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RESUMEN LIBRO


Enviado por   •  4 de Septiembre de 2015  •  Resumen  •  2.984 Palabras (12 Páginas)  •  686 Visitas

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ÁNGELES CUSTODIOS

RESUMEN

Después de haber luchado contra la viruela enfermedad que causa la muerte a su esposo e hijo Isabell de Cendala se refugia como rectora en un orfanato en la coruña a principios del siglo XIX.                                                                                                                              Un día Isabell recibe la visita de Francisco Javier Balmis  un reputado medico a quien Carlos IV a designado a que lleve a cabo una expedición para erradicar la viruela en América del sur y Filipinas, después de haber curado a su hija de tal enfermedad el motivo de la visita es proponerle hacer parte de la expedición que busca vacunar a toda población expuesta, gracias a la cura del doctor Eduard  Jenner . Antes de hacerlo saber le pide ayuda para reclutar niños huérfanos para la expedición y con ellos las vacunas de brazo en brazo después de discutirlo y estar segura que valía la pena todo lo que implicaba dicha expedición y de tener las credenciales que autorizaba a reclutar los menores sale a su aventura con el sobrino de Balmis, Francisco Pastor Balmis hijo de su hermana Micaela.

Con una semana de plazo recorre los hospicios cercanos teniendo solamente en su poder cinco niños Juan Antonio, Gerónimo María, Juan Francisco, Florencio y Jacinto, es entonces cuando el sobrino de Balmis propone reclutar niños con padres conocidos y de familias numerosas prestarían a sus hijos a cambio de ocho reales y una buena educación. De regreso al hospicio con la meta cumplida Balmis nos recibió y me pide seguir a su oficina agradeciéndome por mi labor me confiesa que se le murió un niño de una inchazon en el estómago por una apendicitis infectada es allí donde me propone ser parte de la expedición siendo la única mujer a bordo pero que además cuidaría de mis angelitos ya que bien ser hacer mi trabajo _déjame pensarlo _no hay tiempo zarparemos en la mañana  todos los permisos están en regla.                                                                                                  

Allí estaba en barco María Pitá con sus ciento secenta toneladas de peso, 4000 reales por el flete y 40 pesos al mes por el tiempo que durara el viaje fue el costo de su alquiler. Comencé a llamar a lista a mis niños Vicente Ferrer, Pascual Aniceto, Martín, tomas, Antonio Veredia, Melitón, José Jorge, Nicola de los Dolores, Francisco, Antonio, Clemente , José Manuel María, Domingo Naya, André Naya, José, Vicente María Sale, Bellido, Juan Antonio, Manuel María, Juan Francisco, Cándido, Jacinto y  Benedicto Vélez.  Los menores tenían tres años y los mayores nueve años.  Con tripulación personal médico y niños sumariamos sesenta  almas a bordo, Don pedro nos recibió según íbamos ingresando.

El último en subir fue el doctor Salvany pues Balmis tuvo que ir a buscarlo porque la noche anterior celebraba la despedida de la civilización pero este se emborracho y no llego a tiempo para zarpar, claro estaba que Balmis no lo dejaría pues era muy eficiente y necesario para la expedición

Días después de haber zarpado  tuvimos fuertes turbulencias provocando mareos en todos los angelitos a punto de tener que asomarlos por el borde del barco para que vomitaran  eso si con la ayuda de un enfermero, pasado el despelote el doctor Balmis  me pidió escoger dos niños para vacunar. Claramente una dura tarea que no se podía aplazar, hecha la labor cada vez temía más por el bienestar de Benito mi preferido. Más tarde arribaríamos a las llamadas islas afortunadas donde en veinte días vacunaríamos ochocientas personase instruiríamos personal para que completar esa misión en un año. Regresamos al barco para continuar con la expedición pero lamentablemente nos informan que hemos perdido un angelito, un simple catarro se perfilo en tortícolis. Supe de inmediato que su cuerpo sería utilizado como experimento para una clase del doctor Balmis a los otros médicos sin pensarlo me opuse, después de discutirlo Balmis cancelo la clase y pude darle sepultura a ese angelito lanzándolo al mar con un rezo y la triste despedida de los demás  angelitos, fue ahí cuando Benito me manifestó que yo fuera su madre cambie el tema pero desde entonces he pensado seriamente en adoptarlo.                                                        

Muchos eventos comprometedores he tenido con Salvany al punto de provocar enojo en el doctor Balmis pues estaba prohibido cualquier contacto con alguien de la tripulación. En un día muy caloroso queme mi pecho y cuello, Salvany corrió a socorrerme invitándome al cuarto para aplicarme una pomada argumentando que de lo contrario una larga y dolorosa noche a causa de las quemadura, pero nuevamente fuimos sorprendidos por Balmis mientras Salvany acariciaba mi pecho y hombros avergonzados disimulamos nuestro acercamiento pero para mala suerte la mía Balmis me castigaría vacunando a Benito mi preferido cuando ya habíamos acordado otros niños aclarando que lo hacía para que yo no me atreviera a encariñarme con nadie más de la tripulación pues eso conllevaría a desembarco por supuesto decidí alejarme de Salvany  y concentrarme en Benito quien ta estaba mostrando síntomas de la enfermedad.

A los pocos días arribamos a Costa rica pero para sorpresa de todos nadie nos recibiría pues el gobernador  había ordenado a la población  no asistir a la vacunación porque según el ya estaban vacunados pero insistimos en nuestro trabajo haciendo publicidad, con un muy buen resultado  habíamos logrado vacunar varios indígenas entre hombres, mujeres y niños.                      Decidimos visitar al gobernador para conocer más afondo la situación por la que se negaba a autorizarnos para vacunar a toda la población pero lo que recibimos fue un hombre maleducado que ni siquiera se dignó a presentarnos y que además después de cruzar un par de palabras se retiró del salón sin aviso previo.

En la noche Salvany y yo decidimos visitar  nuevamente al gobernador encontrándolo con el doctor Oller quien fuese el que vacuno hace unos  meses a tras a todo Puerto Rico, después de una conversación más amena llegamos a un acuerdo el doctor Balmis podría verificar el consultorio del doctor Oller y comprobar que esa vacuna no era eficiente. A la mañana siguiente  acudimos a la plaza de armas allí se encontraba el consultorio del doctor Oller, nos esperaba una gran multitud de personas. Después de que nos confirmaran que las personas vacunadas, el día que Salvany y yo hicimos la publicidad no habían arrojado síntomas de la enfermedad nos pidieron que nos marcharan. Nada más podíamos hacer que obedecer.

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