Categoría de impuestos
Enviado por Emirangel • 14 de Octubre de 2011 • Ensayo • 419 Palabras (2 Páginas) • 722 Visitas
primera categoría de tributos eran aquellos entregados a los curacas o jefes del ayllu. Las comunidades debían suministrar a estos jefes comunales alimentos, materias primas y productos manufacturados.
Los curacas se quedaban con una parte de estas contribuciones y, el resto, era enviado al Estado central. El Inca podía saber exactamente cuánto se había producido, y la parte de ello que le correspondía, gracias al preciso sistema de contabilidad incaico.
Una segunda categoría de tributos eran los trabajos colectivos en tierras del Inca. Los productos que se obtenían estaban destinados a mantener al emperador, a los nobles y al ejército. Una parte de ellos se reservaba para alimentar a los campesinos, en tiempos de malas cosechas.
Los miembros del ayllu debían realizar, además, trabajos públicos, periódicos y rotativos, a los que se los denominaba mita. El tiempo de la mita era variable y podía extenderse durante bastante tiempo. De este servicio, obligatorio entre los 18 y los 50 años, estaban exentos los artistas y los artesanos.
El sistema de la mita era utilizado para hacer trabajos en las minas, en el empedramiento de calles, en la excavación y limpieza de canales, en la construcción de caminos y puentes, en la edificación de palacios y templos, en el transporte de bienes, y en el levantamiento de silos.
Nacimiento
Nacer, crecer, desarrollarse, reproducirse y morir, tenía sus secretos.
Desde su embarazo, la mujer tenía que cumplir con una serie de requisitos, como no comer determinados alimentos y, frecuentemente, abstenerse de tener vida sexual. El nacimiento solía ser consultado a un adivino, quien pronosticaba si venía con buen o mal augurio.
Las mujeres del pueblo parían sin partera y con dolor. Era difícil arreglárselas solas. Tras el alumbramiento, cortaban el cordón umbilical con un trozo de cerámica filoso y lo guardaban para dárselo de comer al niño cuando se enfermara. Luego, se bañaban con la criatura en una corriente de agua cercana, lo envolvían en una cobija, lo depositaba en una cunita y volvían al trabajo que habían interrumpido cuando las sorprendió el parto.
Una práctica muy usual era matar o abandonar a los niños considerados contrahechos o deformes. Tampoco era raro abandonar a los niños cuyas madres morían en el parto o durante la lactancia, a menos que hubiera alguien capaz de hacerse cargo de ellos.
Después del nacimiento de su hijo, el padre se acostaba en una hamaca quejándose por las dificultades que había sufrido en el parto, mientras que la madre solía seguir trabajando. En realidad, era la forma de proclamar públicamente, quién era el padre del recién nacido.
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