Analgésicos Narcóticos: morfina y codeína

Analgésicos Narcóticos: morfina y codeína

    Las drogas depresoras son aquellas que ralentizan o inhiben las funciones o actividad de alguna región del cerebro, dificultando la memoria, disminuyendo la presión sanguínea, produciendo somnolencia, alterando el pulso cardíaco, produciendo depresión respiratoria, coma, o la muerte.

Este grupo se subdivide a su vez en varios grupos: antihistamínicos, antipsicóticos, disociativos, GABAnérgicos, glicinérgicos, narcóticos y simpatológicos.

Los analgésicos narcóticos, también conocidos como opiáceos u opioides, son un grupo de medicamentos utilizados para aliviar el dolor moderado a intenso. Estos medicamentos actúan sobre los receptores opioides en el sistema nervioso central, alterando la percepción y respuesta al dolor.

Mecanismo de acción:

Los analgésicos narcóticos interactúan con los receptores opioides en el cerebro y la médula espinal. Los receptores opioides se encuentran en varias áreas del sistema nervioso central y están involucrados en la regulación del dolor, la recompensa y la respiración, al unirse a estos receptores, los narcóticos reducen la transmisión de señales de dolor, lo que resulta en una disminución de la percepción del dolor.

Indicaciones:

Los analgésicos narcóticos se utilizan para tratar el dolor moderado a intenso en diversas condiciones médicas, como:

- Dolor postoperatorio.

- Cáncer.

- Traumatismos graves.

- Enfermedades crónicas, como la artritis reumatoide o la fibromialgia.

Efectos secundarios:

El uso de analgésicos narcóticos puede estar asociado con una serie de efectos secundarios, que pueden variar de leves a graves. Como pueden ser: sedación, somnolencia, estreñimiento, náuseas, vómitos, mareos, confusión y depresión respiratoria (en dosis altas o en combinación con otros depresores del sistema nervioso central).

Adicción y abuso:

Los analgésicos narcóticos tienen un alto potencial de abuso y adicción, el uso prolongado o incorrecto de estos medicamentos puede llevar al desarrollo de dependencia física y psicológica. Por lo tanto, es importante utilizarlos bajo la supervisión de un médico y seguir las pautas de dosificación recomendadas.

Consideraciones adicionales:

- Los analgésicos narcóticos pueden interactuar con otros medicamentos, como tranquilizantes o alcohol, lo que puede aumentar los efectos sedantes o depresores del sistema nervioso central.

- La interrupción abrupta del uso de analgésicos narcóticos puede desencadenar síntomas de abstinencia, como ansiedad, insomnio y dolores musculares.

- En algunos casos, se pueden utilizar fármacos antagonistas de los opioides, como la naloxona, para revertir los efectos de los analgésicos narcóticos en caso de sobredosis.

- Solamente se utilizan para el dolor que es intenso y no se alivia con otros tipos de analgésicos.

Tipos de analgésicos narcóticos:

Existen diferentes tipos de analgésicos narcóticos, que varían en potencia y forma de administración. Algunos ejemplos comunes incluyen:

* Oxicodona: Un analgésico narcótico semisintético utilizado para tratar el dolor moderado a severo. Es más potente que la codeína.

* Hidrocodona: Se utiliza comúnmente para tratar el dolor moderado a severo, generalmente en combinación con otros medicamentos, como el paracetamol.

* Fentanilo: Un narcótico sintético extremadamente potente que se utiliza en situaciones de dolor agudo intenso o en casos de tolerancia a otros analgésicos narcóticos.

* Morfina: Considerada el estándar de oro de los analgésicos narcóticos.

* Codeína: Un narcótico de menor potencia que se utiliza principalmente para tratar el dolor leve a moderado y como supresor de la tos.

MORFINA

La morfina es un alcaloide que se encuentra de forma natural en la planta de opio, es el principal componente activo del opio y se utiliza con fines medicinales desde hace siglos.

La morfina ejerce su efecto analgésico al unirse a los receptores opioides en el sistema nervioso central, específicamente, se une principalmente a los receptores mu, pero también puede unirse a los receptores delta y kappa. La activación de estos receptores inhibe la liberación de neurotransmisores relacionados con la transmisión del dolor, lo que resulta en una disminución de la percepción del dolor.

La morfina se utiliza para tratar el dolor moderado a severo en diversas situaciones clínicas, como:

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