Pequeño Cerdo Capitalista

Cuando supe que Sofía Macías (Twitter: sofimaciasl), autora del Blog Pequeño Cerdo Capitalista estaba escribiendo un libro, sentí muchas ganas de tener el producto terminado en mis manos y poder leerlo. Debo haber sido una de las primeras personas que lo compré, tan pronto como salió, unas cuantas semanas atrás.

Sofía es una periodista que sabe mucho de un tema que, como a mí, le apasiona. Durante un año fue coeditora de la sección de Finanzas Personales en El Economista (donde tengo la oportunidad de escribir desde hace más de 14 años – incluso ella llegó a editarme). Pero además ha colaborado en varias otras publicaciones, incluyendo el periódico La Razón, las revistas Expansión, Dinero Inteligente, y el programa de responsabilidad social Consumo Inteligente de MasterCard. Con ello, ha tenido la oportunidad de entrevistar a una larga lista de personalidades en el sector financiero.

Por si esto fuera poco, recién acaba de terminar un MBA en Francia. Como pueden ver, experiencia y conocimiento, le sobran.

Algo que me gusta mucho de Sofía, y que hace de su Blog Pequeño Cerdo Capitalista uno de mis favoritos, es su virtud para hablar sobre Finanzas Personales en un lenguaje cotidiano, coloquial y enfocado a la gente joven, como ella. Es decir: lenguaje de chavos, el cual ha trasladado de manera muy atinada a su libro.

Sobre el Libro

Pequeño Cerdo Capitalista es un libro que me pareció bastante didáctico. Incluso, en Twitter @jcrivery comentó que este tipo de libros debería ser de cajón en educación media, con lo cual no podría estar más de acuerdo.

La autora trata todos los aspectos importantes de las Finanzas Personales. El libro empieza directito con el tema del ahorro, y nos explica claramente por qué es importante y cómo podemos lograrlo. Luego habla de metas, de presupuestos (para saber a dónde se nos va el dinero) e incluye un breve capítulo sobre el fondo para emergencias, para dar paso a un tema tan actual como las deudas, que afectan a muchos.

Después habla de las Inversiones, y nos explica que el ahorro por sí mismo no es suficiente. Luego un tema fundamental, que a muchos se nos olvida: la protección de nuestro patrimonio (seguros). Me gustó mucho que hubiera un buen capítulo sobre las Afores y otro más sobre cómo quejarnos cuando recibimos un servicio deficiente, o tenemos problemas como consumidores (tanto de bienes y servicios financieros como no financieros).

Todo esto es tratado con el lenguaje cotidiano y juvenil que mencioné al principio, el cual aunque me encanta y me parece muy valioso, también tiene el problema de que algunos conceptos importantes pareciera que se tratan “por encimita”. Es decir, no se enfatizan lo suficiente (o por lo menos así me pareció). Además, hay por ahí dos o tres errores de información (pecadillos) que aunque no son trascendentales, sí pueden confundir al lector.

Con todo

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