Pedro Paramo

Reporte: Juan Rulfo, Pedro Páramo, Ed. RM, México, 2012

“Vine a Comala porque me dijeron que acá vive mi padre, un tal Pedro Páramo…” (Op. Cit., Pág. 5)

Es así como comienza uno de los clásicos de la literatura latinoamericana anunciada y admirada por maestros de las letras como Gabriel García Márquez y Jorge Luis Borges a quien yo admiro mucho. Es sin duda Pedro Páramo una novela que organiza líneas de tiempo que se encuentran en un mismo espacio; una enriquecedora obra que juega con las narraciones, y así, con los auspicios del lector, mentiría al decir que no estuve perdido en algún momento en la lectura.

“No vayas a pedirle nada. Exígele lo nuestro.” (Op. Cit., Pág. 5)

Su madre en su lecho de muerte exige a Juan Preciado que vaya a exigir lo que le pertenece, y elijo ésta cita en símbolo de decisión, como filosofía de vida y en cada acción debemos estar convencidos de lo que queremos lograr, con ello, definir el “cómo hacerlo”, y así, estar dispuestos a luchar por esos ideales y defender lo que por derecho corresponde a nuestros esfuerzos. La autovaloración es para mí, el principal benefactor y determinante en la vida de un hombre, una definición de hombre que Rudyard Kipling describe en su poema “if” escrito en 1986.

La vida, resumida como la constante toma de decisiones serán los determinantes el destino de una persona o descrito en griego “El ethos es para el hombre su daimon”.

“Sube o baja según se va o se viene. Para el que va, sube; para él que viene, baja” (Op. Cit., Pág. 6)

Parte de la integración y una de las principales labores de los líderes en las organizaciones es el de unificar la visión, y hacer de todos los elementos de trabajo un equipo que sabe a donde ir, esto es por lo que recurro a la cita que consuma mi reporte, Juan Preciado, podía ver con sus ojos aquellas llanuras verdes de las que su madre hablaba; aplicado a los negocios esto es visión pura, la prospección de un objetivo a largo plazo a través de ejercer el liderazgo correcto con una ética definida.

“ ...Llanuras verdes. Ver subir y bajar el horizonte con el viento que mueve las espigas, el rizar de la tarde con una lluvia de triples rizos. el color de la tierra, el olor de la alfalfa y del pan. Un pueblo que huele a miel derramada..” (Op. Cit., Pág. )

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