Pequeño Cerdo Capitalista

El pequeño cerdo capitalista es una manera que la autora tiene para llamarles a las personas que, aunque no son dueños de grandes cantidades de dinero, se interesan por manejar su dinero correctamente. Si suponemos que todas las personas que tienen un sueldo, sea cual sea el monto de éste, usaran los tips para optimizar su dinero, quizás la economía mexicana estaría mejor.

El libro se divide en nueve capítulos que a su vez están divididos en subtemas, cada uno abarca temas diversos que pueden ser muy útiles en cuanto a aumentar el conocimiento sobre el tema o conocer por primera vez de finanzas personales. Entre los temas que abarca se encuentra el ahorro, las metas que deben fijarse para lograr ahorrar, conocer las fugas de dinero, el fondo de emergencia, el manejo de las deudas, las inversiones, los afores y el retiro, los seguros y por último las quejas.

Dentro del primer capítulo podemos encontrar que el ahorro es una de las bases de las finanzas saludables. En éste capítulo se dan a conocer y se ponen en evidencia las razones principales por las que no podemos ahorrar correctamente. Toma como ejemplo cuando estábamos más pequeños y no teníamos acceso a tanto dinero como ahora, porque en aquellos momentos podíamos manejarnos sin problemas con una cantidad relativamente pequeña para poder comprarnos nuestros gustos y darnos lujos.

Habla de por qué no podemos ahorrar aun cuando se nos aumenta el sueldo (o el dinero que me dan para gastar en mi caso) no nos es posible ahorrar. Entre las causas principales de esto es que tenemos la idea de que entre más tenemos más debemos de gastar, lo cual es incorrecto y hasta erróneo porque ese aumento que no teníamos contemplado o que no necesitábamos se puede ir directamente al fondo de ahorro.

Una frase que me gustó de éste capítulo es “Si no habías pensado comprarlo antes de verlo, al adquirirlo no estas ahorrando, si acaso estás gastando con descuento”. Cuando leo esa frase me recuerda a mí y a mi severa pero compulsiva aparente necesidad de comprar algunas cosas sólo porque dice descuento, o porque aparece en un aparador lindo, con una etiqueta roja que muestra un aparente “descuento” que en realidad es un gasto que no tenía contemplado para ese día pero, como me parece una buena oferta, no me importa y decido hacer esa compra, algo que ahora me doy cuenta que está muy mal.

El segundo capítulo parece ser un derivado del primero, pero ahora no sólo se trata de ahorrar por ahorrar, sino de encontrar una meta, es decir, un por qué. Muchas veces cuando intentamos ahorrar nos encontramos con muchos obstáculos para nuestro fin, pero si nos proponemos algo es más fácil lograrlo a que si vamos por ahí a ciegas ahorrando sólo porque sí.

Como dice en el libro “no sirve mucho ahorrar sin objetivos”, si no tenemos algo que lograr ahorrar puede llegar a parecernos inútil e incluso estúpido. En cambio sí, por ejemplo, nos proponemos comprar un dispositivo electrónico, fijamos un plazo y elegimos un método es más sencillo que solo estar guardando dinero sin conocer en que va a usarse.

El capítulo tercero es una manera de recapitular en qué se te va el dinero, cómo éste se fuga y como, casi mágicamente, el dinero se esfuma de nuestras cuentas. Para poder encontrar las causas de esto y una posible solución la autora del libro (y muchos otros asesores financieros) recomienda crear un presupuesto en el que se deben tomar en cuenta gastos activos y gastos fijos. Para poder ahorrar de una manera mejor es recomendable poner como gasto fijo la cantidad de dinero que deseas ahorrar porque así te ves de alguna manera “obligado” a cumplir.

En el cuarto capítulo se habla sobre el fondo de emergencia, ese dinero que se recomienda tener ahorrado en caso de un imprevisto, como un choque

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