Resumen de El Límite

El desarrollo de esta novela se lleva a cabo en un lugar campirano y montañoso de Europa, teniendo como tema principal,  los daños que puede provocar a una familia el secuestro, sea cual sea su origen. La novela es tratada en capítulos los cuales se desarrollan sucesivamente en 10 días omitiendo indicar los sucesos ocurridos el día 7, haciendo alusión a este día precisamente en el capítulo séptimo de la trama sucedida el octavo día del domingo 14 de agosto mencionando que Jinny, un personaje que forma parte principal de la novela habría estado perfectamente, haciendo de nuevo su vida normal y dispuesta olvidarse de la mujer-liebre y de la cabaña del valle del Desfiladero; dispuesta a concentrarse en la ordeña y en la siembra, a limpiar las habas y plantar las coles para que todo estuviera listo para la cosecha del martes. Todo el sábado haciendo mención al día 8 sábado 13 de Agosto estuvo trabajando y repitiéndose a sí misma que no era asunto suyo. Que el chico era retrasado y le gustaba hacer bromas estúpidas.

El día 1, concordando con el domingo 7 de Agosto el personaje central de la obra parecía haber estado corriendo desde siempre; sus pies golpeaban contra el pavimento, dio vuelta a la última esquina, había decidido correr diez kilómetros y ¡lo había logrado! En sólo 36 minutos con 20 segundos. Al fin había bajado los 37 minutos. Tomando en consideración el tiempo utilizado en la carrera de 10 kilómetros nos indica que dicho personaje debe de tener una edad de adolescente. Sin embargo al llegar a su hogar la casa estaba oscura, como si todas las cortinas estuvieran corridas, y de pronto alguien se lanzó sobre el. Un brazo rodeó fuertemente su cuello y otra mano contra su cara presionó una almohadilla sobre su nariz. Sufrió un desmayo que lo envolvió en la oscuridad.

El capítulo primero al  que he hecho referencia plantea un suspenso, que en un momento da la impresión de no ser real y tratarse de una pesadilla. La escritora Gillian Cross imagina en el contexto de su novela una situación que atenta contra la libertad personal y el daño que provoca a los participantes, a la familia y a la sociedad.

El día dos que corresponde al lunes 8 de Agosto, siendo las dos de la madrugada, Jinny Slattery salió a la noche de Derbyshire y aspiró el aire que olía a estiércol, paja sucia y un dejo a col. Mas allá, cruzando el valle, se perfilaba contra el cielo la silueta de la gran mole rocosa del Límite. No había suficiente luz donde los campos daban paso a la maleza, por debajo de la cima de la cordillera. Pero aún es la semioscuridad “El Límite” se apropiaba del valle. Jinny caminaba por el concreto y el miedo la mantenía alerta como un animal, se sobresaltó cuando Joe la tomó del brazo. Ferri, lo seguía de cerca y era el perro de Joe, delante de ellos, en la hondonada estaba una vieja casa de campo que rentaba la señora Hollins. Desde el camino se escuchó el ruido de un automóvil que se acercaba al valle, que al llegar a la bifurcación disminuyó su velocidad, tomándolos por sorpresa dirigiéndose hacia ellos por el sendero. Joe empujó a Jinny para esconderse bajo unas ramas de espina, el perro gruñó  pero luego guardó silencio, pensaron que eran turistas. “No sabía que la señora Hollins hubiera rentado este año” pensó Jinny. Levantó su cabeza nerviosa y la figura de la liebre saltó en su cerebro. La liebre había saltado en los barrotes y caído de golpe en la trampa. Jinny quería saber que ocurría, ya le parecía muy extraño que llegara gente a media noche. Pero lo que más le extrañaba es que estas personas a esa hora se pusieran a martillar.

Pasaron 7 horas hasta que Tug despertó en la cabaña del valle de El Desfiladero. Permaneció acostado, quieto; sus ojos descansaban, en espera de que ese extraño sueño pasara para despertar como debía ser en su propia cama y en su propio cuarto. Despertó completamente y vio a una mujer recargada sobre la puerta, le calculó 30 años aproximadamente. Todo en ella era largo y delgado. Piernas largas, cabello castaño largo, y ojos grandes color avellana casi dorados que lo miraban cautelosamente sin parpadear. Astutamente le dijo a la mujer “No recuerdo éste lugar” para ponerla a prueba, aunque estaba seguro de nunca haber estado ahí. Sabía que no debía confiar en ella. El hombre que entró al cuarto donde se encontraba Tug se veía casi de la misma edad de la mujer, pero mientras ella se veía nerviosa e impaciente, llena de energía, el se mostraba controlado “¡Quiero saber quiénes son ustedes!”, sin encontrar respuesta, agachándose, se asomó por la estrecha abertura de la puerta del cuarto y vio un pesado candado que colgaba de la puerta. Se quedó frío e inmóvil. Tuvo ganas de regresar a la cama, jalar las cobijas y esperar a que la policía o todo el ejército de los ángeles especiales se aparecieran y lo regresaran a la vida real. Nunca se había imaginado que fuera posible sentirse tan asustado y miserable.

Jinny acudió al correo y se encontró con una mujer con grandes ojos color avellana. Casi dorados. Muy fijos y luminosos bajo la luz del Sol “Ojos de liebre” pensó Jinny. La mujer-liebre escuchó las noticias que decían que una multitud se había congregado alrededor de la casa en Shelley Grove, Hampstead, donde un grupo de terroristas mantenían cautivo a Liam Shakespeare, de trece años hijo de la periodista y locutora Harriet Shakespeare. Jinny se quedó perpleja y comprendió que la mujer-liebre era una de las personas que habían llegado a media noche y habían hecho el ruido de martillazos. Ésta dijo, “Cuando llegamos aquí estábamos agotados, especialmente después de subir a Philip, ni siquiera tuvimos fuerza para desempacar”.

El martes 9 de Agosto por la mañana Tug se quedó agazapado en la cama, el ruido y el miedo rondaban en su cabeza. “¿Dormiste bien?”, Tug contestó “No” con su garganta seca, la mujer le dijo a Tug, después de darle el desayuno que le dijera “Má”, haciéndole creer que se trataba de su madre. Tug se dirigió al hombre diciéndole “Supongo que a usted le digo Pá”. El hombre le dijo “A mi me dices Doyle”. Tug dijo “¡Ustedes están locos!”. “Yo no soy Philip” gritó Tug “y ustedes no son mis padres”. Jinny siempre se preguntaba si existía algo extraño en la cabaña, por lo cual acudió hasta el sitio y el hombre que se hacía llamar Doyle le indicó que dentro de la cabaña se encontraba Philip pero que no le interesaban en lo absoluto las muchachas a pesar de que ya tenía catorce años de edad.

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