Una prenda como el abrigo negro

UNA PRENDA COMO EL ABRIGO NEGRO

ENSAYO

¿Una prenda la usamos o ella nos usa? Cuando era niña caminaba por el cordón de la vereda de un parque, de repente me caí y vi de cerca algo muy brillante, era una joya, una pulsera muy linda de oro con dijes colgantes de varias figuras, solo que parecía salpicada con algo rojo, sangre. La llevé corriendo donde mi mamá y ella no parecía sorprendida, más bien inquieta me dijo: -Vas y dejas eso donde lo encontraste. Yo por supuesto me enojé, era mío, me lo había encontrado; pero ella muy tajante dijo: -Primero, no te encuentras nada, debe ser de alguien. Segundo, solo Dios sabe de quién será.

Existe la idea de que las personas dejan su “energía” en las prendas que usan, sin embargo la interrogante surge al plantear la idea contraria, en cuanto se imagina más bien que la prenda, sea esta una ropa, una joya, cualquier objeto posee en realidad a las personas y no estas a ellos. Sisinia Anze Terán habla en su obra “El abrigo negro” precisamente sobre el aura que carga dicho abrigo, usado este por un personaje muy particular de la historia universal Adolf Hitler, es curioso como la autora hilvana una historia paseando por un recorrido a lo largo del tiempo y del espacio. Sitúa el mismo abrigo, la misma prenda siendo usada por un ilustre desconocido minero llamado Jacinto.

El abrigo negro es una obra que muestra el “fenómeno de la impregnación”, cómo Hitler usa la prenda y la llena de sus vivencias y pensamientos siniestros, el abrigo se convierte en testigo y cómplice de centenares de muertes y recuerdos, los mismos que vive Jacinto en otro tiempo pero resulta que no parece que el minero lo usa; por el contrario, su mal carácter, su agonía y su familia se daban cuenta de que el abrigo era quien poseía a Jacinto. La lectura me remonta a unas palabras en mi niñez “solo Dios sabe de quién será”… no las entendía. Ahora son comprensibles.

Samara, la esoterista cochabambina menciona en su revista “consultorio esoterico” que

Los objetos, aunque no tengan vida, conciencia ni alma, no por ello dejan de tener una individualidad consciente muy radiante y pueden llegar a ser unos almacenadores increíbles de fuerzas y energías. Son muy capaces de favorecer o por el contrario desfavorecer el factor suerte.

El dato da cuenta de la suerte que corrió el personaje coprotagonista de la novela de Anze. Un dato que no parece tener mucho peso a la hora de deshacernos de las prendas o de guardarlas, prestarlas o finalmente perderlas.

Concluyo dejando la pregunta abierta para la reflexión más allá de la fantasía de la literatura. De cómo un abrigo negro. Una chompa azul de mi colegio, una polera blanca, un zapato negro, un libro o un simple lapicero puede tener tanto de mí  como otros que impregnan lo suyo. Quizás no elegí mis objetos, es probable que ellos me hayan elegido a mí.

BIBLIOGRAFÍA

ANZE, Sisinia. “El abrigo negro”. 2da Edición 2013. Editorial Kipus.

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