Pequeño Cerdo Capitalista
Enviado por Javier Alfonso Patiño • 22 de Mayo de 2019 • Resumen • 2.572 Palabras (11 Páginas) • 239 Visitas
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Javier Alfonso Patiño Meroño
Licenciatura en Administración de Empresas
“Contabilidad Financiera”
30 Septiembre del 2014
“PEQUEÑO CERDO CAPITALISTA”
Es un libro muy interesante, que en lo personal me ha dejado demasiadas enseñanzas, nos explica detalles que jamás nadie se había atrevido a contarnos, me gusta la confianza con la que la autora nos habla, se dirige hacia el lector como uno más de sus amigos, no se anda con rodeos de hablarnos de manera formal o diplomática como muchos otros autores, Sofía Macías nos hace entrar en confianza desde la primer página del libro.
A continuación analizaremos capítulo a capítulo lo más interesante o lo que más me ha dejado.
Comienza hablándonos de la importancia de ser un cerdo capitalista, los beneficios que te dejará ser un pequeño cerdo capitalista, intenta convencernos de serlo, empieza a darnos una ligera introducción de lo que será el libro en general, los pasos que debemos seguir para lograrlo etcétera.
Capítulo 1.-
Desde el nombre del capítulo comienza a motivarnos “Ahorrar: de veritas que todos podemos”, empieza contándonos las maravillas que se pueden hacer cuando tienes tus ahorros, las broncas que puedes librar, etc. Nos dice que dejemos de lado los gurús del típico “No se puede” que comencemos por cambiar esa actitud para poder tener un bien con el ahorro. Nos mete la idea de que no debemos de gastar todo lo que ganamos, que es mejor ahorrar y tener un colchón por cualquier emergencia que se presente en un futuro.
Nos convence de aunque tengamos compromisos como la familia, hijos, amigos etcétera, se puede ahorrar, lo único que se necesita son las ganas y la convicción para hacerlo, no es difícil, depende de cómo te organices y la determinación que tengas.
No importa la edad que tengamos, no por estar más viejos que el resto quiere decir que ya no podremos ahorrar igual que alguien joven, afortunadamente estoy leyendo este libro a mis 19 años, antes de empezar a ganar por un trabajo formal, me están dando consejos para el futuro, para que no me agarren de bajada. Da un dato muy interesante y un poco abrumador “Sólo 40% de los mexicanos ahorran, y en promedio empiezan a los 35 años”. Es tiempo de cambiar esa idea, de empezar a ahorrar desde ahorita.
Deja en claro unos consejos para hacer del ahorro un hábito o un estilo de vida, no importa la cantidad que pongamos en la alcancía, en el banco o en donde sea, no dejarlo como último, hay que hacerlo como parte de un egreso más, que a largo plazo, puede ser un ingreso con muchísimo beneficio, puedes dárselo a alguien más para que te ayude a ahorrar y no tengamos el pretexto de que me lo gasté, podemos decirle a nuestros padres o a un amigo muy cercano, así no tendremos tentación de gastarlo.
En lo que nos hace más énfasis no solo en este capítulo, sino en todo el libro en general, es que no nos fiemos de las fabulosas rebajas, descuentos y demás, porque casi siempre ni siquiera necesitamos el producto que compramos, nos dejamos llevar porque la etiqueta dice $99.99, cuando su precio real era de $100.00 es una trampa de las tiendas para hacernos caer, y la mayoría de mexicanos, o en mi caso caemos en esas trampitas de centavo en centavo.
Capítulo 2.-
Este capítulo trata de forma esencial en para que estamos ahorrando, que es lo que queremos lograr con el dichoso ahorro, ya que como lo dice el subtítulo, “No sirve de mucho ahorrar sin objetivos”.
Es importante que aprendamos a soñar, no importa lo que queramos, siguiendo los pasos del primer capítulo se puede lograr, pero en los sueños debemos de empezar a incluir los números, las cifras, y los centavos, que será difícil que nos dejen descansar acercándose la fecha de la meta u objetivo.
Las metas y objetivos que nos tracemos deben ser claras y concisas, no solo decir que estás ahorrando por ahorrar, ni decir que algún día empezarás, pero nunca se ve cuando, hay que ser SMART, ponerlo en claro, no andar con rodeos, incluir lo que queremos lograr, la cantidad exacta de lo que queremos juntar, y ¿por qué no?, el pilón.
Capítulo 3.-
Muchas veces tenemos la idea de que hay dinero en nuestra cartera, incluso acaban de depositar la quincena, pero mientras menos acuerdas, ese dinero va desapareciendo, se va haciendo la cantidad más chiquita. Y ni si quiera nos damos cuenta en que se fue, nos da el consejo de crear un presupuesto con todo lo que gastemos en el tiempo que nosotros mismos determinemos, desde el gasto más grande hasta al mini gasto, como los chicles y cosas que se nos van antojando.
Hay que tener una planeación con estrategias de que hacer y qué no hacer con el dinero que tienes en tus manos, saber en que es bueno gastarlo y en que es mejor esperar a gastarlo.
Como principio, organizar en una tabla los ingresos que se vayan obteniendo, para así tener la cantidad exacta de lo que recibimos al mes o al periodo en el que estamos especificando. Existe la necesidad también de hacer una tablita de egresos, saber cuáles son los gastos inútiles, los que no sirven de mucho, pero que ahí siguen de alguna u otra manera. Un tip para registrar gastos es ponerlo de mayor a menor importancia, lo que es más útil para ti gastar a lo que menos útil es, así se llegará a una conclusión de los gastos buenos y malos, y podremos reducirlos un poco.
Capítulo 4.-
Nos da el consejo de tener un fondo de emergencia, no tener en la misma alcancía o en la misma cuenta de banco los ahorros para los lujos como viajes, carros, ropa, como para las emergencias, como accidentes, enfermedades o ayuda a un familiar, uno nunca sabe, y no está exento de que lleguen a pasar cosas que nos trunquen los planes y las ideas que nosotros teníamos planeadas, hay que tener un plan B, como en todo.
Hay que reservar lo justo, ni más ni menos, revisar cuanto fue lo último que gastaste en emergencias, y con ese dato hacer un estimado para ver cuánto dinero más o menos es el que se necesita para las emergencias, el chiste es que no te agarren en curva, estar preparado para lo que pueda ocurrir.
Capítulo 5.-
En este capítulo nos da un ligero regaño, nos pone en nuestro lugar, en que no debemos de culpar a nuestra institución bancaria de la falta de dinero en nuestra cuenta, ya que nosotros somos los que firmamos el contrato, como quien dice, nos echamos la soga al cuello nosotros solos, y al final del día siempre culpamos al banco de nuestra irresponsabilidad por no pagar en la fecha establecida, frecuentemente dejamos que la deuda esté hasta el cuello para pedir la ayuda, y por obvias razones el banco ya no nos la dará, el consejo es pedir la ayuda cuando sintamos el agua a las rodillas, no esperar a que nos estemos ahogando, hay que hacerlo cuando aún hay tiempo de poder hacer algo.
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