Sancho Panza Ensayo
Enviado por laurita123 • 7 de Julio de 2014 • 422 Palabras (2 Páginas) • 342 Visitas
El refranero representa el bagaje cultural popular acumulado a través de los siglos. Tradicionalmente, el campesino ha recurrido a los refranes como manera de solventar las limitaciones culturales y lingüísticas, típicas de épocas pasadas. Los dichos populares le permitían manifestar su parecer y justificar su modo de obrar de forma rápida y sencilla; pues conseguía resumir todo su pensamiento en una frase que sabiamente lo expresaba mejor y más eficazmente. Sancho es reflejo literario de esa costumbre, y a lo largo de la obra presentará multitud de dichos populares que la ejemplificarán.
Don Quijote, por el contrario, hombre culto, se enredará muchas veces en sus pensamientos, haciéndoselos incomprensibles a Sancho; quien, por su parte, recurrirá a los refranes para compensar su ignorancia en muchos temas. Algunos ejemplos son:
Donde una puerta se cierra otra se abre
No con quien naces, sino con quien paces
De noche todos los gatos son pardos
Ándeme yo caliente, ríase la gente
Cuando a Roma fueres, haz como vieres
Don Quijote y Sancho Panza
A tantos refranes recurría Sancho, que Don Quijote terminó por decirle:
"–No más refranes, Sancho, pues cualquiera de los que has dicho basta para dar a entender tu pensamiento; y muchas veces te he aconsejado que no seas tan pródigo en refranes y que te vayas a la mano en decirlos; pero paréceme que es predicar en desierto, y "castígame mi madre, y yo trómpogelas".
–Paréceme –respondió Sancho– que vuesa merced es como lo que dicen: "Dijo la sartén a la caldera: Quítate allá ojinegra". Estáme reprehendiendo que no diga yo refranes, y ensártalos vuesa merced de dos en dos.
–Mira, Sancho –respondió don Quijote–: yo traigo los refranes a propósito, y vienen cuando los digo como anillo en el dedo; pero tráeslos tan por los cabellos, que los arrastras, y no los guías; y si no me acuerdo mal, otra vez te he dicho que los refranes son sentencias breves, sacadas de la experiencia y especulación de nuestros antiguos sabios; y el refrán que no viene a propósito, antes es disparate que sentencia. Pero dejémonos desto, y, pues ya viene la noche, retirémonos del camino real algún trecho, donde pasaremos esta noche, y Dios sabe lo que será mañana." (Segunda parte, capítulo LXVII).
Gobernador[editar]
Al comenzar la segunda parte del libro, la Ínsula de Barataria, prometida por Don Quijote a Sancho, es concedida por un Duque, pero Sancho no tarda en desistir de ese oficio debido a que no sirve para él. Las jugarretas que le proporcionaron colaboraron a esto, ya que todo se trataba de una burla por parte del duque y la duquesa.
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