Contabilidad Tributaria

El fenómeno que caracteriza la economía mundial en las últimas dos décadas es su creciente apertura y “globalización”. En efecto, desde finales de la década de los ochenta se ha producido una apertura sin precedentes de la economía mundial.

En este proceso ha incidido, de una parte, la desregulación y la liberalización de amplios sectores económicos y, sobre todo, una estrategia de globalización de origen empresarial, completamente nueva, que implica una división del trabajo en ámbitos nacionales distintos que se aplica a un proceso de producción de la empresa contemplado como único.

Así, es importante destacar que el concepto de globalización no se fundamenta en lo que se ha denominado tradicionalmente la “empresa multidoméstica”, sino en la división, en ámbitos nacionales distintos, de la cadena total de valor añadido de una determinada empresa.

Mientras la “empresa multidoméstica” de forma clónica reproduce el modelo de su matriz en los distintos mercados nacionales mediante una actividad completa y cerrada que además es independiente en cada uno de ellos, la globalización de la actividad empresarial implica un proceso complejo en ámbitos nacionales distintos que se aplica a la producción de bienes y servicios desde una perspectiva unitaria.

Las causas que originan la globalización son muy variadas. La primera de ellas, consecuencia de su naturaleza claramente empresarial, se encuentra en los avances tecnológicos, que han disminuido sustancialmente el coste de los transportes y comunicaciones, reduciendo el tiempo y el espacio y mejorando la competitividad de las empresas.

La segunda, que la globalización se origina por la existencia de mercados fuertemente interconectados en el ámbito mundial en los que el arbitraje y la competencia conducen a la igualación o convergencia de los precios en un tiempo muy breve.

Finalmente, que la globalización nace de la desregulación de la actividad económica y de la liberalización de movimientos de capitales, bienes y servicios, aunque esa liberalización no haya alcanzado aún a los movimientos internacionales del trabajo.

Las consecuencias de la globalización también son muy variadas. La primera de ellas es, sin duda, un considerable aumento de la producción mundial, aumento que no se habría producido jamás sin la aparición de este fenómeno.

La segunda es la generación de fuertes efectos de reasignación, a corto plazo, derivados de la necesidad de desmantelar sectores productivos enteros en algunos países desarrollados, para que esas actividades se lleven a término en otros países menos desarrollados, donde los costes resultan más reducidos. La tercera, y última, consecuencia de este fenómeno es la de que sus efectos se difunden con rapidez por la economía mundial, lo cual hace que crisis nacidas en un extremo del planeta puedan afectar casi de forma inmediata a economías muy

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