Un Pavo Real En El Reino De Los Pinguinos
Enviado por David198824 • 8 de Abril de 2014 • 5.875 Palabras (24 Páginas) • 780 Visitas
UN PAVO REAL EN EL
REINO DE LOS
PINGÜINOS
Una fábula acerca de la creatividad y la
valentía
Bárbara BJ Hateley, Warren H. Schmidt
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DEDICATORIA .................................................................................................................................................... 2
PROLOGO ............................................................................................................................................................ 2
UN PAVO REAL EN EL REINO DE LOS PINGÜINOS ....................................................................................... 3
EPÍLOGO ............................................................................................................................................................ 10
APOSTILLAS A ESTA FÁBULA ....................................................................................................................... 11
USTED PUEDE IDENTIFICAR UNA ORGANIZACIÓN DE PINGÜINOS POR CÓMO SE VE.................... 11
USTED PUEDE IDENTIFICAR UNA ORGANIZACIÓN DE PINGÜINOS POR CÓMO TRABAJA... .......... 12
CONSEJOS PARA LOS PINGÜINOS QUE QUIEREN CAMBIAR ................................................................ 13
¿ES USTED UN PAVO REAL (O ALGUNA OTRA CLASE DE AVE EXÓTICA?) ....................................... 14
CONSEJOS DE SUPERVIVENCIA PARA PAVOS REALES (Y OTRAS AVES EXÓTICAS) ...................... 15
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DEDICATORIA
Dedicamos este libro a todos los que anhelan volar libremente y mostrar su verdadero color, y a todos
los que tienen la sabiduría de aprender de quienes son diferentes.
PROLOGO
De vez en cuando sale a la luz un librito que trata un tema profundo de manera sencilla y
elegante. Un pavo real en el reino de los pingüinos es uno de ésos. La obrita aporta una nueva
perspectiva al muy discutido tópico de la diversidad en el lugar de trabajo, y lo hace de manera muy
simpática. Mediante una fábula, este libro nos ayuda a ver qué puede pasar cuando tratamos de
expresarnos abierta y valerosamente en un medio creado por ejecutivos y gerentes que ven el mundo
desde una perspectiva muy diferente.
Ésta es la historia de Pedro, el pavo real, un ave vistosa, inteligente y talentosa, que viene a
vivir al Reino de los Pingüinos. Pronto se ve en problemas porque éstos han establecido un frío clima
organizacional, formal, burocrático y gobernado por un vasto conjunto de reglas escritas y no escritas.
Aunque le reconocen su talento, su estilo diferente y poco habitual hace sentir incómodos a los
pingüinos. La experiencia del pavo real refleja la de muchas personas “distintas” en las organizaciones
actuales. Aunque la valorización de la diversidad se predica continuamente por todas las partes, la
retórica no siempre es igual a la realidad. Ser “diferente” es mucho más que una cuestión de raza o
género. La diversidad, en su verdadero sentido, involucra toda una gama de singularidad humana –
personalidad, estilo de trabajar, visión del mundo, manera de comunicarse, y mucho más. Valorar la
diversidad quiere decir apreciar y estimular el que la gente sea ella misma, y ayudarle a desarrollar todo
su potencial y utilizar su talento, sus habilidades, sus ideas y su creatividad.
Esta encantadora fábula corporativa, basada en la experiencia de personas reales, relata
aventuras de Pedro, el pavo real, y otras aves exóticas al tratar de abrirse camino en el Reino de los
Pingüinos. Su historia es divertida e instructiva. Es un relato sobre los peligros y las posibilidades de ser
“diferente” en un mundo que valora la comodidad, la seguridad, y la previsibilidad de la conformidad.
Todos los que trabajen en una organización: ejecutivos, personal de recursos humanos, gerentes,
supervisores, y el personal en general, deben leer este librito. ¡Contiene revelaciones importantes para
todos!
Ken Blanchard.
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UN PAVO REAL EN EL REINO DE LOS PINGÜINOS
Érase una vez, y no hace tanto de eso, que los pingüinos dominaban muchas tierras en el Mar
de las Empresas. Aunque no siempre eran sabios o estimados, siempre tenían el mando.
La mayoría de las empresas eran parecidas: los altos ejecutivos y los gerentes usaban el traje
característico de los pingüinos; mientras que los obreros – aves de muchos tipos – se vestían con ropas
y colores de acuerdo con su trabajo y su estilo de vida.
A las aves que aspiraban a ascender en su empresa se les incitaba a ser lo más parecidas
posible a los pingüinos: a caminar con pasos cortos, a imitar su manera de andar, a usar el traje de
pingüino y a seguir el ejemplo de sus jefes.
Los departamentos de desarrollo de los empleados ofrecían programas intensivos de
capacitación sobre el comportamiento del buen pingüino.
Las reglas y las normas eran claras desde el primer día. De manera sutil, y a veces no tan
sutilmente, los pingüinos aconsejaban: “Así hacemos las cosas aquí. El que quiera triunfar tiene que ser
como nosotros y punto”.
Las aves que estaban interesadas en moverse dentro de la ley del más fuerte se esmeraban en
poner cara de pingüino y en portarse como pingüinos. Pero incluso ellas comprendían que nunca
llegarían a los puestos claves. Se daba por sentado que todos los pingüinos eran jefes naturales y que
eran ordenados, leales y podían trabajar en equipo; y se sabía que anteponían los intereses de la
empresa a sus asuntos personales. De las otras aves se creía que eran más volubles y menos
confiables.
Por supuesto, esto nunca se decía en voz alta, ni por escrito. Porque, como en toda empresa,
los pingüinos querían dar la impresión de ser amplios y estar siempre listos a estimular el talento, la
dedicación al trabajo y los aportes de sus colaboradores. Pero en el fondo, todos sabían que los
pingüinos siempre habían sido y seguirían siendo los mandamases.
Los mayores acostumbraban poner a los menores bajo su ala protectora y guiarlos por el camino
del éxito. Los llevaban a jugar golf y a trotar, y hablaban con ellos de fútbol en los almuerzos de oficina.
Se notaba a leguas cuáles eran los pingüinos más importantes. Y era evidente que se sentían mejor sólo
cuando
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