Benjamín Herrera
Enviado por MariJo207 • 19 de Marzo de 2013 • 1.779 Palabras (8 Páginas) • 245 Visitas
Ensayo
Benjamín Herrera
Jefe militar y político, nacido, al parecer, en Cali, el 18 de octubre de 1853, muerto en Bogotá, el 29 de febrero de 1924. Hijo de Bernabé Herrera y de Margarita Cortés, Benjamín Herrera quedó huérfano de madre desde temprana edad. Realizó estudios en la Universidad del Cauca, en Popayán, y durante la guerra civil de 1876 inició una brillante carrera militar, al lado del gobierno liberal del Estado Soberano del Cauca, presidido por Cesar Conto, cuyos ejércitos repelieron con éxito la invasión de las fuerzas conservadoras de Antioquia. Después del triunfo radical, Herrera permaneció en el ejército hasta 1885, año en que, afiliado al bando radical, se incorporó a las huestes liberales revolucionarias. Combatió en las campañas de Santander, Cartagena y Boyacá, descollando por su actividad y desempeño; vencido el liberalismo, se estableció en Pamplona.
No pudo participar en la revolución liberal de 1895 por encontrarse purgando pena de prisión, impuesta por el régimen a causa de sus ideas políticas. Salió de la cárcel convencido de que la única posibilidad que tenía la sociedad colombiana para respirar libertad y tolerancia política estaba en un cambio de dirigencia y que esa vía sólo la daba la guerra. Tal convencimiento político no fue sólo suyo, sino de la mayoría de sus contemporáneos, de los conservadores históricos y de los liberales radicales, excluidos del poder por el partido nacional, confesional, intolerante y absolutista. Partió para el extranjero con este convencimiento, y desde allí procuró canalizar y atraer recursos con el fin de preparar la revolución de 1899. Su papel protagónico en la historia de Colombia empezó, precisamente, durante esta guerra, la más devastadora de todas las contiendas bélicas de la historia nacional. Allí Herrera se perfiló como uno de los más grandes conductores y estrategas de la historia militar colombiana. De entre los revolucionarios liberales de la guerra de los Mil Días emergieron dos figuras, que aunque subordinadas a una jefatura única, indecisa y mediocre, colocada por debajo de las circunstancias, dieron mucho que hablar: una de ellas fue Rafael Uribe Uribe, por su ímpetu político y por sus desesperadas actuaciones heroicas; la otra figura de talla histórica fue el general Benjamín Herrera, por sus altas dotes y calidad de militar de rigor. Habiendo efectuado una carrera militar consistente con ascensos regulares, Herrera estaba dotado de genio para concebir y ejecutar complicados despliegues, operaciones bélicas, de habilidad especial para presentar batallas y concebir campañas. Su carácter de comandante metódico, frío, ortodoxo y rígido; la conducción de las tropas mando; su organización y disciplina en las batallas y en los campamentos; sus resonantes triunfos en Panamá y su voluntad tesonera hicieron que aun en los Estados Unidos de Norteamérica se le reputara como un los más notables estrategas suramericanos de todos los tiempos.
Benjamin Herrera y Uribe Uribe se repelieron desde el principio, como ocurre con los grandes hombres de un partido cuando tienen poder e influencia pero parten de concepciones contrarias combatieron juntos desde los toldos de la revolución, ello se debió mas bien a la fidelidad y respeto por la idea liberal que a un entendimiento mutuo; siempre se mostraron reciproca antipatía. Si de Uribe se llego a decir que constituyó el alma revolución, de Herrera se pudo aseverar que fue el genio militar de la misma, por ser el general que mostró mejores dotes castrenses de toda la guerra. Eduardo Rodríguez Piñeres consignó un estupendo retrato de la personalidad del general Herrera: Orgulloso y dominador, sabía imponer la disciplina en todo su rigor, de muy clara visión, que en ocasión oscurecía por los arrebatos propios de su genio, sólo por excepción admitía que lo contradijeran. Herrera, en suma, era un jefe, y como tal habría sido adecuado para dirigir la Revolución; pero no podía tener a nadie por encima ni compartiendo el mando con él, y ni gozaba de la popularidad de Uribe Uribe, ni éste le habría dejado el mando supremo.< Cuando Herrera, invicto, ostentaba los títulos de director de la guerra y general en jefe del Ejército Unido Liberal en operaciones sobre Cauca y Panamá, se informó de la situación real del istmo y del grave peligro éste corría ante las intenciones del gobierno norteamericano, y pudo mas en él su nacionalismo que las ansias de victoria personal. Ante la presencia de tropas estadounidenses en Panamá, con violación flagrante de la integridad territorial nacional y la anuencia del gobierno colombiano, Herrera resolvió romper su espada, pactando la paz en el acorazado Wisconsin, el 21 de noviembre de 1902, en la bahía de Panamá, colocando la Patria por encima de los partidos. De esta manera pudo llegar a su fin la guerra de los Mil Días, que en realidad duró 1128 días, desde el 18 de octubre de 1899 hasta la fecha del tratado de Wisconsin. Después de la guerra, Herrera se constituyó, al lado de su émulo Uribe Uribe, en una de las máximas autoridades del partido liberal. Fue diputado y vicepresidente en 1905 de la Asamblea Nacional Constituyente y Legislativa; senador de la República desde 1909 por Santander y Cundinamarca; representante a la Cámara por el Cauca en 1923; ministro de Agricultura y Comercio de la administración de José Vicente Concha. A partir de 1914 se erigió en jefe supremo e indiscutido del partido liberal, que bajo su orientación
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