Critica Cine

Título original: Cesare deve morire. Italia (2012). B/N y Color. Español: El césar debe morir

Director: Paolo Taviani y Vittorio Taviani

Guión: Hermanos Taviani inspirados en la obra de William Shakespeare "Julio César"

Cinematografía: Simone Zampagni

Edición: Roberto Perpignani

Música: Giuliano Taviani y Carmelo Travia

Duración: 76 minutos

Elenco:

Cósimo Rega como Cassio

Salvatore Striano como Brutus

Giovanni Arcuri como César

Antonio Frasca como Marco Antonio

Juan Darío Bonetti como Decio

Vincenzo Gallo como Lucio

Fabio Cavalli como el director teatral (función que desempeña en la vida real)

Premios:

Festival Internacional de Berlín: Oso de Oro mejor película y Premio del Jurado Ecuménico

Premios David di Donatello: Mejor película, mejor director, mejor edición, mejor productor y mejor sonido

crítica

Al sentarte y ver este film, piensas que tiene dos caras, una de película y otra de documental. Por eso; es inteligente e interesante ver cómo un verdadero preso tiene la esperanza de dejar el papel de preso, y tomar un personaje de Shakespeare para convertirlo en su nuevo papel de actor. En ese transcurso de secuencias largas, y partes en blanco y negro; podemos sentir afinidad con los actores, sentir cómo alternan el rol de preso con el de actor, que, honestamente para no ser profesionales de la actuación, saben darle espontaneidad a sus personajes. Los Taviani, con gran dirección, se lucen con primeros planos que le dan un sentido perfecto y creible a las actuaciones.

La película-documental tiene dos partes relevantes, el resultado final de la obra, a color, y el triste pero impactante blanco y negro que es dónde transcurren días, tardes y noches de ensayos, únicamente guiones y actores. La estupenda banda sonora nos adentra junto con el blanco y negro de la fotografía a escenas, tristes, cómo: la presentación de los prisioneros, qué hicieron, y a cuántos años de encierro están condenados. Y de vez en cuando las tomas de los pasillos del centro carcelario hace que recuerdes que todo sucede entre esas paredes sombrías.

El momento más dramático y hostil, es cuando Cassio, uno de los principales personajes se queda perplejo, y mirando a la cámara dice: “Desde que he conocido el arte, mi celda se ha convertido en una cárcel”. ¿Qué demuestra esto? Que nada más en una hora y trece minutos de genialidad de los Taviani, pensamos que el teatro le da esperanza y fe a quién la necesita.

Pero no todo es drama, el humor no queda prisionero, en una escena el director apura a los actores, a lo que Cósimo Rega (Cassio) responde, que han pasado tanto tiempo en el encierro que el tiempo les sobra.

...