ZOE PROGRAMATOR
Enviado por EldaLomeli • 10 de Abril de 2014 • 465 Palabras (2 Páginas) • 336 Visitas
Después de su unplugged el rumbo de la banda se tornó incierto. El éxito de León Larregui como solista elevó las expectativas sobre el futuro grupo aún más alto. ¿Cómo crecer más allá de lo aparente? Al parecer aún no lo tienen claro, pero tampoco les preocupa, más bien buscan perfeccionar su emblema. En Programaton, Zoé se sumergen una vez más en las profundidades de su melancolía, una fuente de inspiración inagotable.
“10 A.M.” fue un adelanto engañoso de Programaton, si bien es el sencillo más evidente, no es el que mejor captura la esencia de la obra. Por ejemplo, “Arrullo de Estrellas” es una de las canciones más tiernas en la discografía de Zoé, una declaratoria de amor honesta y sencilla que seguramente tendrá a miles de parejas cantando al unísono en el próximo Vive Latino. “Cámara Lenta” es otra firme candidata a quedar entre las memorables del disco, aunque la historia que cuenta es extremadamente simple, el juego entre partes casi acústicas y osciladores siderales le dan una fuerza que destaca.
Uno de los grandes problemas de Programaton es que el concepto se siente por demás forzado. Fuera de “Dos Mil Trece” y “Game Over Shanghai (Liu Yang River)”, la supuesta idea de un “juego de la vida”, que también se asoma en la portada del álbum, no tiene forma, ni fondo. Justamente esas dos canciones tienen los momentos líricos más bajos del disco. El resto del álbum está formado por odas a amores perdidos, anhelos inalcanzables y otras utopías idílicas; nada de metarealidades, solo su eterna melancolía.
Hacia el final del álbum aparece otro “viejo conocido” en la carrera de Zoé: su afición por The Beatles. “Ciudades Invisibles”, “Panoramas” y “Game Over Shanghai (Liu Yang River)” forman un combo de psicodélico donde aparecen algunas de las sonoridades más coloridas del álbum. Después del primer sencillo, “Panoramas” es la canción más enérgica del disco. Hedonismo -quizá demasiado- descarado en el cual Larregui se escucha más que cómodo, parte del juego de seducción que empezó en su Solstis.
Después de haber inmortalizado sus primeros 4 álbumes en Música de Fondo y su extensa gira, se cerró un ciclo en la carrera de Zoé. Con Programaton arrancan una nueva etapa a paso lento y firme. Sus fieles seguidores encontrarán motivos suficientes para suspirar una y otra vez al ritmo de este nuevo disco, pero el deber de Zoé era más grande. Sin duda, son la banda de rock con mayor poder de convocatoria de su generación, en México y quizá Latinoamérica; hizo falta riesgo e innovación en este esfuerzo. Zoé padece monomanía, perdidos en débiles alegorías espaciales, rimas burdas y un sonido uniforme. De curarse, podrían dar el salto más grande de su carrera, el único que les hace falta, pero tendremos que esperar para ver si lo logran.
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