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Diversidad en la sexualidad


Enviado por   •  24 de Mayo de 2023  •  Ensayo  •  1.474 Palabras (6 Páginas)  •  49 Visitas

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Diversidad en la sexualidad

        En el presente ensayo se abordan algunos aspectos relacionados con la sexualidad humana, no desde el plano biológico o fisiológico, sino en el plano en el que el ejercicio de la sexualidad tiene repercusiones (psicológicas, económicas, laborales, etc.) tanto para la persona que la ejerce  como para la sociedad en la que se relaciona. En primer lugar, cómo el ejercicio de la sexualidad en las mujeres les ha significado obligaciones y responsabilidades mayores a las de un hombre, ello debido a los valores culturales que tradicionalmente se consideraban correctos o apropiados en este ámbito. Sin embargo no solo las mujeres han visto afectado el ejercicio pleno de su sexualidad, también aquellos grupos minoritarios que, por su género u orientación sexual, han padecido manifestaciones de odio, discriminación o segregación, por ello en el presente ensayo se presenta información cuya finalidad es promover el respeto y la tolerancia hacia el otro como base de la convivencia social.

        El papel que juega la reproducción humana en la vida de una pareja es bastante desigual, es en la mujer en quien, en la mayoría de los casos, recae casi toda la responsabilidad de un embarazo, además de la fisiológica, la responsabilidad psicológica,  social, económica, etc. Con un embarazo la mujer contrae una serie de obligaciones y responsabilidades que repercuten en su ritmo normal de vida: su estado físico se ve alterado, sus actividades educativas, laborales y sociales igualmente se ven modificadas, si a ello se suma el alto porcentaje de abandono paterno, especialmente en sociedades machistas y con una baja formación jurídica como la nuestra, un embarazo se convierte para la mujer en una forma de vulnerabilidad social, económica, psicológica, etc. Ante esta realidad, los fines reproductivos del ejercicio de la sexualidad, deben considerarse siempre como una libre decisión de la mujer, se presenta con ello la necesidad de proteger legalmente los  derechos de la mujer en cuanto a su decisión de tener o no hijos o cuanto tiempo desea que transcurra entre un embarazo y otro, su derecho a utilizar determinado método anticonceptivo o incluso su decisión de interrumpir o no el embarazo.

        El reconocimiento y ejercicio de los derechos reproductivos, especialmente de las mujeres, poco a poco se han ido consolidando en nuestra sociedad, desafortunadamente la influencia de factores socio-culturales como la moral o la religión dificultan que estos se alcancen de modo pleno. Hoy estamos siendo testigos de la de-construcción de conceptos y estereotipos de género y culturales que estigmatizaban o discriminaban tal o cual práctica, sin embargo, el reto de alcanzar una auténtica formación-educación sexual es todavía una tarea pendiente, pues si bien se superan ciertos atavismos socio-culturales como mitos, tabúes o prejuicios, se presentan nuevas formas de influencia negativa como la hiper-sexualización en internet, en redes sociales, en la música, en el cine, etc. que igualmente dificultan un ejercicio pleno, sano y responsable de la sexualidad.

        La de-construcción de los atavismos mencionados, implica la adopción de nuevos valores que, ante todo, privilegien el respeto al otro, pero más que por respeto a sus diferencias, un respeto basado en el amor a aquello que lo hace esencialmente igual a nosotros: su humanidad. No basta con plasmar en normas jurídicas la obligatoriedad del respeto al otro si la sociedad en su conjunto no brinda una auténtica formación humana a los individuos que la conforman, la tarea de alcanzar un auténtico respeto al otro, al diferente (en este caso en el ámbito de su identidad de género u orientación sexual), comienza desde la infancia, en las aulas, en los medios de comunicación, etc., solo así pueden alcanzarse formas de interrelación realmente incluyentes.

        Si bien en los aspectos de exclusión, discriminación  y segregación de personas o grupos de personas por su género u orientación sexual, se han tenido grandes avances a nivel jurídico para reconocerles todos sus derechos; a nivel social se presentan  muchos desafíos, de acuerdo a los datos de la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS 2017) un importante porcentaje de personas identificadas con el movimiento LGBTI+ son discriminadas en el ámbito laboral, en su acceso a la renta de una vivienda, en su acceso a la gestación subrogada, en la obtención de actas de nacimiento que reconozcan su identidad de género, etc.

        Para aminorar las manifestaciones sociales de discriminación o de segregación de grupos minoritarios, es necesario tener claras las diferencias que existen referentes al modo en el que cada persona vive su sexualidad. Si bien el dimorfismo sexual nos brinda desde el nacimiento una determinada identidad sexual fisio-biológica: hombre o mujer, la forma en la que cada persona, a nivel psico-social, decide vivir su sexualidad presenta todo un abanico de posibilidades, ello de acuerdo a las prácticas relacionadas con su sexualidad (por supuesto, dentro del límite del respeto a los derechos del otro) que a cada quien le parezcan apropiadas para sentirse pleno o satisfecho consigo mismo. La identidad de género se presenta entonces como un asentimiento meramente subjetivo, si me identifico como hombre o como mujer es una decisión personal, independientemente de las características fisiológicas con las que haya nacido. La orientación sexual, por otra parte, se refiere ¿por quién o quienes siento atracción sexual? Quien siente atracción sexual por personas del sexo contrario son llamadas heterosexuales, quienes se sienten atraídos/as por personas de su mismo sexo, se les llama homosexuales o aquellos/as que se sienten atraídos/as por personas de ambos sexos (bisexuales); sin embargo, la diversidad sexual no se reduce únicamente a las manifestaciones mencionadas, en cuanto a la identidad sexual, habrá quienes se identifiquen tanto como hombre como mujer o quienes no se identifiquen ni como hombre ni como mujer; del mismo modo en la orientación sexual, habrá quienes se sientan  atraídos por personas de cualquier género o identidad sexual.

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