Bienes Nacionales
Enviado por myumiseba • 24 de Octubre de 2014 • 15.260 Palabras (62 Páginas) • 202 Visitas
Indice
1. Introducción
2. Finanzas públicas venezolanas; Función de las Finanzas públicas en el proceso de desarrollo
3. Ingresos Fiscales y Tributación no Petrolera en Venezuela. Aporte Fiscal no Petrolero.
4. La Naturaleza del Gasto Público en Venezuela
5. Análisis comparativo de las variables macroeconómicas en Venezuela
6. Inflación y crecimiento.
7. Fortalecimiento de las finanzas públicas a través de la reforma de las empresas estadales.
8. Conclusión
9. Bibliografía
1. Introducción
Venezuela es un país con grandes recursos humanos y recursos naturales renovables y no renovables, recursos que de haber sido canalizados en su momento de manera eficaz y eficiente nuestro país sería hoy día una potencia económica, pero en las últimas dos décadas los resultados económicos han sido decepcionantes debido a la aplicación de políticas económicas
erróneas.
Como consecuencia del aumento del precio del petróleo en los años 1973 y 1974 se produjo una expansión transitoria del crecimiento económico impulsada por la demanda, pero a pesar de una segunda alza de dichos precios en petróleo en 1979 y 1980, el crecimiento anual per cápita fue negativo en el período comprendido entre 1979 y 1985.
Desde 1983 en adelante el poder adquisitivo de la inmensa mayoría de las personas a disminuido debido a constantes devaluaciones y una inflación que hoy es una de las más altas. El empleo público, que abarca alrededor del 15% de la fuerza de trabajo, ha sido un pesado lastre que en nada ha contribuido a mejorar la situación económica y social del país, esta es una inmensa suma, que supera el producto bruto de muchos países de la región.
Entre los años 1986 y 1988 se pusieron en marcha políticas de expansión que llevaron a un aumento transitorio del crecimiento. Dichas políticas, sin embargo, resultaron insostenibles, la inflación aumentó, las reservas externas disminuyeron y se produjo una escasez generalizada.
Luego de un corto período de crecimiento económico en los primeros años de la década de los noventa, entre 1992 y 1994 pero que no se traduce en una mejor calidad de vida para los habitantes: las escuelas y los hospitales de la nación están en ruinas, las carreteras siguen sin terminarse, no hay nuevas obras de infraestructura desde hace décadas y ni siquiera se ha podido restablecer la vialidad y los servicios básicos, esto conlleva que las condiciones económicas políticas y sociales de Venezuela se deterioren considerablemente, debido a una serie de hechos que tuvieron un gran impacto negativo en el país: la disminución de los precios de exportación del petróleo, la inestabilidad política, una crisis bancaria de importancia, el nivel de desempleo sigue creciendo, como consecuencia, se produjo una caída del PIB de los sectores no relacionados con el petróleo, la inflación continua en aumento y las reservas internacionales disminuyeron.
A principios de 1.996, el gobierno puso en marcha un programa económico de Estabilización y Reformas Estructurales denominado "Agenda Venezuela", cuya fase inicial tuvo como objetivo el restablecimiento de los equilibrios macroeconómicos, incluía la unificación de los tipos de cambio, que en un primer momento se encontraban bajo un sistema cambiario flotante y que posteriormente fue reemplazado por bandas cambiarias; la liberalización de las tasas de interés; la eliminación de la mayor parte de los controles en los precios, y el ajuste del precio interno de los combustibles.
Petróleos de Venezuela (PDVSA), dio inicio a la modalidad de "Apertura Petrolera", que consistía en otorgar contratos a empresas privadas, para la exploración y explotación de petróleo, algo parecido a la política implantada por el gobierno del general Gómez, pero con la diferencia que estas concesiones son cedidas, en este caso a la empresa que mayor porcentaje de ganancia deje al país.
Hacia 1.997 la economía del país una economía monoproductora dependiendo en su mayor porcentaje del sector petrolero y con serios desequilibrios estructurales, que incluían un aumento del déficit fiscal, un déficit en la cuenta corriente externa, un elevado nivel de desempleo, elevados índices de inflación y elevados actos de corrupción.
Uno de los problemas que ha debido enfrentar Venezuela en la última década ha sido su dependencia económica del petróleo y la baja generalizada de los precios reales de este producto así como de los ingresos por este concepto , exceptuando 1.999 cuando su valor durante todo el año está en US$16 por barril.
La contribución del petróleo al PIB total aumentó de aproximadamente el 21% a principios de los años noventa, al 26% a finales de esa década. Al mismo tiempo, la participación de la agricultura en el PIB disminuyó de alrededor del 6% en 1990, al 4% en 1998, la participación de la industria manufacturera disminuyó de aproximadamente el 13% al 10%, y del sector de servicios se mantuvo en alrededor del 60% del PIB.
La participación de los productos de exportación distintos del petróleo ha sido, en promedio, inferior al 25% de las cifras totales de exportación, lo que refleja la falta de diversificación fuera del sector petrolero y el impacto que ha tenido, a lo largo del tiempo, la sobrevaloración de la moneda en la competitividad externa.
En estas circunstancias, los salarios reales disminuyeron significativamente y el desempleo aumentó. A pesar de la existencia de un salario mínimo obligatorio durante la mayor parte del período comprendido entre 1990 y 1999, el salario real medio disminuyó aproximadamente un 23%. La caída del salario real afectó a todos los sectores del mercado laboral.
Durante el segundo trimestre del año 2000, el PIB creció entre 2% y 3% en relación con igual período del año anterior (tras una expansión de alrededor del 0,3% en el primer trimestre), dando una señal de recuperación económica después de una caída del 7,2% en 1999.
En agosto de 2.000 la inflación se redujo al 15%, la tasa más baja de los últimos 14 años que, además, se ajusta a la meta de 16% fijada por el gobierno para el año 2000.
La disminución de la inflación se ha logrado a costa de una recesión económica y de una caída tanto del consumo como de la inversión, y el gobierno estima que el desempleo alcanzó el 13,5% en el mes de julio.
La combinación de un tipo de cambio sobrevalorado y bajas tasas de interés real ha creado las condiciones para que surjan presiones en el sector externo. Sin embargo, no se han producido restricciones inmediatas a la balanza de pagos, las salidas de capital han sido ampliamente compensadas por el efecto expansivo de los elevados precios del
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