Una Mirada Distinta A La Distribución Del Ingreso, La Movilidad Social Y La Pobreza En Chile

En el primer capítulo del libro el autor hace una introducción bastante amplia sobre la distribución del ingreso, las interrogantes que plantea el autor de cierto modo rompe los esquemas en los que siempre uno alcanza a concebir este tipo de temas, cuestionando si las diferencias en ingreso son necesariamente malas y si varios de los criterios expuestos por otros autores en realidad se apoyan en evidencia empírica. Con la metodología de análisis de cohortes revisa la distribución del ingreso por grupos de personas a las que sigue en el tiempo, con esto invita a una reflexión de largo plazo sobre los indicadores de desigualdad que existen para Chile.

El tema de la movilidad social se analiza desde el enfoque de oportunidades, bajo un criterio intrageneracional e intergeneracional, la reflexión se enfoca en lo que sucede en Chile y si en realidad es el “peor de los mundos”, el autor asegura que esta es una interpretación no correcta. Dado que existen países que se ubican en distintas posiciones dependiendo su distribución del ingreso y la movilidad social, para el caso chileno la ubicación que tiene en la actualmente indica que está bien encaminado.

En el libro se expone que siempre una sociedad móvil es preferible, a pesar de que otros asocian alta movilidad intrageneracional con vulnerabilidad. La desigualdad, puede en determinadas circunstancias, estar señalizando el desarrollo de eventos quizá inevitables en el camino hacia una sociedad con más ricos. Bajo la Teoría de Capital Humano (mayor educación, mayor productividad, entonces mayor ingreso) el autor sostiene que la alta desigualdad es fruto de un mayor premio a la educación superior por lo tanto la desigualdad no es necesaria e intrínsecamente perjudicial siempre que este asociada a mayores retornos a la educación.

Con el método de análisis de cohortes, se pudo determinar que Chile está en un proceso de desarrollo, comparando su ingreso relativo con el de otros países de la OECD. Además realiza una comparación desde los 20s, sobre la base de indicadores compara el estado de Chile con otras regiones y demuestra que Chile mantuvo en promedio el ingreso de sus vecinos en la región hasta fines de los 70s en los que inició su proceso de desarrollo, situación que se replica en indicadores educativos siempre favorables para las cohortes más jóvenes, como las que tienen educación secundaria.

En el capítulo 3 se evalúa la movilidad intergeneracional que determina la posición en la sociedad de un individuo en la función de la educación de sus padres y la importancia de invertir en capital humano, en una sociedad móvil uno puede tener el retorno por el esfuerzo y el sacrificio. Existen dos medidas de movilidad intergeneracional una asociada al ingreso y otra a la educación.

En base a la evidencia se demuestra que hoy la movilidad en Chile es alta y que su evolución durante el siglo XX demuestra que se

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