núcleo social, las personas admiraban a su familia, a él, su porte, elegancia.

Tras sufrir un terrible accidente por ayudar a una de sus nanas, comenzó la aventura y verdadera vida de Ashby, descubrió que su vida no tenía nada de emocionante. Al ser enviado a un hospital del gobierno, debido a que sus padres no estaban en el país, Ashby conoció lo que su familia jamás le enseñaría, la vida real, como era, él, en el hospital conoció a personas verdaderamente humildes, sinceras y sin caretas, cosa que jamás vería en su entorno. Conoció a un señor emprendedor, a una señora “luchona”, que no le interesaba nada, sólo estar con su marido, apoyarlo y no dejarlo jamás.

Descubrió que todo lo que él había vivido no era nada, no tenía sentido, porque era demasiado perfecto que nadie se esforzaba en nada, a nadie le interesaba saber cómo se obtenía todo lo que tenían, no importaba nada, solo gozar lo que se tenía. Cuando la familia de Ashby se entera, regresan y de inmediato lo trasladan a un hospital privado, para que, además de que le den el mejor servicio, lo pudieran curar y pronto estuviera en su casa.

Cuando logró sanar por completo, se encontraba en su vida normal, con reuniones elegantes, gente con dinero, buen prestigio, entre otras cosas elegantes que, después de la grata experiencia que tuvo Ashby al convivir con gente común y corriente, le parecían aburridas, no lo satisfacían y lo hacían deseoso de “lo prohibido”, porque de acuerdo a su estatuto social, no era bien visto ver a alguien con tan alto prestigio como él conviviendo con gente de otra clase social o caminando solo por las calles de la Ciudad de México. Tuvo que lidiar por mucho tiempo con eso, debido a que nadie sabía de todo lo que vivió mientras estuvo en el hospital del gobierno, fue un secreto que mantuvo por muchos años.

Su concentración se mantuvo en analizar detalladamente a las mujeres, porque creía que ellas eran las únicas que realmente valían la pena para poder prestar toda su atención, disfrutarlas, vivirlas sin que ellas lo notaran, simplemente hacerles sentir todo lo que ellas no veían en ellas, porque Ashby veía hasta sus más escondidas virtudes y se las hacía sentir, de tal forma que todas quedaban maravilladas con él, porque se sentían como ningún hombre las había hecho sentir, a demás de que Ashby rompía con todas las reglas. La mayoría de los hombres sólo hablaban de negocios, dinero, viajes, mientras que Ashby analizaba a las mujeres, platicaba con ellas, se daba la oportunidad de conocerlas y enaltecerlas. Así fue como conoció a Nora, una joven tímida que era una de las tantas mujeres encantadas por él.

Ashby y Nora se conocieron en una reunión, Ashby, como de costumbre invitaba a las mujeres a bailar, todas ansiosas de que se acercara a ellas y las tomara de la mano para compartir esa pieza de baile y poderse maravillar con los elogios que Ashby siempre les hacía, Nora sólo esperaba el momento en el que Ashby se acercara, cuando de repente la tomo de la mano y comenzaron a bailar, él al saber que ella hacía poesía le incitó a que le enseñara lo que escribía, ella jamás le había mostrado a alguien su poesía, convencida por el encanto de aquel hombre, aceptó, lo invito a su casa para enseñarle lo que hacía. Cuando sucedió el encuentro Ashby quedó impactado al ver lo hermoso que escribía y así fue como Ashby se enamoró de ella. No era la mujer más bonita, ni tenía la mejor posición económica, pero él se había enamorado y nada importaba, pronto se casaron, pero al formar una familia el amor desapareció. Él fue perdiendo el encanto

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